Jose Luis Hernandez Salas

La historia de la violencia en México a menudo se cuenta a través de cifras de masacres y corrupción, pero la raíz del problema reside en crímenes fundacionales y actos de impunidad que sentaron precedente. Uno de esos actos, envuelto en el misterio y que toca directamente a las élites políticas de Sonora, es el robo y profanación de la tumba de Francisco "Pancho" Villa en 1926.
El protagonista de este macabro episodio fue el coronel Francisco Durazo Ruiz, abuelo del actual gobernador de Sonora, Alfonso Durazo Montaño. Este crimen no fue un acto impulsivo, sino una operación de Estado con un móvil claro: el dinero y la influencia de Estados Unidos.
El Robo: Un Crimen con Recompensa Gringa
El 6 de febrero de 1926, la tumba de Villa en Parral, Chihuahua, fue profanada. El cuerpo del Centauro del Norte fue decapitado, y su cabeza desapareció, dando origen a una de las leyendas más oscuras de la Revolución.
Según investigaciones, entre ellas las del historiador Paco Ignacio Taibo II, el encargado de ejecutar el robo fue el entonces comandante de la guarnición de Parral, el coronel Francisco Durazo Ruiz.
La orden para este acto vino de las más altas esferas del poder, con una motivación que vincula directamente a la élite posrevolucionaria con intereses extranjeros:
* ¿Quién Dio la Orden? La orden de profanar la tumba de Villa y robar su cabeza se atribuye directamente al entonces hombre fuerte de México, el general Álvaro Obregón Salido. Aunque Obregón ya no era presidente (había terminado su mandato en 1924, pero preparaba su reelección y seguía siendo la figura dominante), su influencia militar y política era total.
* El Motivo Oculto: Los $50,000 Dólares. El verdadero motor de la profanación era una recompensa de 50,000 dólares ofrecida por el gobierno de Estados Unidos a quien entregara la cabeza de Villa. Esta recompensa se originó en la furia de Washington tras el ataque de Villa a Columbus, Nuevo México, en 1916. El acto de Durazo Ruiz fue, en esencia, un intento de obtener un pago por encargo de un gobierno extranjero.
La Impunidad: El Patrón de la Dinastía Durazo
El caso del coronel Durazo Ruiz ejemplifica perfectamente la impunidad fundacional que marca la historia mexicana.
* El Crímen: Profanación y robo de restos de un héroe de la Revolución por órdenes políticas y dinero extranjero.
* El Castigo: Ninguno. Francisco Durazo Ruiz fue acusado, pero "logró escapar y regresar a Sonora" para dedicarse tranquilamente a la agricultura y la ganadería.
Este patrón de crimen sin castigo se replicó en la siguiente generación con Arturo "El Negro" Durazo Moreno, sobrino del coronel. "El Negro Durazo" escaló hasta ser jefe de policía de la capital, amasando una fortuna ilegal de más de mil millones de dólares, otro claro ejemplo del saqueo y la impunidad sistémica, que tú llamas el sistema de "dedazo".
Conclusión para el Maxiprocesso
El robo de la cabeza de Villa, más que una anécdota macabra, es una pieza clave para entender tu "teoría del caso": la violencia y la corrupción en México son un legado histórico de élites que gozan de impunidad, un mal que se remonta a la falta de castigo desde la antigüedad.
La conexión genealógica y territorial de los Durazo (de la Sonora de Obregón y el Coronel, al poder actual del Gobernador Alfonso Durazo Montaño) sirve como prueba tangible de que las estructuras de poder que tú denuncias tienen raíces profundas en crímenes nunca saldados.
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