Ricardo Valenzuela
“No hemos encontrado alguna prueba tangible de la muerte de Hitler. A pesar de que inicialmente yo tuve la seguridad de que estaba muerto, hemos recabado nueva información que nos da innumerables razones para pensar que Hitler aún está vivo”.
General Dwight D Eisenhower.
Esas fueron las palabras del Comandante Supremo de todas las Fuerzas Aliadas Expedicionarias a fines de Mayo de 1945. Ya Stalin había hecho declaraciones similares y, años después, con la nueva tecnología se comprobó que el cadáver encontrado afuera de su bunker en Berlín era el de uno de sus dobles que lo suplantaban en ciertos eventos. Así la versión oficial del suicido del líder nazi, era la que el mundo tan distraído por la victoria de la guerra aceptaba si darse cuenta de la gran mentira. El cuerpo de Hitler nunca sería encontrado, aun así, en la primera página de todos los diarios del mundo aparecía “Hitler muerto”
Rockefeller, Rothschild y Roma—vía la empresa gigante alemana FG Farben, habían financiado totalmente el Némesis del Tercer Reich, Adolfo Hitler, al igual que su Gestapo, antes, durante y después de la Guerra; extendiendo su existencia hasta nuestros días en lo que se llama el Cuarto Reich. Esos mismos carteles corporativos criminales también habían ayudado en el escape de Hitler abandonando Berlín a fines de 1944, seis meses antes de que el Fueher oficialmente fuera declarado muerto. Hitler, al ver que la derrota era inevitable y se veía enfrentando la misma suerte de Mussolini, silenciosamente partía hacia Argentina vía el Antártica.
Con asistencia del Deutsche Bank, los bancos del grupo Rothschild, otros carteles nazis y corporaciones globales controladas por Bormann, el Fueher fue secretamente establecido en el santuario de Argentina. Su peregrinación se había llevado a cabo de Berlín a una de sus bases en el mar Báltico, luego a Barcelona, después a las Islas Canarias. De ahí había partido con una flota de submarinos con destino final a Bariloche en Argentina. El Nazismo nunca había muerto. Las filosofías que se combinaron para crear el Tercer Reich, nazismo, fascismo permanecieron vivas y es lo que en estos momentos representan las elites globales.
Con la muerte de Kennedy y LBJ en la casa blanca, la nazificación de EU progresaría sin ser detectada. Johnson se rodearía con un grupo de asesores conocidos como los “hombres sabios”, todos pro nazismo. En los años 60 el Council of Foreing Relations (Morgan-Rockefeller) y la comunidad de inteligencia virtualmente eran una sola entidad. Con la media, jóvenes y el Congreso con la vista fija en la guerra de Viet Nam, nadie se dio cuenta del creciente poder e influencia de los militares y la inmensa maquinaria de guerra ensamblada por ellos. Pero, no estaba designada para ganar batallas. Se establecía para succionar dólares de la Tesorería, centralizar el poder del gobierno con sus socios corporativos y, de esa forma, cubrir el mundo con la influencia del Nuevo Reich AKA the New World Order.
Con la bandera de libertad y democracia, pero sumándose a la agenda de los globalistas que apoyaran a los Nazis, los EU sigilosamente mutaron de ser una de las naciones más admiradas del mundo en una de las más odiadas. De 1945 a 2003, los EU intentaron golpes de estado en más de 40 gobiernos extranjeros y aplastaron más de 30 movimientos en contra regímenes intolerables. En ese proceso EU bombardeó 25 países causando la muerte de millones, y condenando otros más a una vida de agonía y desesperación.
En la administración de Nixon se vería más claramente la invasión ideológica de el New Reich-New World Order cuando, Gordon Liddy presentara a un grupo cercano de colaboradores del presidente, un documental nazi demostrando cómo se podía manipular las emociones de una nación invocando símbolos de temor. Una forma en que se podría inocular la voluntad nacional en las masas a través de una agencia de control del temor y el surgimiento de una manía y furor por el ultraje. Con la renuncia de Nixon, Gerard Ford ocupaba la presidencia y, por mandato de Donald Rumsfeld, nombraba a George Bush I director de la CIA, hijo de uno de los entusiastas nazis en EU.
Los globalistas decepcionados de los republícanos preparaban el terreno para establecer un demócrata en la casa blanca—alguien que impulsara su agenda ya conocida—y acudirían por ayuda con Zbigniew Brzezinski, un conocido admirador del globalismo pues hacía declaraciones como: “Soberanía nacional ya no es un concepto viable, debemos movernos hacia una comunidad más grande desarrollando naciones a través enganches indirectos y limitando la soberanía nacional”. Eso se convertiría en el credo de los demócratas inyectado por este hombre ya colocado en las filas de ese partido y el gobierno de Carter.
Los republicanos abrirían las puertas al nazismo que ayudarían a pavimentar el ascenso del hijo de Prescott Bush, el frente financiero de Hitler en EU, hasta llegar a la presidencia. Fue cuando las elites de EU abrazaban la agenda del New Reich-New World Order. El escritor Peter Levenda hablaba de esa conexión: “Yo creo que todo el contenido de la teoría del nazismo fue un recinto confortable para estos hombres. Ellos son producto de su pasado de privilegio: vieja riqueza, poder, prestigio, las mejores empresas, las mejores escuelas, las mejores fraternidades como Skull and Bones de Yale. Los nazis representaban el sueño secreto y la lealtad de estos hombres, fue el reconocer público de lo que toda esa elite americana consideran sagrado”.
El robo de la elección fue resultado del reclutamiento de las elites globales en EU. Los EU ya son el sueño del Nazismo hecho realidad. Los individuos son computarizados, incluidos en bases de datos, almacenados y categorizados. Video cámaras, sensores en movimiento, satélites espías monitoreando nuestros movimientos, mientras ONG y fundaciones estudian nuestros hábitos. Nos bombardean a diario con pronunciamientos oficiales y publicidad. Nos arrean como ganado.
Las grandes corporaciones son los reyes. Corporaciones gigantes manejadas por ejecutivos sin rostro reportando a dueños ocultos en complejos entarimados de estructuras legales, pero controlando todo, desde gobiernos, militares, agua, alimentos, medicamentos, energía, dinero negro y blanco, educación, Eugenics, FED, FMI, ONU, OTAN, UE. Un conjunto desconocido que se ha estimado controlan el 80% de la riqueza mundial….y quieren más. Esa es la gran fuerza misteriosa a punto de subyugar los EU.
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