David Nolan me invitó a unirme a su lucha por la libertad. Él había fundado el Partido Libertario de EU en 1971. Al pedirle me explicara sobre qué bases se estructuraba esa lucha, esto fue lo que él me exponía...
Hace ya muchos años, uno de los grandes liberales norteamericanos residiendo en Tucson, David Nolan, me invitaba a unirme a su lucha por la libertad. Él había fundado el Partido Libertario de EU en 1971. Al pedirle me explicara sobre qué bases se estructuraba esa lucha, esto fue lo que él me exponía. David falleció en esta ciudad en 2010.
PREÁMBULO
Como liberales buscamos un mundo de libertad, un mundo donde todos
sean soberanos de su propia vida, sin que se obligue a nadie a
sacrificar sus valores para beneficio de otros.
Creemos que el respeto de los derechos individuales es la condición
esencial para un mundo libre y próspero, que la fuerza y el fraude
deben ser desterrados de las relaciones humanas, y solo por medio de la
libertad se puede alcanzar la paz y la prosperidad.
Por lo tanto, defendemos el derecho de cada persona a dedicarse a
cualquier actividad pacífica, honesta y celebramos la diversidad que la
libertad implica. El mundo que deseamos construir es uno donde las
personas gocen de libertad para navegar hacia sus sueños a su manera,
sin injerencia del Estado ni de ningún otro poder autoritario.
DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS
Nosotros, los liberales, impugnamos el culto al Estado omnipotente y defendemos los derechos del individuo.
Sostenemos que todas las personas tienen derecho a ejercer dominio exclusivo sobre su propia vida para vivirla como les plazca, siempre y cuando no interfieran, por la fuerza, con el mismo derecho que tienen los demás para vivir como a ellos les plazca.
A lo largo de la historia, los gobiernos han operado regularmente sobre la base del principio opuesto, es decir, el Estado tiene derecho a disponer de la vida de las personas, y de los frutos de su trabajo. Incluso, en Estados Unidos, todos los partidos políticos conceden al Estado el derecho de regular la vida de las personas y apoderarse de los frutos de su trabajo sin su consentimiento.
Nosotros, en cambio, negamos el derecho del Estado de hacerlo y sostenemos que, donde haya un gobierno, no debe violar los derechos de ninguna persona, a saber, 1) el derecho a la vida; en consecuencia, apoyamos la prohibición del inicio y el uso de la fuerza física contra otros; 2) el derecho a la libertad de expresión y de acción; en consecuencia, nos oponemos a todos los intentos del Estado de coartar la libertad de expresión y de prensa, así como a la censura de todo tipo por parte del Estado; 3) el derecho a la propiedad; en consecuencia, nos oponemos a toda injerencia del Estado en la propiedad privada, como la confiscación, la nacionalización, la expropiación, y apoyamos la prohibición del robo, el allanamiento de propiedad ajena, el fraude y las declaraciones falsas.
Como los gobiernos, cuando se los instituye, no deben violar los derechos individuales, nos oponemos a toda injerencia del Estado en los ámbitos de las relaciones voluntarias y contractuales entre personas. Las personas no deberían verse obligadas a sacrificar su vida y sus bienes en beneficio de los demás. El Estado debe dejarlas en libertad para llevar a cabo intercambios entre ellas en un ambiente de libertad. El sistema económico resultante, el único que es compatible con la protección de los derechos individuales, es el sistema de mercado libre.
1.0 Libertad personal
Las personas deben tener libertad para tomar decisiones por sí solas y
aceptar la responsabilidad por las consecuencias de sus conductas.
Nuestro apoyo al derecho de una persona a tomar decisiones en la vida,
no significa que necesariamente aprobemos o desaprobemos tales
decisiones. Ninguna persona, grupo o Estado, puede iniciar el uso de la
fuerza contra otra persona, grupo o Estado.
1.1 Propiedad de uno mismo
Cada persona es dueña de su propio cuerpo y tiene derechos sobre el
mismo que otras personas, otros grupos y el Estado, no pueden violar.
Las personas deben de tener la libertad y la responsabilidad, para
decidir qué consumir voluntariamente y conscientes qué riesgos asumir
para su propia salud, su situación económica, su seguridad o su vida.
1.2 Expresión y comunicación
Apoyamos plenamente la libertad de expresión y nos oponemos a la
censura, la regulación o el control de parte del Estado de los medios
de comunicación y la tecnología de las comunicaciones. Estamos a favor
de la libertad de participar o abstenerse de participar en toda
actividad religiosa que no viole los derechos de los demás. Nos
oponemos a las acciones del Estado que atacan a cualquier religión.
1.3 Privacidad
Los liberales propugnan la privacidad individual y la transparencia
del gobierno. Estamos comprometidos a poner fin a la práctica del
Estado de espiar a los ciudadanos. Apoyamos los derechos reconocidos en
la Cuarta Enmienda a la inviolabilidad de nuestra persona, hogar,
bienes y comunicaciones. La protección contra registros e incautaciones
arbitrarios incluyendo los documentos que estén en poder de terceros,
como correo electrónico, historiales médicos y registros
bibliotecarios.
1.4 Relaciones personales
La orientación sexual, las preferencias sexuales, el género o la
identidad de género no debería influir en el trato dado por el Estado a
las personas, como en las leyes vigentes en materia de matrimonio,
custodia de hijos, adopción, inmigración o servicio militar. El Estado
no tiene la autoridad para definir, autorizar o restringir las
relaciones personales. Los adultos que actúan con libre albedrío, deben
tener libertad para elegir sus prácticas sexuales y relaciones
personales.
1.5 Aborto
Reconociendo que el aborto es una cuestión delicada y que la gente
puede tener diferentes opiniones de buena fe, creemos que el Estado
debe mantenerse al margen del asunto y dejarlo a la conciencia de cada
uno.
1.6 Delincuencia y justicia
El Estado existe para proteger los derechos de cada persona, entre
ellos la vida, la libertad y la propiedad. Las leyes penales deben
aplicarse únicamente en casos de violación de los derechos de otros
mediando fuerza, fraude o de acciones deliberadas que expongan a otros
involuntariamente a un gran riesgo de sufrir daños. Estamos a favor de
la derogación de todas las leyes que crean “delitos” sin víctimas, como
el uso de drogas con fines medicinales o recreativos, ya que solo los
actos que infringen los derechos de otros pueden llamarse propiamente
delitos. Las personas conservan el derecho de asumir voluntariamente el
riesgo de sufrir daños. Apoyamos la restitución a la víctima, en la
mayor medida de lo posible, por cuenta del delincuente o del infractor
negligente. Nos oponemos a la reducción de las garantías
constitucionales de los derechos de los acusados de delitos. No se deben
negar los derechos de un debido proceso, juicio sin demoras, abogado
defensor, juicio por jurado y presunción de inocencia hasta que se
pruebe la culpabilidad. Reafirmamos el derecho de los jurados
consagrado en el derecho consuetudinario de juzgar no solo los hechos,
sino también la justicia de la ley.
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