Ricardo Valenzuela
Con el transcurso de los dias, ha emergido una fotografía clara de los cuestionamientos que tenemos acerca del atentado contra la vida de Donald Trump, no para tratar de adivinar, sino al encontrar evidencia clara que nos de las armas, y pasar entonces a colgar culpas. El día de tal evento, yo de inmediato publiqué mi “opinión” de que era una agresión emanada desde el interior de la bestia. Y, también pronostiqué que, como siempre sucede, desenfundarían la teoría del tirador solitario totalmente fuera de sus cabales, como fue el caso del asesinato de Kennedy. Y nadie ha prestado atención a las llamadas del Liberty Sentinel advirtiendo del plan para asesinarlo que se ha venido preparando desde que apareció en la escena política.
Pero, insisto, con el pasar de los dias han surgido evidencias que con claridad apuntan hacia un evento ordenado por quienes ven a Trump como el destructor de sus planes. Ahora, hace unas semanas, se podría decir que Trump firmó su sentencia de muerte cuando afirmara, “en mi presidencia voy a destruir a esos criminales globalistas”, con eso les aclaraba su intención que sus enemigos no tenían bien clara, y así develando el objetivo de sus planes. Y hace solo unos dias, escribí una nota listando lo que estos globalistas perderían en una presidencia de Trump.
