EL INVISIBLE SINDICATO MUNDIAL DEL VATICANO III

Ricardo Valenzuela 

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En mi larga ruta, buscando la conciliación de la iglesia católica con la libertad económica en toda su vastedad, me llevaría a encontrar algo mucho más importante. Yo había iniciado esta ruta partiendo cuando, claramente, las actitudes de la iglesia me habían alejado de ella. Porque, para mí, la religión debía ser algo que, en primer lugar, fuera una, guía, nunca obligatoria ni condenatoria para castigar a quienes no seguían su receta por más confusailógica e irrazonable que fuera, so penas de sufrir lo que describían como residencias en los lugares más horripilantes. 

 

Algo que yo, siendo solo un niño, pensaba debería ser algo que se presentara de una forma que sedujera por el atractivo de su propuesta, algo entendible, razonable, siempre apoyada con la lógica para finalmente convencerme era el mejor camino que, al seguirlo, sería recompensado, no con una posibilidad futura, sino que, esa guía de acción, tuviera alguna recompensa en el presente. Algo similar a las vidas de esos grandes hombres que, sin ser religiosos, eran grandes ejemplos de virtud para seguir. 

 

Sin embargo, yo atestiguaba vidas de hombres que eran especiales, íntegrosvirtuosos, sin ser religiosos, pero, en lugar de avanzar, las virtudes prácticamente limitaban sus desarrollos. Es decir, por algún tipo de confusión o manipulaciónincreíblemente se ignoraba a los justos, para enfocar la admiración al prototipo de los personajes que representaba Pedro Infante en sus películas, o de los populares corridos como Juan charrasqueado, borracho, mujeriego y jugador. Pero, muy caritativos con el cura del lugar. 

 

Después, en las sociedades más “avanzadas”, el nuevo prototipo sería aquel personaje de la cinta Wall Street, Gordon Gekko, que al actor Michael Douglas le surtiría un Óscar. Un feroz tiburón de las finanzas, sin integridad y sin moral, que le enseña a un joven corredor de bolsa, de una desmedida ambición, los secretos del poder y los crímenes de información privilegiada, sumergiéndolo en un mundo de codicia y de inmoralidad. Y, ante gran auditorio para justificar sus delitos, afirmaría:  

 

La ambición no solo es buena, es necesaria, a veces urgente y siempre funciona. La ambición en su papel clarifica y capta la esencia del espíritu de evolución de sociedadesambición en todas sus formas. Ambición de vivir intensamente, de saber, del amor por el dinero que ha cincelado siempre a la humanidad. La ambición es la que siempre ha salvado a las empresas de esos burócratas sumergidos en papeles. La ambición ea la que puede salvar esta empresa al punto de la quiebra, EUA.”   

 

Pero, por otro lado, ahora acudo a la cinta Aroma de Mujer, con la cual, Al Pacino también ganó el Óscar con un papel totalmente contrario al de Douglas defendiendo la ambición sin moralidad. En esta, el papel de Pacino es de un exmilitar defendiendo a un muchacho que lo ayudaba en su ceguera. Y, al no ser parte de la realeza, en su colegio le exigían identificar a dos compañeros que cometieran un delito menor, pero se negaba y estaban a punto de expulsarlo donde perdería una beca para la universidad.  

 

Sin aviso, Pacino llega a la sala de ejecución y explota contra el director. A pesar de estar ciego señor, hubo un tiempo en que podía ver. Y tuve que ver a muchachos como estos presentes amputados de uno y hasta dos de sus brazos, sus piernas, pero no hay nada tan cruel como un espíritu amputado, no hay prótesis para eso. Usted cree que está enviando a este espléndido soldado de vuelta a su hogar en Oregon con la cola entre sus patas, pero yo digo que ¡lo que están ejecutando es su corazón! !Su integridad! 

 

Cuando venía llegando, escuché bellas palabras de este instituto como, honor, integridad, nuestra “cuna de líderes”. Pues cuando el arco se rompe, toda esta bella cuna caerá y ya ha caído. Ha caído precipitadamente. Se describen como educadores de hombres, creadores de líderes del futuro, pues tengan mucho cuidado con la clase de líderes que producen aquí. Yo no sé si el silencio de Charlie el día de hoy es bueno o no. No soy un juez ni jurado. Pero les digo esto: ¡Él no va a vender a nadie para comprar su futuro! Y eso, amigos míos, se llama moralidad, honor, Integridad ¡Eso es la verdadera Integridad! 

 

No sé quiénes asistieron a esta escuela, William Howard Taft, William Jennings Bryan, William Tell – no importa. Ese espíritu ya no existe – si alguna vez tuvieron uno – ha desaparecido, pues lo hicieron un nido de serpientes, una verdadera jaula de ratas. Y si ustedes creen que están preparando a todos estos menores para la madurez, ¡piénsenlo señores! Porque creo que ustedes están destruyendo los principios que esta institución debería inculcar. Qué gran estafa ¿Qué clase de espectáculo están representando hoy?  

 

Porque el único con clase en este teatro está sentado junto a mí, y yo estoy aquí para decirles que su alma está intacta y nunca será negociable. Y lo sé por esto: Alguien aquí – no voy a decir quién – ofreció comprarlo. Solo que Charlie no está en venta. 

 

Yo he llegado a muchas encrucijadas en mi vida y siempre supe claramente cuál era el camino correcto. Sin ninguna excepción, lo juro. Pero jamás lo seguí. ¿Saben por qué? Porque era un camino demasiado duro y doloroso y tomaba la ruta fácil, el de la entrega mediocre. Y aquí está Charlie que ha llegado a esta encrucijada. Y Charlie ha elegido un camino. Es el camino correcto. Un camino hecho de honor, de valores, de principios – que forjan el carácter.  

 

Déjenlo continuar su jornada. Tienen el futuro de este muchacho en sus manos, comité. Y es el futuro de un muchacho muy valioso ¡Créanme! ¡No lo destruyan! ¡Protéjanlo! ¡Abrácenlo! Yo les aseguro que algún día los va a enorgullecer – Se los prometo. 

 

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