La partida de aspirantes demócratas, en un proceso semejante a una cena de apaches intoxicados con peyote, se destruyen ellos mismos cuando, al debatir, su único objetivo es elegir al candidato que represente el polo más extremo del nuevo socialismo marxista de su partido.
La nueva década del siglo ha iniciado con una fisonomía muy diferente a lo que alertaran infinidad de predicadores afirmando Trump era un animal carnívoro que se ha tratado de hacerlo herbívoro y, bajo su presidencia, el mundo se acabaría envuelto en guerras, explosiones financieras, económicas y climáticas. No ha estallado la tercera guerra mundial, no se han derretido los polos y, por el contrario, Trump proclama que EU vive la mejor época de su historia y lo mejor está por llegar, mientras los demócratas se horrorizan ante la posibilidad que sea cierto.