Ricardo Valenzuela
Con gran solemnidad Vallian continuaba. “Yo he llegado al final de un camino que jamás imaginé fuera tan largo. He vivido tanto, con gran intensidad, y he visto tantas cosas que yo no puedo acomodarlas en el libro de mis recuerdos. He sido un hombre muy afortunado a quien la vida ha dado tanto, pero no pue-do ser tan egoísta de pensar, yo ya gocé de todos los privilegios de una vida de éxitos, de triunfos con los cuales la mayoría de los hombres solo sueñan. En es-tos momentos la euforia que me provoca el ver cómo nosotros, no solo capea-mos esta tempestad, sino que prácticamente doblamos nuestra fortuna en me-dio de esta depresión, es luego neutralizada por una mezcla de sentimientos que me quitan el sueño al ver la forma en que se destruye lo más bello de esta tierra que tanto amo, su libertad. No puedo simplemente asumir un estado mental que el tío Julián describía con uno de sus tantos dichos de sabiduría; “el que venga atrás que arree”. Porque atrás vienen todos ustedes, especialmente mis hijos, mis sobrinos, nietos y sobrinos nietos. No puedo seguir mi cabalgata dejando tanta gente atrás que no pueden arrear una partida de novillones que vienen desbocados a tirar los cercos. Gente que sufre ante el infierno que, por la ineptitud o por el diabólico espíritu de otros, han provocado que en estos momentos haya millones de seres humanos sufriendo la pérdida de sus pose-siones físicas, pero, más importante, la pérdida de su esperanza y de su futuro.
Así que, mis queridos hijos, queridos nietos, mis queridos sobrinos y sobrinos nietos, en estos momentos les notifico formalmente mi retiro de la operación de las actividades que he desarrollado durante tantos, tantos años. Es hora de que la siguiente generación tome las riendas. Mis hijos y tus hijos, Lorenzo, y sus hijos, han demostrado que son muchachos de bien y portan todas las he-rramientas requeridas para seguir adelante apuntando la proa de esta nave ha-cia nuevos rumbos, tal vez hacia esas soleadas playas que les están sonriendo, o a las islas de su edén que esperan su arribo. Les esperan grandes retos y, por supuesto, por la forma que ustedes fueron educados, no tengo duda que los po-drán resolver. A su tío y su padre nos ha tocado vivir y desarrollar nuestras ac-tividades en la era más hermosa de nuestro país, una era de libertad y de cons-trucción, de abrir brechas hacia el futuro lidiando con gobiernos soportables y algunas veces favorables para quienes teníamos un sueño y, a pesar de la incer-tidumbre natural de un país que apenas nacía, fuimos en su búsqueda y ese arrojo combinado con incansable trabajo y una integridad en el actuar, fuera premiado con el éxito.
Sin embargo, esa era ha pasado para ser sustituida por otra en la que priva un ambiente, ya no de inseguridad, de amenaza de parte de gobiernos que cada día escurren más sus tentáculos en todas las actividades de la sociedad civil, de po-líticos profesionales corruptos y, tal vez lo más grave, una nueva y macabra so-ciedad entre ese tipo de políticos y una nueva ola de “empresarios”, a quienes no les gusta correr riesgos y presionan para que su juego se edifique con cartas marcadas y apuestas arregladas. Ellos ganan dinero, el que comparten con los políticos, pero sin crear valor y la única riqueza resultante de sus acciones, es para ellos. No entienden de economía ni del funcionamiento de los mercados porque no necesitan ese conocimiento, puesto que el gobierno garantiza los re-sultados a su favor escogiendo ganadores y perdedores. Quiero creer que tam-poco entienden la agresión que representan para el futuro de la economía na-cional y, sobre todo para las futuras generaciones, porque si entienden estar infectando el mercado y las consecuencias de sus acciones en el mediano y largo plazo, son seres, ya no digamos sin valores, son repulsivos seres sin alma. Pero también les tocará ser testigos de otras macabras sociedades del gobierno con sindicatos y sus líderes corruptos, desde obreros, maestros, empleados de ofi-cina, y sociedades de medianos y pequeños productores agropecuarios buscan-do su tajada del pastel de la inmoralidad.
Esta es la era que a ustedes les está tocando vivir y desarrollar sus actividades. Una era que les presentará la gran tentación con dos alternativas; bajar las ve-las para entregarse a esa deshonrosa forma de ganar dinero en la cual, sí es vá-lida la expresión de que, “cuando unos ganan otros pierden”, porque en este arreglo lo que ganan estos mercenarios es lo que pierde el destino de la gente y el futuro del país. La otra es continuar la lucha que hemos librado ya por gene-raciones atestiguando como esos ineptos y sus socios se hacen millonarios sin crear valor, solo sirviendo y operando para el gobierno, y de esa forma seguir abonando a la desestabilización de los mercados los que, sin lugar a dudas, tar-de o temprano pasarán su factura que todos deberemos pagar. Este será el si-glo en el que el gobierno seguirá creciendo de forma irresponsable y con ello vendrán las guerras más cruentas que la que acabamos de librar, el socialismo se estará extendiendo por todo el mundo y, lo más triste, solo lo detendrá su mismo fracaso el que, desafortunadamente, tardará mucho tiempo. Y su heren-cia será la de un siglo perdido y no hay nada más lamentable que eso, el perder ese tesoro irremplazable que es el tiempo.
Y una región que sufrirá de forma especial este “apocalipsis” será toda América Latina que, durante este siglo, se hundirá en el más profundo de los fracasos y sus gobiernos caerán en manos de crueles dictadores, personales o de grupo. Durante todo el siglo se privará a la gente de su derecho para elegir a sus go-bernantes. La pobreza y la miseria abrazarán todo el continente y la gente ten-drá rebeliones esporádicas a través de grupos guerrilleros que solo estarán lu-chando, no por un cambio verdadero, sin para hacerse del poder y continuar con la explotación. La gente desesperada y hambrienta identificará como su única alternativa el emigrar a nuestro país, lo que hará de nuestras relaciones con todos ellos un asunto sumamente difícil y hasta peligroso. Porque si Mexico no cambia sus políticas económicas y rompe las cadenas con las que han escla-vizado a su gente, en menos de cien años la gente estará viviendo en la más do-lorosa pobreza y, al no tener esperanza en el futuro, invadirán nuestro país de forma totalmente desorganizada y ello provocará graves fricciones entre los dos países.
Porque nuestro vecino es un ejemplo dramático; México. El triunfo de una re-volución supuestamente liberal que, sin aviso y ante la sorpresa del mundo, se convirtiera en un movimiento socialista dedicado a la expropiación sin respetar uno de los derechos más sagrados del hombre, el de su propiedad, a establecer una economía dirigida por el estado, el mercantilismo, sindicalismo, y el capullo de una corrupción nunca vista incrustada como un tumor maligno que será casi imposible arrancar. Hace muchos años el tío Julián me preguntaba qué era lo que yo pensaba de la toma de parte de EU de la mitad de Mexico. Ahora les quiero responder a ustedes con otra más de mis predicciones. No pasará mu-cho tiempo en que esta región que fuera México presente una economía no me-nos de 15 a 20 veces más grande que la de todo el país mexicano. Y eso se debe-rá a su ideología, su cultura, instituciones, la iglesia católica. Pero, a pesar de nuestro retroceso en este valioso campo tan necesario, la libertad económica, comparado con México nosotros somos un paraíso de libertad porque las raíces de los sembrado durante mas de cien años, nos seguirán dando campo para trabajar, crear, prosperar y desarrollar.
El concepto al que le dieran vida nuestros padres fundadores de una república comercial pasó después a identificarse como democracia Jacksoniana aun cuando a los mismos padres fundadores la palabra democracia les provocaba un rechazo total. Y es aquí en donde yo veo el inicio de un conflicto. En estos momentos creo puedo afirmar que somos el único país en el mundo portando esta estructura de libertad, individualidad, respeto de nuestros derechos. Pero si en otros países se desarrolla mal, puede ser una fatal plaga para la humani-dad. Porque para esos países democracia es solo el mandato de la gente. Pero si esa “democracia” no incluye el resto de los conceptos como estado de derecho, protección de las libertades, de la propiedad, estarán condenados al fracaso. Es decir, si la democracia florece sin libertad, sin ley, es un camino tenebroso. A mí me gustaría hacer a un lado la palabra democracia para bautizar este experi-mento tan especial como; Liberalismo Constitucional. Este nuevo experimento no es solo el seleccionar gobiernos. Debe ser también la protección de la auto-nomía y dignidad del individuo contra la coerción ya sea del estado, de la iglesia, o de la misma sociedad. Y esa debería ser la única responsabilidad de un go-bierno liberal-libertario.
Porque en esta tenebrosa nueva era que yo veo ya navegando, habrá el gran choque entre lo público y lo privado, entre ideas individualistas y las colectivis-tas, entre la ciencia individual y la colectiva. En el mundo de hoy tenemos varias formas de organización económica que van desde: el sistema de propiedad pri-vada de los medios de producción, lo que ya de forma desarrollada se conoce como capitalismo. El sistema privado de los medios de producción con periódi-cas confiscaciones de la riqueza para redistribuirla. El sistema del sindicalismo. El sistema de propiedad pública de los medios de producción que conocemos como socialismo o comunismo recientemente que ha visto la luz del día debu-tando como intervencionismo. Y esa ola de irresponsabilidad e inconciencia sin duda tratará de penetrar también nuestro país, como ya lo ha estado haciendo, y si los hombres de buena voluntad permanecen inmóviles ante esta amenaza, no estaremos cumpliendo con nuestro deber que es defenderlo.
Sin embargo, todas esas posiciones de poder político, gobiernos, reyes, autori-dades republicanas, siempre han visto la propiedad privada con gran recelo. Todos tienen la tendencia de no reconocer límites en su operación para exten-der la esfera de su dominio hasta el abuso. Controlar todo, no dar lugar a que algo suceda sin su conocimiento e interferencia. Porque ¡Si solamente la pro-piedad privada no existiera! Sería el mundo ideal para ellos. Porque la propie-dad privada crea una esfera en donde el individuo es libre del estado, en donde se establecen límites a las operaciones autoritarias. Provoca que otras fuerzas emergen y se forman en esas filas para ser oposición al poder político. Esa es la tierra en donde las semillas de la libertad son nutridas, donde nace la autono-mía del individuo y donde todo el progreso intelectual y material establece sus raíces. Pero a pesar de lo obvio, la propiedad privada es enemiga del estado porque es un gran obstáculo para lograr y mantener ese poder total. Ese será su nuevo frente de batalla. Y si no peleamos por lo que es justo y correcto cuan-do, sin derramar sangre, podemos ganar. Si no peleamos cuando la victoria es segura y no será costosa; llegará el momento en que tengamos que pelear con todo en contra nuestra con pocas posibilidades de sobrevivir. Entonces habrá un caso más dramático. Tendremos que pelear cuando no hay esperanza de vic-toria, porque es mejor sucumbir que vivir como esclavos
Pero aun ante lo que pudiera parecer un horizonte de negros nubarrones, las oportunidades existen y siempre van a existir. La ruta que yo estoy seguro uste-des elegirán no es la más fácil ni la más cómoda, pero es la que los hombres de bien tienen que seguir, porque es una ruta hecha a base de sacrificios, de prin-cipios y de integridad. Nunca mientan a nadie, aunque sea para aliviar algún do-lor. Hagan su trabajo portando siempre los valores que se les inculcaron, evi-tando caer en ese egoísmo irracional que hoy exhiben los hombres que han provocado este infierno, u otras conductas que puedan percudir su integridad. No piensen tanto en lo que tienen que hacer, piensen en lo que deben ser. Por-que si su vida es una vida de felicidad, su trabajo entonces será brillante. Nunca se permitan caer en el desánimo aun ante las desgracias, ustedes tienen sangre de guerreros que se crecen ante la adversidad, de luchadores que llegan al campo de batalla de la vida con la sonrisa de un conquistador. Y si quieren que sus sueños se hagan realidad, nunca duerman para que puedan soñar despier-tos.
Sean diligentes con todo mundo y, sobre todo, sean formales, justos y genero-sos. Pero también tengan presente que no siempre es bueno que los aplaudan por su bondad si no tienen la fortaleza para ser severos, porque entonces la bondad puede ser efecto de indolencia. Nunca miren el futuro con temor y des-confianza, porque las batallas no se ganan montados en ese estado de ánimo. No la jueguen tan segura, porque es la cosa más peligrosa del mundo. Tengan confianza en ustedes mismos, porque nadie va a construir lo que es su respon-sabilidad. Nunca confundan la riqueza con la felicidad, porque es la fuente de grandes decepciones. No importa que tan negro luzca el horizonte, alcen la mi-rada y claramente verán las posibilidades porque siempre está ahí, y así puedan apuntar su carreta hacia las estrellas. Sean positivos, optimistas, entusiastas, piensen grande, pero actúen con humildad y nunca miren a nadie hacia abajo. Amen y vigilen a su familia y a su país con una pasión que los motive para estar dispuestos a los grandes sacrificios para protegerlos. Gracias a todos, que dios los bendiga y los guie en esta nueva responsabilidad”.
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