Desaparecen los John Wayne

Ricardo Valenzuela


Hace unos días, un viejo actor de la ola de patriotas que encabezara John Wayne hacía unas declaraciones que impactaran a muchos: “Estamos construyendo un nuevo país de lo impensable y lo ridículo. Ahora los homosexuales nos hablan de moralidad, los transexuales de biología, los asesinos de niños hasta los nueve meses de gestación nos quieren dar lecciones de moral y derechos humanos, los socialistas de economía, los políticos de ética profesional, el papa promueve la equidad homosexual, las redes sociales pontifican la libertad de expresión en medio de sus censuras”, y preguntaba “¿Qué ha sucedido en este país de la moral calvinista?” Un país que con la emergencia de Trump en la política quien, como los cazadores sacan con humo de sus cuevas a los jabalíes escondidos, la breve presidencia de Trump ha sacado de sus escondites esa podredumbre de los que habitan el pestilente pantano que, si no llegara a drenarlo totalmente, si provocó que la podredumbre flotara.

 Pero, no fue lo único que provocara, también fue la causa de que algunas ideologías confundidas se ubicaran en el escaparate para realmente conocerlas, y también mostró que a veces hay que espulgarlas y hacer un coctel práctico de lo que funciona en la vida real. Los socialistas demócratas lo odiaron pues los obligó a quitarse las máscaras y mostrar su verdadera constitución marxista. Los republicanos de mercados light, de moral elástica, de ética con diferentes disfraces, de inmediato lo declaraban como una amenaza para la paz política y para sus negocios. Pero, en mi opinión, los estremecimientos más poderosos los provocó entre las diferentes denominaciones de libertarios-liberales quienes de inmediato comenzaron a transitar como gallinas decapitadas.

Los primeros fueron los talibanes inflexibles quienes, si no es un Libertarianismo puro y sin desviación alguna, son sus enemigos, de esa forma lo etiquetaron para continuar escribiendo sus teorías que nunca consiguen aplicar y se frustran. Entre los que, de alguna forma pontificaran ideas a su conveniencia, asumiendo la etiqueta, escondiendo su intervencionismo gubernamental con tintes de tercera vía, asumían una actitud que cuando menos yo, nunca pude entender cuando explotaban su odio contra Trump y, en algunos increíbles casos, avalaran el movimiento marxista que estableciera al payaso en la presidencia. Y, el ejemplo más patético fueron dos personajes. El primero Carlos Alberto Montaner que llegó a la osadía de etiquetar a Biden-Kamala como los grandes adalid de la libertad. El otro es un caso similar de un economista mexicano del cual no me voy a ocupar porque no vale la pena.

Sin embargo, la exhibición más grande de sus confusiones y sus intereses, la protagonizaron esos jóvenes quienes hablan de mercados como afirmara Rothbard, en medio de una vergonzosa ignorancia, solo para desenfundar sus ideas de libertinaje social y, sobre todo, libertinaje sexual, el aborto de acuerdo a las políticas de los demócratas marxistas, tratando de darles un toque moral, ético y honorable a sus perversiones porque es lo que lo que despierta el interés de cierto segmento de la población que, al parecer, se inspiran leyendo la revista Alerta y, que, en aspectos de libertad económica y política, no saben ni quien capó al apache de Bavispe.

Es muy claro que nunca han leído La Teoría de los Sentimientos Morales de Adam Smith que tiene una importancia similar a la de su magna obra; La Riqueza de las Naciones, porque, como afirmara Smith, sin moral no puede haber libertad económica ni política. Tampoco a Mises en su obra Socialismo cuando escribiera; “los mercados libres no pueden evitar que lleguen a ellos hombres de corazon corrupto, pero, si son verdaderamente libres, los mismos mercados los expulsan”. Ellos son los que afirman que, si algo ha sido legislado, automáticamente es moral. Tal vez porque su moral es como la del Alazán Tostado; “moral es un árbol que da moras”. Y, de esa forma, en EU se ha ido forjando como un requisito para el éxito político, la inmoralidad. Hay que recordar que la esclavitud había sido legislada y aprobada.

Todos estos grupos mostraron un común denominador. Un odio feroz contra Trump, pero, sin mostrar argumentos claros y válidos que lo respaldara y justificara, sino sentimientos en lugar de hechos y de acciones. Y, cuando alguien se atreviera a refregarles en la cara los resultados de la economía de Trump, los invadía la rabia y frustración que pareciera fue porque se sumaron al famoso grupo conocido como, Resistencia, encabezado por Soros que, desde el día de su elección en 2016, juraran su compromiso de sabotear todas las acciones del presidente, como aquel asesino que, el rechazo de su amada, lo confortara quitándole la vida al grito de “si no eres mía, no serás para nadie”. Entonces, es seguro que festejaran la pandemia china que logró lo que no pudieran los ataques de la Resistencia, destruir la economía para deshacerse de Trump a través de un golpe de estado que los confortara.

Esto convierte a todos estos grupos en socios de la mayor agresión que se haya llevado a cabo, no solo contra un presidente constitucionalmente elegido, sino al mundo entero con la destrucción de la economía global. Y, en estos momentos, deben de estar festejando los millones de víctimas de la pandemia. Y, asumiendo la misma actitud de Hitler que afirmara; “en Alemania cada día mueren en esta guerra 10,000 soldados, pero es un precio justo para salvarnos de las razas inferiores”. Porque, a ellos no les importa los millones de pequeños negocios que fueron a la quiebra, la pérdida de libertad que, ante su miopía, se lleva a cabo la destrucción de la autonomía energética de EU, porque, para esas mentes enfermas, es un precio razonable para destruir a Trump y para que sus ideas deformadas declaren victoria

Así, en un carrusel de lo ridículo, lo inmoral, lo irrazonable, se consolide la transformación del mundo para convertirlo en una prisión global, la verdadera explotación del hombre por el hombre, el regreso de la esclavitud. Pero, su mayor satisfacción, es haberse deshecho de esa gran amenaza llamada Donald Trump sin importar el costo.

Pero, una verdad básica puede ser usada como los cimientos de una montaña de mentiras, pero si se escarba lo suficiente para encontrar esa verdad y ubicarla en la cumbre de esa montaña de falsedades; toda su constitución se derrumbará bajo el peso de la evidencia, porque no hay nada más devastador para una estructura falsa, que la revelación de la verdad sobre lo que se ha construido con mentiras, y las potentes olas de esa revelación reverberán y continuaran reverberando a través de generaciones futuras despertando aun aquellos que se negaban a abandonar su sueño, y finalmente darse cuenta de la realidad y del gran engaño que sufrieron. Y, entonces, tal vez sea demasiado tarde.                   

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