LOS NUEVOS ASESINOS ECONÓMICOS

 Ricardo Valenzuela

 

Al inicio del Verano de 1947, una poderosa flota de la armada de EU encabezada por el Almirante Richard Byrd arribaba al Antártica, bajo un manto de misterio y anclaban sus buques en una bahía. Después se sabría que iban en busca de un asentamiento subterráneo a donde habían llegado los nazis de los niveles más altos después de la guerra, junto con su tecnología más importante, el grupo de científicos también de nivel superior de los que llegaran a EU en el proyecto paperclip. Su mandato era encontrar su asentamiento y destruirlo. No tenían idea de lo que les esperaba y no esperarían mucho tiempo.

Unas horas después de su llegada, aparecían unas naves extrañas volando a velocidades increíbles y haciendo maniobras igualmente increíbles. El Almirante dio la orden de abrir fuego contra ellos y las desconocidas naves respondían al ataque lanzado algo similar a rayos láser y de inmediato hundieron algunas de los buques de la Armada, destruían cerca de 20 aviones, y perdieran la vida unos 20 marinos. Esto obligó la retirada de la flota antes de ser totalmente aniquilada. Al llegar a EU, después de comparecer hasta con el presidente, tuvieron que hacer un juramento solemne de no debelar lo que había sucedido.

En estos momentos es muy claro que existe esta fuerza desconocida que, sin tener que acudir a sangrientas guerras, con ese poder militar tan superior ha estado provocando la capitulación de los EU sabiendo que en una guerra sería imposible derrotarla. Los que han tenido la temeridad o la insensatez para enfrentarla, como JF Kennedy, el Gral Patton, han sufrido consecuencias fatales. Donald Trump los retó y simplemente le aplicaron un golpe de estado de la forma más arrogante y descarada, y harán los que sea para que no vuelva a retarlos sabiendo que las instituciones enmudecerán.

Después de estos meses en que, ante la sorpresa de una acción tan reveladora como fue el golpe de estado, me he dedicado a investigar con profundidad lo que ha sucedido cuando veo que el mundo entero lo han estado cubriendo con armas silenciosas, y lo aprisiona cada día con esa fuerza al parecer invencible. Y, lo más triste, la gente no se da cuenta y a esa misma velocidad han aceptado la suerte de una moderna esclavitud. Mi búsqueda no ha sido algo especial puesto que, con los avances tecnológicos, las huellas de esta invasión las podemos encontrar en todas partes y, con una mente inquisitiva y abierta para considerar algo que parece increíble, ese peligro se puede identificar.

Estas fuerzas han existido por mucho tiempo, pero fue después de la segunda guerra mundial arreciaron su paso cuando, en Bretton Woods 1945, se crearan las herramientas para iniciar ese ataque invisible, el FMI, Banco Mundial, OMC y un nuevo sistema monetario mundial. De inmediato esas fuerzas enviaban a los combates a sus asesinos económicos profesionales. Ejecutores de planes para defraudar trillones de dólares a países alrededor del mundo. Ellos canalizan el dinero del Banco Mundial y otras organizaciones de ayuda internacional hacia los cofres de grandes corporaciones y a las bolsas de unas cuantas familias billonarias que controlan los recursos del planeta.

Sus herramientas incluyen reportes financieros fraudulentos, elecciones igualmente fraudulenta, mordidas, extorciones, sexo, asesinatos. El viejo juego imperial, pero, con nuevas y terroríficas dimensiones en esta nueva época de la globalización y tecnología. Una historia que se ha repetido en país tras país. Uno de estos asesinos representando a Texaco en América Latina operando en un país con grandes mantos de petróleo, afirmaba el usaría su reporte para para que el Banco Mundial lo inundara con sus préstamos y para persuadir a Wall Street invertir en Texaco y otras corporaciones que se beneficiarían. Y, por supuesto, a los ciudadanos que bailaran al son tocado por Texaco porque ellos ya se habían adueñado del país, pagaban al ejército que es quien controla al gobierno. Es cuando alguien le pregunta ¿Todo eso paga Texaco? Y el responde. No precisamente, lo pagas tú, o los americanos que pagan sus impuestos. Y en esta región son populares los golpes de estado, pero siempre contra líderes que no quieran participar en el juego.

El Banco Mundial primero cubre a esos países con sus préstamos para que el pago de intereses no permitan que los países inviertan en salud, educación etcétera y así quedan ya encadenados. Es cuando asesinos profesionales del FMI aparecen demandando que el país le venda su petróleo y otros recursos a las grandes corporaciones de EU a precio de liquidación. Y, además, el país deberá privatizar energía, agua, tierra, otras instituciones públicas e igualmente a precios de ganga y los ganadores son los empresarios estatistas. Cuando los prestamos son para infraestructura e ingeniería, ese dinero nunca deja EU y simplemente es transferido directamente a las corporaciones en Nueva York, Houston, LA. Los asesinos financieros se aseguran de que cada país compre en EU aviones, medicamentos, tractores etcétera.

Saben bien no podrán pagar esos financiamientos y deberán declarar su insolvencia. Es cuando los asesinos profesionales, como las mafias, demandan sangre como sus votos en la ONU, bases militares, acceso total a sus recursos naturales. Pero, aun con esa ayuda todavía deberá pagar esos préstamos y, de esa forma, el país es agregado al Imperio Global de esa misteriosa fuerza.

Estos asesinos económicos son reclutados de los departamentos de negocios y economía de las mejores universidades de EU, no por el gobierno, sino por empresas de asesoría similares a Bechtel, Halliburton para manejar masivos proyectos de ingeniería, infraestructura. La empresa a que nos referimos, sin dar su nombre, los entrena para dos responsabilidades; justificar los grandes financiamientos internacionales creándole al país en turno una necesidad que no tenía. Para provocar la quiebra de esos países y permanezcan esclavos de sus pasivos y sujetos a extorción. En ese proceso juegan papel importante empresas globales como el FMI, Banco Mundial. E infinidad de bancos de inversión de Wall Street. Pegan sus machetazos y van por los siguientes.