¿CUÁNDO EL DEMONIO GANÓ LA PARTIDA EN EU? (PRIMERA PARTE)

 Ricardo Valenzuela

Cagle.com

Después del asesinato del presidente John F Kennedy, su viuda, Jackie, cuyos sus antepasados fueran franceses y mantenía una buena relación con ese país, de forma especial pidió al gobierno de Francia llevara a cabo una investigación secreta del asesinato de su esposo cuando, la comisión Warren ordenada por el ya presidente Johnson, ridículamente informara había sido la acción solitaria de Lee Oswald un desequilibrado marxista, algo que Jackie nunca lo creyó ni aceptó. Al mismo tiempo, la Unión Soviética hacía su propia indagación para conocer la verdad. El resultado de las dos investigaciones de forma irrefutable señalaron como el autor intelectual a Lyndon Johnson en una conspiración que incluía la CIA, el FBI y la inteligencia militar.

¿Por qué? Porque Kennedy, además de no caminar la senda estatista clásica de los demócratas, anunció que en su segundo término despediría al gánster Hoover como director del FBI con quien su hermano Bobby tenía ya feroces enfrentamiento. También, había firmado una orden ejecutiva para liquidar el Fondo de la Reserva Federal. Y, además, ante la rabia del Complexo Militar Industrial, firmaba otra orden para retirar la presencia militar americana de Viet Nam y rechazaba la posibilidad de la guerra en ese país lo que arruinaba la oportunidad del CMI de ganancias de billones de dólares en esa guerra. 

  Al año siguiente se enfrentaban por la presidencia de EU dos hombres que no podrían ser mas diferentes. Lyndon B Johnson de Texas y Barry Goldwater de Arizona, ambos sureños y allí se terminaban sus coincidencias. Goldwater no era político profesional, era miembro de una familia de emprendedores muy exitosos que habían hecho fortuna en Arizona en diferentes actividades y, sobre todo, un republicano completamente diferente a las huestes estatistas republicanas de Rockefeller, Romney, Moyers etcétera que habían controlado el partido eternamente conocidos como RINOS (Republicans in Name Only) Republicanos solo en nombre.

Goldwater era un hombre de gran integridad, decente, moral, de carácter fuerte pero muy justo. Un hombre que la famosa activista Margaret Kober lo describiera cuando lo vio abandonar una explanada política para atender a unos niños que querían conocerlo, y estaría con ellos media hora hablando de aviones puesto que el era gran piloto. Y Margaret cerraba afirmando: “es un hombre de un gran corazón”. Un Jeffersoniano individualista que confiaba en que la razón y el trabajo de los hombres de bien, eran suficientes para autogobernarse. Anti centralista pues desconfiaba del poder central del gobierno federal y luchaba por la protección de los derechos de los estados. Construccionista exigiendo el gobierno solo hiciera lo que le permitía la Constitución. Frugal pues pensaba los gobiernos deberían coordinar gastos e impuestos.

Johnson sería el hombre más diabólico, deshonesto, mentiroso, traicionero que aspirara la presidencia de ese pais. ¿Qué se podría esperar de quien fuera el líder del asesinato de su jefe, John F Kennedy? Un hombre que, ante la pregunta de por qué cambiaba el poder del liderazgo del senado por el de vicepresidente con ausencia de ese poder. Respondería; “quien sabe, ha habido algunos presidentes que han muerto en funciones”. Un hombre que había vendido su alma al Complexo Militar Industrial. Un hombre que la noche anterior a la nominación de JFK como candidato, se apareciera en el cuarto de su hotel acompañado de J Edgar Hoover (FBI) con un grueso expediente de sus amantes y lo amenazara con entregarlo a Nixon si no lo incluía en la boleta como vicepresidente.

Goldwater era un devorador de libros y sus autores favoritos eran Mises, Hayek, Milton Friedman. Thomas Paine, John Locke y más que republicano se definía como libertario. Johnson se sabía jamás hubiera leído mas que los reportes que a diario recibía de todos los espías del FBI, CIA, Inteligencia Militar, vigilando, no a enemigos domésticos y foráneos de EU, sino vigilando a cualquiera que podría ser amenaza para sus intereses políticos. Esas avanzadas de bárbaros llegaron a establecer micrófonos en los aviones de Goldwater, en los cuartos de los hoteles a donde llegaba, en todas sus oficinas de campaña. Johnson era un ser tan vil, que acordaba con sus colaboradores mientras estaba sentado en el excusado de la oficina oval.

Pero, si Johnson en estrecha sociedad con Dulles de la CIA y Hoover del FBI, se habían atrevido a asesinar al Presidente de los Estados Unidos de América para obtener esa presidencia ¿Qué no se atreverían a llevar a cabo para mantenerla ante la amenaza de Goldwater? Muy sencillo, si ya no podían cometer otro asesinato, deberían aniquilarlo destruyendo su activo mas importante y valioso, su reputación, su integridad, simplemente endosándole toda la maldad que ellos representaban. Y lo más triste y repugnante de esta acción, es que participaron los RINOS como Rockefeller, Scranton, Romney (ahora sabemos como heredó a su hijo Mitt lo traicionero) en la destrucción de ese hombre quien por primera vez se les enfrentaba. 

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