AHORA TODOS SOMOS SOCIALISTAS

 Ricardo Valenzuela 

 

No cabe duda de que la vida tiene grandes sorpresas, grandes eventos que van trazando la ruta de la historia y muchas veces no sabemos leerla. En algunas de esas ocasiones debemos recordar las sabias palabras del filósofo de los yankees, Yogui Berra, “no está terminado hasta que se termina”. Bella frase que era al mismo tiempo arenga y advertencia para sus jugadores. Pero, no sabemos si la declaraba ante la seguridad de sus peloteros de tener el juego ganado, o, ante el desánimo de ellos al sentir que, tal vez por la diferencia del score, el juego estaba perdido. De cualquier manera, en estos momentos vale la pena recordarlo. 

 

Hace unos 30 años, jubilosamente celebrábamos la caída del muro de Berlín y con él también el derrumbe del diabólico comunismo. Se cumplía la advertencia de un gran sabio de la política cuando afirmara: “El comunismo está condenado a fracasar y le queda poco tiempo de vida. Y, a su fallecimiento, será recordado como la más grande aberración económica, política, social y filosófica, de toda la historia de la humanidad”. 

 Ayer, en Brasil se dio a conocer la victoria de Lula para de nuevo ejercer la presidencia del pais más grande de América Latina. Una clara demostración del poder de los globalistas, que cada día avanzan en el barbecho del campo para la siembra final de ya un claro marxismo en todo el continente americano. Un continente en donde se incluyen en tal proceso EU y Canadá y solo permanecen dos otres países miniatura fuera de tal invasión. México, Colombia, Venezuela, Perú, Ecuador, Bolivia, Argentina y Chile donde ya se desmantelan los avances que establecieran los Chicago Boys, no solo para rescatarlo de las fauces del marxismo de Allende, sino también llevarlo a un ejemplo de prosperidad. Y con gran ansiedad anoche yo pensaba; que equivocados estábamos hace 30 años. 

 

Porque este es un nuevo marxismo donde ya no expropian activos, ahora expropian gobiernos ante sociedades con cerebros petrificados. Ahora su firma de presentación, los monopolios, se establecen para el control de los gobiernos y los saqueos son mucho más sofisticados. Milton Friedman me los señalaba en una carta de 1995 diciéndome: “En EU el socialismo se está implantando a base de impuestos, mandatos, regulaciones, influencia de organizaciones internacionales que, simplemente, en lugar de expropiar activos y propiedad privada, expropian su libertad para operar y, sobre todo, el fruto de su labor. Es algo similar a la forma que en el rancho, cuando van a marcar los becerros, los empalman con fuertes piolas y no se puedan mover. Los globalistas ahora con la propiedad de los gobiernos, cada día nos empalman para continuar sus saqueos. 

 

Cayó el muro de Berlín. Un muro construido con pesados ladrillos, filosos alambres de púas, y cantidad de guardias asesinos listos para ejecutar a quienes trataran de buscar su libertad. En estos últimos 30 años se dedicaron a construir uno más potente y efectivo, el muro de las mentes que celebran haber ya logrado controlar. El muro de la voluntad y de la dignidad para dócilmente lamer las cadenas ahora invisibles, pero infinitamente más difícil de saltar. Y como los esclavos en EU después de la guerra para su liberación. Con gran pavor veían su libertad como una sentencia de muerte, como un trapecista que le hubieran quitado la red de protección ante una posible caída. Así, los seres humanos con su mente y voluntad atrapadas con el nuevo muro, como aquellos esclavos que llenos de pánico se ofrecían a sus viejos amos en su nueva esclavitud. Los seres humanos piden y reciben su nueva prisión. 

 

Estos últimos 30 años pasarán a la historia como una gran derrota de la libertad y el triunfo de la fuerza y el poder. Del regreso a una nueva esclavitud establecida con ese muro virtual sobre la mente, la voluntad, aquel glorioso deseo de libertad de una sociedad que, sin que se diera cuenta, ha sido castrada y, con esa mutilación, le mutilaron también su inteligencia, raciocinio, su voluntad y, sobre todo, el valor y el coraje para siquiera pensar en recupéralo. 

 

El bello pasaje de la Declaración de Independencia de EU que reza: “Declaramos estas verdades seudo evidentes. Los hombres fuimos creados todos iguales. El creador nos concedió derechos inalienables: Vida, libertad, propiedad y la búsqueda de la felicidad. El gobierno se establece derivado de los poderes y el consentimiento de los gobernados. Y cuando cualquier forma de gobierno se torne destructiva de los principios que lo crearon, la gente tiene el derecho de alterarlo o abolirlo para instituir uno nuevo, estableciendo sus bases en esos principios y organizar sus poderes en la forma que sea apropiada para que la gente tenga libertad, seguridad y busque su felicidad”. 

 

“Los humanos están más dispuestos a sufrir, cuando lo diabólico es soportable, que tomar acción aboliendo esas formas a las que lo han acostumbrado. Pero cuando un largo proceso de abusos y usurpaciones, con el mismo fin, y las evidencias nos señalan es un despotismo total. Es el derecho, es el deber, de tirar ese gobierno y proveer nuevas garantías para su futuro y seguridad”.  

 

Ahora es simplemente letra muerta en esta gran regresión de la humanidad. 

 

Y como Nixon cuando retiraba el dólar de la minúscula liga que le quedaba con el oro, lo sacrificaba al dejarlo flotar, y para respaldarlo establecía control de precios y salarios. Ante los pocos reclamos afirmaba: “Ahora todos somos keynesianos”, y solo se escuchaba la solitaria voz de Milton Friedman que le respondía; “yo no” .  Muy pronto escucharemos a Obama, Biden, Hillary, la Pelosi, la ONU, la Unión Europea etcétera, “ahora todos somos socialistas”. Y aunque sea la única voz con fuerza les gritaré. YO NO, y tampoco más de un 50% de los americanos que lo gritan, y no los escuchan.  

 

Pero, como sabiamente decía mi padre: “El extraviarse no es perderse, es solo dilatar la llegada”.