Ricardo Valenzuela
Cualquiera con un poco de inquietud intelectual quisiera entender el camino que ha transitado EU al haber nacido como la representación más pura del liberalismo original del siglo 17, hasta arribar al presente en el que, el demonio que combatiera durante tantos años, el comunismo, como los bárbaros ante las puertas de Roma, amenaza con tomar el país refutando la afirmación del suegro de Morning Jo. Zbigniew Brzezinski, miembro distinguido del EP, siendo asesor de Seguridad Nacional de Jimmy Carter pronunciaba una sentencia, “al inicio del siglo 21 el comunismo habrá muerto y será recordado como la más grande aberración económica y política del siglo 20”.
La gente alrededor del mundo no entiende cómo el marxismo, ante la complacencia de las autoridades estatales y municipales demócratas y, sobre todo, la forma en que los jueces activistas ignoran lo que han estado haciendo estos criminales destruyendo el país y, lo más grave, nos asomamos ante la aterradora realidad de que puedan tomar el gobierno para hacerlo “legalmente”.
EU ha experimentado tres revoluciones. La primera liderada por Washington fue la de independencia a finales del siglo 18. La guerra civil liderada por Lincoln en las décadas 60 y 70 del siglo 19. Y, finalmente, la revolución social de los años 60 y 70 del siglo pasado. Tres acontecimientos que han acudido a la historia para moldear la fisonomía del país y, sobre todo, provocar una larga confrontación en lo que ha sido la histórica lucha entre el poder y la fuerza contra la libertad. La segunda había sido un esfuerzo para remodelar el sur, pero, la última sería más revolucionaria que las anteriores en la que participaron una gran variedad de grupos, organizaciones, movimientos y gente con una gran diversidad de causas.
Durante la segunda y, ante su victoria, los
radicales republicanos con gran determinación se dieron a transformar el sur a
su imagen y semejanza. Hay que recordar que en esa época los
liberales-libertarios eran los demócratas, y los mercantilistas-intervencionistas
eran los republicanos. Pero los radicales reformadores en la última revolución querían
transformar todo el país. Estos nuevos revolucionarios portaban fuertes ligas
espirituales con la revolución francesa y el marxismo que era algo desconocido
para muchos. Sin embargo, lo que distinguiría a esta tercera fue el papel que
jugaría y permanece jugando la media y las nuevas comunicaciones.
La TV de inmediato se instalaría en un papel de gran influencia ante una sociedad que le entregara su confianza. Sin embargo, la misma gente empezó a darse cuenta de la manipulación que el nuevo medio llevaba a cabo. Dese entonces, ya una industria totalmente controlada por el EP, enseñaban sus colores dando gran propaganda y apoyo a los grupos radicales y revolucionarios. En otros casos, les daban protección frente a las autoridades, ignoraban sus actos vandálicos, y en otros casos se encargaban de desviar la atención para que la gente no estuviera enterada. En conflictos mayores, como fue la guerra de Viet Nam, solo reportaban maliciosamente batallas dando la impresión EU las perdía todas. De hecho, muchos opinan que el mejor aliado de Viet Nam del norte en esa guerra fue la media de EU.
Sin embargo, en este agreste camino que transitaba el país, surgiría un nuevo elemento que aportaría gran fuerza a los revolucionarios y con ello llevaba a cabo un pronunciamiento subliminal que ha sido pieza clave en los avances que han logrado. Al inicio de la administración de Ike, de inmediato enviaba como jefe de la Suprema Corte de Justicia a su buen amigo, republicano, ex gobernador de California, Earl Warren. Nadie hubiera podido imaginar la forma en que este hombre tomara su responsabilidad. Bajo su liderazgo, la Suprema Corte de Justicia se convirtió en un especie de super legislatura y una convención constitucional anual, tomando controversiales decisiones, atentando resolver temas y asuntos para los que no existía consenso nacional, descalificando y anulando precedentes, estableciendo reglas de gobernanza. Cuando arribara Warren, la corte todavía tenía el sabor que le había dado Roosevelt durante la gran depresión y ya mostraba tendencias activistas. Se esperaba que Warren las controlara. Pero, para sorpresa de muchos, asumía el liderazgo para cambiar totalmente su papel.
Lo benéfico o lo destructivo de la conducta de la corte, no es el punto. El problema fue el abandono de tradiciones legales y sus forzadas interpretaciones personales de la constitución. En el discurso de su despedida Washington subrayó un punto neurálgico al afirmar: “ Si la gente encuentra un error en la distribución o modificación de los poderes constitucionales, habrá que corregirlo enmendándolo de la forma que la constitución designa y lo manda. Pero, nunca deberá haber un cambio por usurpación; porque, aunque se use como instrumento para el bien, esa es el arma con la cual, tarde o temprano, se destruyen los gobiernos. El precedente siempre debe sopesar infinitamente el mal permanente que cualquier beneficio transitorio o parcial que ese indebido uso pueda producir en cualquier momento”.
De esa forma, la corte de Warren estaba actuando en ausencia de legislación o mandato constitucional, usurpando los poderes que pertenecen a la gente o a otras ramas del gobierno y, lo más grave, legislando. Esto era lo que Washington había descrito como lo productivo de lo “diabólico permanente” y el arma clásica con la que se destruyen los gobiernos. Lo que la corte de Warren estaba haciendo era destruir la autoridad establecida en el gobierno de EU. De la forma en que la Suprema Corte decidía como le daba la gana y eso era oligarquía. Es decir, es el mandato de unos cuantos hombres sobre todos. Así nacía el despotismo de la Suprema Corte y se estableciera el nuevo mandato de la ley con letras muy tenues ya casi a punto de borrarse.
Pero para corregir eso ha estado la media y sus comunicaciones. Y esa herencia, el tener estados y gobiernos locales con su autoridad devaluada, especialmente los controlados por republicanos, conjugados con el activismo judicial, se preparan para la más grande de sus agresiones a la constitución. Porque en EU, para un pequeño grupo de políticos y burócratas, el quebrantar la ley se ha vuelto el deporte más popular y, mientras más grande sea el crimen, les cuelgan medallas más grandes y pesadas. Pero ahora viene el más monumental. Más grande que todos los crímenes de Obama, los Clinton, Soros, la Pelosi, Antifa, BLM. Porque este lo ha planeado, financiado y lo va a ejecutar, el Estado Profundo liderado por su comandante regional, Barak Obama y, así como Liston le pusiera polvo en sus guantes para derrotar a Alí. Y, este grupo de criminales hará lo que sea para no perder.
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