Ricardo Valenzuela
Cuando los individuos soberanos puedan
ejecutar transacciones internacionales en un nuevo mundo empresarial en el que
no habrá realidad física, ya no tendrán que tolerar la sucia practica de los
gobiernos de destruir sus monedas a través de inflación. El control del dinero
emigrará de las elegantes oficinas de los bancos centrales al mercado global,
de las manos de los mercaderes de las elites globales a la del verdadero
pueblo, el mercado. Pero un mercado verdaderamente libre donde manda oferta y
demanda que siempre las elites globales han estado bloqueando.
Desde el abandono de Nixon de los últimos vestigios del patrón oro en 1971, el dólar ha perdido casi el 100% de su valor. Si esta tendencia persiste, los precios en los EU se habrán doblado para cuando la generación que en estos momentos está naciendo entre a la fuerza de trabajo, dejando así el campo fértil para futuras crisis económicas y monetarias. Durante años el mundo estuvo controlado por un Keynesiano del sistema monetario internacional que fue impuesto por los EU e Inglaterra después de la segunda guerra mundial. Bretton Woods fue un sistema internacional del dólar manipulado como “patrón oro”, para aprovechar el prestigio del sistema monetario más antiguo y estable del mundo. Finalmente, a principios de los años 70, la comunidad financiera internacional abandona dicho sistema para arrojarnos a un mundo de monedas flotantes, economías manipuladas por los bancos centrales y especuladores internacionales estilo Soros. En estos momentos, cada día se mueven más de 100 billones diarios de monedas, 90% es especulación y 10% comercio mundial.
En México, desde la administración de Echeverría el Banco de México se había convertido en la caja chica del presidente de la república. Echeverría quiso estimular la economía a través del esquema Keynesiano de impresión de dinero para promover una demanda artificial utilizando para eso al banco central, con la bendición del FED, los resultados ya todos los conocemos y todavía estamos pagando por ellos. En la administración de Salinas, bajo la mirada de Pedro Aspe, el Banco de México inició por primera vez en casi 20 años, una responsable estrategia de la política monetaria del país con la desagradable tarea de combatir la inflación-devaluación provocada por las anteriores administraciones y lograr la estabilidad tan ansiada por los mexicanos.
En diciembre de 1988, al tomar Salinas posesión como presidente de la república, la inflación en el país corría a casi un 200%, el peso se había devaluado más de un 3,000%, las reservas internacionales del Banco de México eran negativas, el déficit del presupuesto federal era ya ridículo, los intereses se asemejaban lógicamente a la inflación cotizados en cerca de un 200%, la deuda había viajado de $3 billones en 1970 a más de $120 billones en 1988. Pero en diciembre de 1993, al final del quinto año de Salinostroika, la inflación se había controlado en un 7%, las reservas del Banco de México eran de más de 30,000 millones de dólares, se había logrado superávit en el presupuesto federal, los intereses se habían estabilizado abajo del 20%, la inflación en un 11%, el peso se había también estabilizado en $3.50 por dólar.
En diciembre de 1994 toma posesión Ernesto Zedillo como presidente de la república, se cambia radicalmente la política monetaria del país, se modifican las estrategias del Banco de México y, ante un problema de liquidez temporal que tenía solución, enviando el peso a flotar se opta por una “pequeña” devaluación. En esos momentos se daba inicio a una de las peores crisis financieras a nivel internacional y obviamente una de las peores en nuestro país. La devaluación Zedillista había retrocedido el progreso de México por lo menos 30 años y con el FOBAPROA nos colgaban los costos de varios cientos de billones.
Desde que el mundo abandonó los últimos vestigios del patrón oro con el desmantelamiento de los acuerdos de Bretton Woods, nuestro planeta se ha convertido en una fábrica general de dinero artificial. Los gobiernos obviamente son los principales productores armados del sistema bancario mundial a través de sus préstamos apiramidados, pero la fábrica de lujo, sin lugar a dudas, son los bancos centrales. Sin embargo, recientemente ha hecho su aparición un nuevo esquema de creación de dinero artificial particularmente en México: el endeudamiento de los estados. Todos sabemos que en México la banca era insolvente y se tuvo que privatizar. Sin embargo, los señores feudales en los estados, a base de presión, obligaban a los bancos a darles prestamos con dinero que no existía, es decir, tenían que crearlo y lo fabricaban simplemente con la firma de un pagaré para después abonar esa cantidad a las cuentas del gobierno para “sus planes de desarrollo”, pero ese dinero no existía, se está fabricando absolutamente sin ningún respaldo y a eso, amigos, se le llama inflación, se le llama demanda artificial, se le llama irresponsabilidad cuando le partimos la madre al futuro.
Los señores feudales de esa forma daban la apariencia de “prosperidad” en sus cotos privados (estados), pero en realidad nos emborrachaban con dinero artificial y alguien debía que sufrir la cruda, alguien debía pagar por los faltantes que se provocaban en el banco central vía esos préstamos de presión, independientemente que la mayoría de los endeudados estados no portaban capacidad de repagar, y adivinen quien tendría que hacerlo, “el pueblo”. Así es que el VAMOS POR MAS PROGRESO, se convertía en VAMOS POR MAS IMPUESTOS. En esta transa, como es natural, el supremo gobierno contaba con el apoyo incondicional de “algunos” banqueros favorecidos por las privatizaciones y de los empresarios pegados a la ubre que, por coincidencia, eran consejeros de los exprimidos bancos. Y la peor cruda de todas amigos, ahora se le llama FOBAPROA que ampara nuestra deuda de unos $200 billones de dólares..
Yo continuaba con mis equivocaciones de aquella época afirmando:
Pero esta forma de control sólo será una más de las que estará perdiendo el obsoleto estado-nación que, al igual que la senil iglesia de la edad media tuvo que ceder todo su poder a nuevas formas de entendimiento y cooperación de la sociedad después de haberla dominado por siglos. El verdadero tema es control. El internet estará tan desarrollado y expandido que hará imposible que algún gobierno lo pueda controlar. Así se habrá creado una incontenible zona de comercio global, anti soberana e irregulada, el internet ponía en duda la supervivencia de estado-nación. A medida que el cibercomercio se desarrollara, daría paso al nacimiento del cyberdinero privado.
Este sí realmente sería un juego diferente, sería uno de los tiros de gracia al estado-nación y con ello a sus reyecitos, señores feudales y todos los vampiros pegados a la ubre del estado. Muy próximamente, todas las transacciones se llevarían a cabo a través del mercado electrónico, con dinero electrónico, en ese momento moriría la integración monetaria europea y la que nosotros estamos prediciendo se “iniciaría”, la de América Latina, pero siempre dominada por el FED.
Esta nueva forma de dinero digital seria la pieza clave en el desarrollo del cibercomercio. Esta nueva forma de dinero consistiría en largas secuencias de muchos miles de dígitos en interminables números. Único, anónimo, verificable, este nuevo dinero conciliaría las transacciones más sofisticadas imaginables. Sería también divisible en microscópicas fracciones de valor. Sería transferible sólo accionando una tecla de computadora en un mercado de miles de trillones de dólares, un mercado sin fronteras y, sobre todo, totalmente fuera del control de los gobiernos para regularlo, para gravarlo.
Este nuevo dinero como es obvio seria desnacionalizado. Cuando los individuos soberanos pudieran ejecutar transacciones internacionales en un nuevo mundo empresarial en el que no habrá realidad física, ya no tendrían que tolerar la sucia practica de los gobiernos de destruir sus monedas a través de inflación. El control del dinero emigraría de las elegantes oficinas de los bancos centrales al mercado global, de las manos de los mercaderes a la del verdadero pueblo, el mercado. Con esto cerraba yo las incoherencias que me dominaban hace ya muchos años.
Mi concepción no estaba equivocada, lo que yo nunca previne fue la respuesta de los piratas globales que sería violenta. Y en esos momentos, ante el gran temor de las elites globales surgía con insospechable fuerza su Nuevo Orden Mundial y detener la tendencia tomando su control.
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