Ricardo Valenzuela
En el transcurso de nuestras vidas, aunque no
muy a menudo, aparecen seres humanos que se ganan la descripción y el título de
los disturbadores (positivos y negativos). El disturbador es alguien que
pretende provocar cambios en los establecimientos ya tan añejos, llevando a
cabo acciones temerarias que muchos no se atreven y solo se conforman
protestando. Normalmente lo hacen en contra de algo que para muchos no es
correcto. Y si llegan bien armado con las herramientas adecuadas para ejecutar
sus planes con los resultados que buscan, son hombres que hacen épocas y son admirados
y hasta venerados.
Pero, al mismo tiempo, se convierten en enemigos de aquellos poderosos que afectarán esos cambios pues ese esquema los hizo ricos. Normalmente son idealistas y los mueven estímulos diferentes al resto de la muchedumbre. Son hombre que los podemos identificar con figuras como John Kennedy, el Gral George Patton, El Gral Andrew Jackson, Martin Luther King etcétera. Algunos cuyos disturbios han sido mayores en la persecución de sus ideales, les ha costado la vida, carreras profesionales, sus familias. Algunos son tachados de locos, otros de soñadores desconectados de la realidad y, sobre todo, disturbadores. Son los peores enemigos del Estado Profundo.
En estos momentos está sucediendo algo que pareciera ser una historia parida por la mente de un guionista para cintas de Hollywood, cuyo protagonista es un joven político electo presidente de un pequeño país de Centro America, El Salvador, Nayib Bukele, un empresario con solo 43 años. Sus acciones están siendo foco de la atención mundial en esta era de graves problemas globales entre los cuales, tal vez el peor de los flagelos que ha azotado a America Latina es el narcotráfico, en donde este joven político, con sus arreos de cruzado liberador, se ha embarcado en una jornada especial.
Pero, antes de continuar quiero hacer una predicción. No tarda en iniciarse una feroz campaña en contra de este moderno Cid Campeador, con las armas que sean necesarias para descarrilar su presidencia y sus heroicos esfuerzos que representan la esperanza del pais. Y no repararán en nada incluyendo, como el caso de Trump, llevarlo a prisión, destruir su familia, su reputación, sus negocios, y lo que tenga que destruirse, pues, como siempre lo han demostrado, no les importará destruir su patria si es el costo de lograr lo que estos diabólicos poderes quieren. Costo que ellos nunca tienen que pagar.
Pero ¿por qué? Porque este joven político se está identificando como el liberador de El Salvador de las garras que lo han estado destrozando. Alguien que ha explotado una verdadera revolución para rescatar a los salvadoreños de esa peste. Ha rescatado su pais de una de las plagas más mortíferas del mundo, y lo ha hecho con mano dura que todos los paises de America Latina sueñan con ver algo similar. No le han importado los ataques de las izquierdas, ni de las organizaciones de los derechos humanos, de la ONU y, definitivamente, tampoco los de los peores violadores de los derechos humanos en el mundo, Ortega de Nicaragua, Maduro de Venezuela, Diaz Canel de Cuba, y hasta el Peje en un Mexico totalmente controlado por el narco. Y todo esto disgusta a los globalistas.
Pero, la hazaña de este presidente de alguna forma ha opacado otros de sus logros casi del mismo calibre y de gran importancia. Borrando la línea entre izquierda y derecha, ha utilizado la lógica para decidir lo que funcione. La economía ha iniciado su crecimiento atrayendo capitales que antes no se atrevían. El turismo, que ya estaba comatoso por el miedo y la violencia, se ha reactivado de forma impresionante y, en el tintero del presidente, hay proyectos tan interesantes como zonas libres, centros financieros especiales, y Warren Buffet acaba de donar $25 millones de dolares para la construcción de la prisión mas grande y moderna de la región.
Es tanto lo que ha logrado este joven presidente, que llevaría tiempo solo enunciarlo y especialmente las consecuencias de sus logros. Y solo quiero cerrar esta reflexión expresando una gran admiración por este valiente, diciéndole que, lo que ha hecho y, sobre todo, como lo ha hecho, con decisión, determinación, sin recular y la seguridad de su propósito; Es lo que yo he soñado durante tanto tiempo ver en Mexico. Y desde que Fox gritara su triunfo frente a la diana cazadora en el DF y el gran cambio que iniciaría, han pasado 24 años, cuatro presidentes, tres partidos políticos, y todo sigue igual o tal vez peor. El narcotráfico, la corrupción, economía de pordioseros con su enorme cuota de desempleo, anarquía general.
Y aquí es cuando la marcha del presidente Bukele se puede tornar muy peligrosa. Primero; porque los oligarcas globales por ningún motivo quieren ver paises abandonando ese subdesarrollo porque es cuando no pueden saquearlos, tampoco se formen sociedades civiles que se defiendan. Segundo; no quieren que lo que sucede en El Salvador se convierta en ejemplo para otros y finalmente se animen a tratar, pues fue lo que sucedió en Chile y, después de años y largos ataques, ya llevan el pais de nuevo al tercer mundo y se reanude el saqueo. Tercero; por ningún motivo quieren que aparezcan exitosos líderes del calibre de Bukele, porque potencialmente son esos disturbadores efectivos que pueden llegar a modificar el mundo.
Fue lo que provocaría Kennedy al enfrentarse con ellos tratando de cancelarles su maquinaria de saqueo, el FED, cuando se enfrentara al Complexo Militar Industrial afirmando no habria guerra en Viet Nam. Cuando se enteraran que negociaba un acuerdo de limitación de armas nucleares con Nikita Khrushchev, que hubiera evitado la guerra fría y el Complexo Militar Industrial cosechara trillones de dolares durante casi 30 años.
Así es que, presidente Bukele, le deseamos lo mejor en su lucha que se está convirtiendo en la lucha de muchos, no solo en America Latina, sino en todo el mundo. Y eso es su peligro latente. Cuídese que no hay muchos comandantes como usted.
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