Ricardo Valenzuela
En días pasados terminó la convención
republicana en un bello panorama de la casa blanca especialmente diseñado para
esta ocasión. Ivanca Trump, luciendo su belleza y aplomo, presentaba a su padre
para cerrar el evento con la aceptación de su candidatura. Sin embargo, el
mensaje del presidente no sería el momento más impactante de la noche que, ante
los fuegos artificiales al final de sus palabras, pasaría a segundo término
cuando los invitados al salir de la casa blanca fueran atacados por las mismas
tribus bárbaras que han estado destruyendo el país. Pero, el momento más
dramático fue cuando las cámaras captaran la figura del Sen. Rand Paul y su
esposa siendo agredidos por los trogloditas de Antifa y BLM y, al momento de
iniciar el ataque físico, afortunadamente fueron rescatados por la policía y el
servicio secreto.
Este tipo de violencia, desorden, ataques, no se vivieron ni en los trágicos tiempos de la revolución mexicana que le diera a México la reputación de ser un país de salvajes. El atacar a un senador de la república en terrenos de la casa blanca, es algo que solo se esperaría sucediera en Somalia o en la Uganda de Idi Amín, no en EU que debería ser un ejemplo mundial de cordura, de orden, de justas políticas civilizadas. Pero no, pareciera ser que EU regresa a los tiempos de su guerra civil. La misma noche del ataque, Bernie Kerik, ex comisionado de policía de Nueva York, en una dramática entrevista informaba que esas bandas no son amateurs, son elementos marxistas bien entrenados para provocar esos disturbios y la única forma de combatirlos es con la fuerza.
Esto me hizo recordar la famosa “masacre de Tlatelolco” en la ciudad de México en 1968. Fuerzas similares hundían el país en violencia y caos con el objetivo de sabotear las olimpiadas a punto de iniciarse. Y, como afirma el ex comisionado de policía, este tipo de violencia solo se puede combatir con la fuerza. El presidente Diaz Ordaz ordenó así se combatiera ese grupo marxista. Ocurrió Tlatelolco, desapareció la amenaza, las olimpiadas se llevaron a cabo sin mayores incidentes y el grupo se retiró del campo de batalla. Después, Diaz Ordaz asumió toda la responsabilidad expresando lo hizo para salvar el país del marxismo. En esos momentos se cocinaba una situación similar en Chile que culminaría con un presidente marxista.
Lo que sucede en EU es el mismo proceso que
se había arreciado con la presidencia de Obama llegando a límites nunca vistos,
hasta que apareciera la kriptonita de los políticos profesionales, Donald
Trump, porque él no sería un presidente tradicional como otros que, aun sin ser
parte de esta amenaza, no la combatían dejándolos actuar para ir avanzando con
pies de gato. Pero, Trump no solo era ajeno a sus grupos, llegaba para
combatirlos en la primera resistencia que encontraran en EU y, cuando eso les
sucede, inician su violencia, destrucción y tratan de eliminar la fuente de sus
males. En Chile su némesis era Pinochet quien, por la fuerza los sacara del palacio
de la moneda y, en los siguientes meses, sufriera 12 atentados contra su vida.
Y para tener claro lo que sucede, debemos
recurrir de nuevo a la verdadera raíz de este problema; la oligarquía
internacional. El esquema de esta oligarquía fue copiado de la Venecia en la
edad media. Establecerían en Inglaterra un imperio aristócrata similar a la de
Venecia en el siglo 17. Un Imperio de los sentidos, de certeza en esos
sentidos, del empirismo. Un Imperio de radicalismo filosófico, de utilitarismo,
hedonismo calculado, existencialismo y pragmatismo.
Después del concilio de Florencia en 1439, lo venecianos hacían la guerra al renacimiento italiano y al proyecto ecuménico de Cusa. Pero Venecia era un cáncer que se destruía desde su interior. Enviaban a uno de sus miembros, Francisco Zordi, como consejero sexual de Enrique VIII para de esa forma explotar políticamente su lívido. El partido veneciano progresaba en Inglaterra bajo los Stuart. Los Whigs y los Toris aristócratas, establecieron como objetivo construir un Nuevo Mundo similar al imperio romano con su centro en Londres. La “gloriosa revolución” de 1688 daba vida a una perfecta imitación del sistema veneciano de una oligarquía política nunca vista. Con la derrota de España se adueñaron del monopolio comercial de esclavos hacia AL que les diera la inmensa riqueza para apuntalar su Nuevo Mundo.
Después, declararían como su feroz enemigo el ejemplo de EU de un republicanismo comercial, los monopolios, promotores del gobierno limitado solo para proteger vida, libertad y propiedad de los ciudadanos, la importancia del individuo, mercados libres, igualdad ante la ley, rechazo total a la monarquía y de la aristocracia para sustituirla con meritocracia. Un país con una Constitución para protección del individuo no la del gobierno. Poco después de la independencia de EU, la elite monárquica sentenció la destrucción del nuevo país y enviaban a su primer agente, Alexander Hamilton, un judío nacido en el caribe que cambiaría su nombre para asentarse en EU.
En 1903, la aristocracia se reunía en el hotel St. Ermin en Londres y declaraban: “Debemos tener aristocracia, no de privilegio, sino de un propósito-o la humanidad perecerá. Podemos derrotar la democracia porque entendemos la forma en que opera la mente humana, las redes mentales ocultas atrás de la persona. El progreso humano no puede ser producto espontaneo de multitudes de mentes inducidas por sus necesidades elementales, debe ser un resultado elaborado de intricadas interdependencias humanas”. Al inicio del siglo 20, ese sentimiento común de la elite lo llamaban “eugenics”. Después de la segunda guerra mundial fue “interdependencia”, y recientemente “reingeniería”. El EP quiere usar la reingeniería para cambiar el mundo.
En los 60s el gobierno de EU se preocupaba del desorden social. Pero en aquellos días el problema eran chamacos rebelándose ante el mundo de sus padres. Ahora el problema son los padres. El nuevo pobre, a diferencia del pobre tradicional, gracias a las universidades socialistas está bien educado y adoctrinado. Es conocedor de los hábitos de consumo. Estos milenios no perdonan ni olvidan que fueran excluidos del estilo de vida que para ellos es normal. Este grupo de nuevos pobres están dispuestos a lo que sea para destruir la estructura de poderes occidentales. No quieren salvar el sistema, ni cambiar de líder, tampoco buscan compromisos. Ellos solo quieren destruir el sistema no importa lo que cueste. Y ¿Qué mejores soldados podría haber encontrado el EP en su esfuerzo para destruir EU?
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