RICARDO VALENZUELA
“Mi querido coronel: Antes de abandonar NY el lunes pasado, pude comprobar que Wall Street había completado los arreglos para otro ataque de los bandidos mexicanos dentro de EU. Y será muy coordinado en cuanto a fecha y tan desastroso que, sin lugar a dudas, definirá la elección de acuerdo como lo hemos solicitado a los revolucionarios”.
Las revoluciones de Rusia y México fueron casi gemelas pues ambas tendrían la participación, además de Wall Street, de bolcheviques en EU, y una gran actividad del gobierno de Alemania que pretendía México fuera su aliado en la guerra de Europa. Y, lo más dramático, ambas serían traicionadas. Después de retirar a Porfirio Diaz, Madero, el hombre que ocuparía la presidencia en 1911, al no cumplir con los compromisos con EU, seria asesinado en 1913 y el Gral Huerta ocuparía la cabeza del gobierno, pero, por la misma razón, solamente permanecería corto tiempo. Wilson afirmaba tener gran presión para intervenir por la supuesta amenaza de vidas de americanos residiendo en el país y, sobre todo, las inversiones de EU. No reconocería el gobierno de Huerta y, por esas mismas razones, el Gral Huerta igualmente tendría que abandonarlo.
Al inicio Wilson había decidido apoyar a Carranza quien ya había recibido la lista de encargos del gobierno de EU y de Wall Street. Levantaba el embargo de armas para que libremente fluyeran a Carranza. En abril de 1914, había ordenado a sus fuerzas navales ocupar el puerto de Veracruz para bloquear un envío de armas proveniente de Alemania para Huerta. Luego se repetiría la misma historia cuando Carranza también ignorara la lista de compromisos y sería también asesinado. Wilson y Wall Street ahora apoyarían a Obregón encadenado con los mismas exigencias. Aparentemente Obregón, con los “Acuerdos de Bucareli”, finalmente acataba esas exigencias, e inclusive, su apoyo a la Constitución socialista de 1917 a la que se había opuesto con gran fuerza y hasta con amenazas de guerra.
La revolucion mexicana terminaba cuando Obregón subiera a la presidencia, pero, su fisonomía había sido modificada totalmente por las fuerzas globalistas que ahora representaba el presidente de EU. La nueva constitución seria de corte marxista incluyendo capítulos especiales para la educación, se incluía un artículo autorizando al gobierno expropiar propiedad privada a su juicio siempre nebuloso. Toda la tierra expropiada con lo que destruían la producción de las haciendas, pasaba a ser propiedad del estado y de esa forma México quedaba a merced de esas elites cubriendo al mundo con su marxismo, e iniciaba la era de su mediocridad que todavía lo aprisiona. Gran triunfo de las elites.
La mancuerna Capitalistas monopólicos—gobiernos corruptos, antes de invadir México habían tenido buenos campos de entrenamiento. En Colombia lograban la separación de Panamá mediante su receta de revolución y llevar a cabo la construcción del canal bajo sus términos. Los piratas habían financiado esa revolución aun cuando se violaba un tratado de 1846 y se probaba que la declaración de independencia había sido preparada, revisada y apoyada por la oficina de Wilson. También habían apoyado una revolución en China liderada por San Yat-sen, quien les había prometido barra libre para establecer el monopolio de sus ferrocarriles, otro para sus bancos y el control total de operaciones comerciales. Es decir, estaban bien afiladas sus uñas para la nueva tarea.
La revolucion bolchevique y sus consecuencias, es una historia que se aparta del uso conceptual clásico del enfrentamiento permanente de capitalistas versus comunistas. La realidad es que fue una historia de una sociedad entre capitalismo monopólico y el socialismo internacional revolucionario para beneficio de ambos y sería sumamente productiva. El costo humano de esta alianza caería sobre los hombros de rusos, americanos y otros europeos. El Washington Post en febrero de 1918 reportaba lo siguiente: “William B Thompson, quien estaría en Petrogrado de Julio hasta noviembre, había hecho una contribución personal de $1,000,000 de dólares a los Bolcheviques con el objetivo de expandir su doctrina por toda Alemania y Austria
Antes de la primera guerra mundial, la estructura financiera y de negocios de EU estaba dominada por dos conglomerados: Standard Oíl, las empresas Rockefeller, y el complexo de industrias-financieras y transportación de Morgan. Las alianzas en Trust de ambos hombres dominaban no solo Wall Street sino, a través de los engranajes de sus consejos, toda la fábrica económica de los EU. Los intereses de Rockefeller de monopolio del petróleo y sus industrias derivadas, control del Trust de cobre, los Trust de las fundiciones, y el gigantesco Trust del tabaco, además de portar una gran influencia en algunos de los activos de Morgan como Steel Corp. así como cientos de pequeños Trust industriales, operaciones de servicios públicos, ferrocarriles e instituciones bancarias. Y el banco más grande del país dominado por él, National City Bank, además, el control financiero del United States Trust Co.
Seguían el Hanover National Bank y también grandes compañías de seguros como Equitable Life y Mutual of New York. Las empresas de Morgan operaban en acero (habiendo adquirido el monopolio mundial de Andrew Carnegie), transportación, la industria eléctrica donde contaba con General Electirc, el Trust del hule, el de los ferrocarriles. Empresas financieras como The National Bank of Commerce, Chasse National Bank, New York Life Insurance, Guaranty Trust Co. Morgan había comprado Guranty Trust a la muerte del viejo Eduard Harrison en 1909. Después de esa compra adquiría grandes posiciones en Mutual Life, New York Life y Equitable Life y absorbía una serie de seis medianas Trust Companies. Entonces, al final de la primera guerra mundial Guaranty Trust y Bankers Trust, eran la primera y segunda compañías Trust más grandes de EU, ambas de Morgan. En ese proceso sus asociados también se habían hecho supermillonarios y se afianzaba el cartel opresor de la economía.
Durante la primera guerra mundial, Alemania había adquirido importantes fondeos en Nueva York para sus operaciones de espionaje y acciones encubiertas en EU y América Latina. Los récords muestran que esos fondos surgían de las mismas firmas—Guaranty Trust y American International Co.—que también estaban involucradas en la revolución bolchevique y sus resultados posteriores. Pero, también, el gobierno alemán estaba financiando a Lenin y sus operaciones revolucionarias. Y los grandes bancos americanos apoyaban a Alemania en todas esas operaciones. Los financiamientos más importantes para Alemania de parte de EU entre 1914 y 1918 fueron:
El primer préstamo de $400,000, fue ejecutado por en septiembre de 1914 por el banco de inversión Kuhn, Loeb & Co. Un colateral de 25 millones de marcos fue depositado con Max M Warburg en Hamburgo. El representante de Kuhn, Loeb en EU, el Capitán George B Lester, miembro de la inteligencia militar de EU, respondía al senado ante la pregunta ¿Por qué? “Porque era el banco natural del gobierno alemán y del Reichsbank”. El segundo préstamo de $1.4 millones, no se operó directamente desde EU, fue negociado por John Simón, un agente de la Suedeutsche Discont-Gesellschaft, para asegurar los fondos para ciertos envíos a Alemania.
El tercer préstamo fue del Chase National Bank (grupo Morgan) por $3 millones de dólares. El siguiente sería Mechanics and Metals National Bank de $1 millón de dólares. Esta operación fue específicamente para financiar las actividades del espionaje alemán en EU Y México. Ese dinero fue rastreado hasta Sommerfeld para la compra de municiones enviadas a México. La penetración de Alemania en México fue tal que, a cierto punto, el presidente Carranza estaba escuchando propuestas de parte del gobierno alemán para permitir submarinos alemanes operaran en aguas mexicanas, con la promesa de que, al triunfo de los alemanes en la guerra, le regresarían a México todos sus territorios perdidos que ahora configuraban el suroeste de EU.
Pero la advertencia llegaba tarde porque Lenin, Trotsky y oleadas de bolcheviques ya estaban en Rusia listos para iniciar la revolución. Y con esa tardanza, hasta mediados de agosto de 1917 la embajada rusa en Washington solicitaba al departamento de estado el prevenir la entrada de criminales y anarquistas, cuando ya estaban en Rusia.
Y fue cuando el gobierno de Estocolmo enviara un cable en junio de 1917, después de que Trotsky cruzara la frontera finlandesa-rusa; informaban a oficinas de inteligencia rusa, inglesa y americana, su preocupación por el paso de personas sospechosas portando pasaportes americanos que claramente era apoyos para la revolucion marxista.
Fue cuando los desinformados se enterarían que un gran grupo de comunistas americanos participaban ya activamente en el proceso. Otros socialistas americanos habían sido detenidos en Canadá. Y cuando un alto funcionario canadiense RM Coulter afirmaba: “Ellos no son lo que parecen; y el grupo no había sido detenido por su gobierno, sino por las autoridades imperiales” y se lavaba las manos siendo que, en sociedad con dos importantes residentes de Nueva York muy influyentes, lograban su liberación y continuaran su tránsito revolucionario hacia Rusia.
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