EL NUEVA ECONOMÍA DE CEPILLÍN BIDEN

Ricardo Valenzuela


Velozmente llegamos al final del primer mes del año sin poder reportar novedades importantes en el frente político, pues no ha explotado ninguna bomba que pudiera opacar los acontecimientos de la punta de este capítulo que estamos viviendo y la confusión continua al igual que la división entre los Trumpistas. Por un lado, los que dan ya por perdida la batalla y su frustración crece. Por el otro, los que todavía nos aferramos a una esperanza, pero, ante el silencio estratégico de Trump, no sabemos si realmente tenemos bases, pero quienes conocemos al presidente, conocemos también su estilo de pelea tal vez inspirado por Rocky, ya sea el de la cinta de Stallone o el verdadero Rocky Marciano, dejar que el adversario ataque y recibir sus golpes hasta que se agote, para entonces llevar a cabo el ataque final. Sabemos que él es muy amigo de Mike Tyson y tal vez sea uno de sus consejeros. 

 

Pero, es un hecho que el país se encuentra en una dimensión desconocida en que las especulaciones abundan. La casa blanca está cerrada y nos muestran videos de noche cubierta por la oscuridad. Nos dicen que todas las tomas de Biden en la oficina oval, no es la verdadera, sino que es un set comprado en Hollywood de alguno de los programas políticos que durante años han presentado. El hermano del Gral. Flynn acaba de ser nombrado comandante de la flota naval del Pacifico y no creo haya sido nombramiento que haya salido de la oficina oval de mentiritas. Pero, Cepillín continua jugando su papel y, provocando más confusión, en la primera semana ha firmado un récord de casi 40 órdenes ejecutivas tan valiosas como los billetes que emitía Pancho Villa.

Pero, fue realmente dramático ver al “nuevo presidente” firmando una de sus órdenes ejecutivas y, al momento que se la ponen sobre el escritorio, le susurra a quien se la estaba presentando; “no se que chingados estoy firmando”, y la persona a su lado le dice, “no importa, firma de todas maneras”. Solo por ejercicio, analicemos que es lo que sucedería si todas esas órdenes se registraran, que no lo han hecho, y pasaran luego a ejecutarlas.  

En primer lugar, estaría cancelando todo lo que Trump le dio vida para catapultar el país como el productor de energía más grande del mundo y lo hiciera independiente de países como Arabia Saudita. Con esa decisión estaría destruyendo más de un millón de empleos regresando a EUA a la dependencia y gran salida de dólares. Con otra de sus órdenes “ejecutoras”, estaría regresando el país al acuerdo de Paris y al socialismo destructor de Europa, un proyecto cuyo objetivo es cargarlo de impuestos. Estaría, también, levantando los candados que estableciera Trump a Irán para evitar se llegue a convertir en un país con armas nucleares con dedicatoria a Israel.

Estaría de nuevo abriendo las puertas a sus socios chinos, para que regrese con su escalada de explotación de EUA en sus actividades comerciales abusivas. Le abriría de nuevo las puertas del capital para financiar sus proyectos de conquista mundial, en sociedad con su hijo Hunter y los piratas de Wall Street que conocen bien el camino que ya han transitado. Se abriría de nuevo la temporada de caza a los miles de espías chinos ya instalados en embajadas, consulados, universidades, institutos culturales y, sobre todo, en el interior de empresas tecnológicas.

Pero, tal vez, la orden más peligrosa sería un nuevo IRS con licencia para destruir, ejecutando su nueva política fiscal en una bacanal de aumento de impuestos de una forma con la que los corsarios del IRS se babean:

Impuestos corporativos viajando de un 21% hacia un 29%. Ingreso personal e impuesto de nomina de un 37% hasta un 52%. Impuesto especial para negocios pequeños de un 25% a un 39%. Impuesto sobre ganancias de capital de un 23% a un45%

Es decir, por un lado, con sus políticas compasivas le estaría capando al PIB unos dos trillones de dólares y, por el otro, le estaría reduciendo el flujo para la creación de capital que se utiliza para reinversión tanto a empresas grandes como pequeñas. Estaría reduciendo el dinero disponible de los individuos provocando un golpe fatal al consumo y al ahorro. Congelaría las inversiones sujetas al impuesto de ganancias de capital trabando la maquinaria productiva de la nación. Todo esto, como es natural, incrementaría el desempleo a niveles de dos dígitos y sería otro golpe directo al consumo, a las empresas, incrementando también no menos de dos millones de desempleados que requerirían pagos de parte del gobierno.

Con sus órdenes de ejecución, aun cuando no se hayan registrado todavía, ya han tenido sus efectos negativos en los mercados que tienden a empeorar, y la economía ya empieza a mostrar síntomas de la famosa teoría de “las expectativas racionales” que no dice: cuando la gente, ante las señales que recibe, inicia un periodo de negatividad ante lo que ellos esperan el futuro les depare, de inmediato reducen su consumo, baja la demanda, las empresas acumulan inventarios que no circulan, bajan sus gastos, no contratan gene, dejan de invertir en productividad, en busca de nuevos productos. Las olas de pesimismo, estilo Jimmy Carter, cubren los países y eso provoca lo que ellos tanto temen, la crisis que se hace realidad, bajan los ingresos del gobierno y crece su endeudamiento.

Ahora, estos serían logros de la primera semana de esta administración fantasma que, como el mago de la Oz, solo con sus gritos amenazantes provocaba el pánico, igualmente los papeles en blanco de Cepillín Biden ya están provocando (causando) esas olas depresivas que tan bien definía Keynes y, ante tal amenaza, su receta era más gobierno, más gasto, más endeudamiento, más impuestos, políticas que provocan ruidosos orgasmos entre los economistas socialistas como Summners (verdugo de México), Stigitz, Krugman que tan buenos recuerdos nos dejaron en su paso por la administración pública. Y estoy seguro de que los mexicanos y todos los perfectos idiotas latinoamericanos odiadores de Trump, invadidos de la euforia victoriosa ya lanzan sus gritos de muera Trumponomics y viva Pendejonomics.

Y, Cepillín, para darle sabor especial a su apresurado potaje receta de sus tropas reclutadas en Sodoma y Gomorra. De nuevo activar las políticas de Obama y permitir que esas damas peludas y bigotonas puedan usar los baños de las mujeres. También, que puedan competir en todos los deportes antes reservados solo para mujeres en las secundarias y universidades. Esto, seguramente provocará que la publicidad en sus vestidores no sea solo para anticonceptivos, toallas higiénicas. Ahora los invadirán con publicidad muy femenina de rasuradoras de Gillette, máquinas para recortar y arreglar la barba de forma igualmente femenina.

Pero, no se desesperen admirados perfectos idiotas internacionales, esto fue solo la primera semana, tienen tiempo para destruir el mundo.                 

No comments:

Post a Comment

Recordando. Los jinetes del apojodistes

  Ricardo Valenzuela  Hace unos días el gobierno mexicano anunció con bombo y platillos, le detención del ex gobernador de Veracruz, Javie...