Ricardo Valenzuela
¿Qué fue lo que vio Trump para ir por la presidencia?
Los dos partidos polĂticos de EU se habĂan fusionado persiguiendo el mismo objetivo, mantener el poder en un escenario que siempre presentaba la misma obra. Un paĂs operando a medias tintas para mantener una sociedad mediocre programada para aceptar esa mediocridad. La clase polĂtica no tenĂa interĂ©s en que se desarrollara una sociedad civil independiente, robusta, que no aceptara sin cuestionar, analizar y protestar si no está de acuerdo. Porque una sociedad civil estructurada de esa forma serĂa una amenaza para la sobrevivencia de ese sistema polĂtico que mantiene gentes en el congreso durante 40 años.
Y, más grave, estos actores polĂticos no son independientes, son peones de un ajedrez de ramificaciones mundiales. Son parte de un poderoso ejĂ©rcito que ha estado en guerra con EU desde su nacimiento. Un grupo que luchĂł ferozmente para que la independencia de EU no se consumara, no por intereses econĂłmicos sino por intereses polĂticos. Explotaba la revoluciĂłn francesa y el rey enviado a la guillotina, la guerra de EU por su independencia rechazando la monarquĂa enviaba a reyes y prĂncipes a un pozo de preocupaciĂłn e histeria.
La revoluciĂłn francesa serĂa un fracaso, pero la americana serĂa exitosa y se convertĂa en la verdadera amenaza para la monarquĂa. Desde el nacimiento de la repĂşblica americana las fuerzas monárquicas europeas iniciaban su lucha para hacerla fracasar. El primer agente que tendrĂan en el nuevo paĂs fue Alexander Hamilton, un desconocido judĂo nacido en una isla del caribe y misteriosamente aparecĂa en EU. Luego, impulsado por fuerzas igualmente misteriosas, surgĂa en la polĂtica de los grandes corredores. De inmediato se iniciaba la confrontaciĂłn con Jefferson quien representaba la repĂşblica, y Hamilton abanderado de la monarquĂa y esa confrontaciĂłn todavĂa perdura.
Inglaterra, en pánico de que EU contagiara al mundo provocando la desapariciĂłn de las monarquĂas, en 1810 tratarĂa de reconquistar su antigua colonia por su enfermizo propĂłsito de dar muerte en su cuna al reciĂ©n nacido. FracasarĂan y la lucha se llevaba a otros campos, al espionaje, saboteo, infiltraciĂłn, ataques comerciales, diplomáticos y financieros. Los Rothschild llegaban a Londres contratados por la corona como sus mercenarios financieros, y llegaban con buenas credenciales al haber destruido la moneda de España.
El primer ataque serĂa el esfuerzo de Hamilton para lograr permiso y establecer un banco central, lo conseguĂa y el banco iniciaba operaciones. Pero, al llegar Jackson a la presidencia lo cancelaba afirmando que no podĂa permitir que, un banco con esas atribuciones fuera controlado por extranjeros. En esos alegatos habrĂa un intento de asesinar al presidente. Pero los Rothschild llegaban a Nueva York para establecer su banco, un caballo de Troya penetrando el territorio enemigo e iniciar su “agresiĂłn pacĂfica”. Y, con soporte de los poderosos judĂos que habĂan hecho sus fortunas en el nuevo paĂs, navegaba en calma.
Las monarquĂas continuaban adueñadas de Europa en un estado de nepotismo que, al inicio de la primera guerra mundial, los lĂderes de los tres principales paĂses en la confrontaciĂłn eran nietos de la reina Victoria y primos hermanos.
La guerra silenciosa contra los EU continuĂł hasta llegar a nuestros dĂas y ha sido muy exitosa. De los Ăşltimos 10 presidentes solo dos no han sido cortesĂa de ellos; Ronald Reagan y Donald Trump. Esto les ha permitido participar en todas las decisiones importantes puesto que, con el establecimiento de su cuartel en AmĂ©rica en sociedad con los Rockefeller, Council of Foreing Relations, durante años han estado reclutando locales para tener la estructura interna requerida y avanzar su propĂłsito; poner de rodillas a EU y conquistarlo sin necesidad de las armas.
Durante las dos Ăşltimas cuatro dĂ©cadas, su penetraciĂłn de los EU alcanzaba niveles convenientes para su diabĂłlico propĂłsito; elevar a China a la grandeza haciĂ©ndolo un paĂs rico, permitiendo que succionara la riqueza de EU. Debilitar a EU al mismo tiempo que fortalecĂan a China para que EU dejara de ser el paĂs más rico y poderoso del mundo, y coronar a China. Esto lo han logrado con tres estrategias; abriendo sin restricciones los mercados mundiales a China; transfiriĂ©ndole la industria americana; poniendo a su disposiciĂłn los mercados financieros internacionales. Sin importar la desindustrializaciĂłn de EU, la pĂ©rdida de millones de empleos y se aniquilara un segmento de la sociedad que, en gran parte habĂa sido responsable por su grandeza.
Pero, lo más triste, en el esfuerzo para destruir EU han participado sus hijos que lo han llegado a odiar. No les importĂł traicionar los ideales de su fundaciĂłn para mantener su poder, otros para lucrar de esa destrucciĂłn como Biden y su familia. Los dos partidos le habĂan fallado a los americanos porque ya no representan nada más que su enfermiza ambiciĂłn. Desprecian a ese hombre olvidado y lo abusan porque no tiene el poder para defenderse. Ese agricultor que perdiĂł su tierra, ese padre de familia que perdiĂł su trabajo en la planta que enviaron a China.
Y, ante este silencio, ante la pecaminosa entrega del futuro de los americanos por mandato de logias infernales. Solamente un hombre se puso de pie para gritar ¡basta! Un hombre que no es polĂtico, pero ama a su paĂs, es billonario, pero no es parte de esas elites costeras de nuevos billonarios que, en su enanismo moral, se sienten culpables por su riqueza y purgan sus culpas odiando a su paĂs y se suman a su destrucciĂłn. Él no es republicano ni demĂłcrata, tiene ideologĂa propia, Ăşnica, diferente, de justicia, de moralidad. Un hombre que no fue engañado por los oropeles que blandieron los traidores. Él nos abriĂł los ojos al engaño perpetrado, a la forma en que nos saqueĂł China, de la forma que la ONU y sus acĂłlitos no estaban extorsionando.
Nos abriĂł los ojos ante la amenaza del marxismo, para ver cĂłmo, en lugar de ayudar a nuestra gente, entregan millones para causas musulmanas. Para ver que, en lugar de dar avenida legal a gente decente con problemas migratorios, se abran las puertas a terroristas musulmanes que ahora son parte de su liderazgo polĂtico.
Trump no tiene partido, su ideologĂa, su estilo, la forma de hacer las cosas, no caben en el corrupto molde de los partidos. Es simplemente Trump, mercados libres, pero morales sin los abusos que siempre son provocados por el gobierno, igual con el comercio internacional. Una gran afiliaciĂłn con ese hombre olvidado sin influencia en los pasillos del poder, que trabaja duro respetando las reglas. Él está reviviendo el credo de Jackson, detener el paso del poder a “expertos” responsables de nada y regresarlo a la gente.
En esta era de gobierno hinchado, estado desenfrenado, burocracia y elites corruptas, antiamericanos destructores. Él trabaja para su paĂs, para su gente, no para la ONU ni para China. Pienso que lo que ha dibujado Trump se puede convertir en una nueva alternativa polĂtica. No es izquierda ni derecha, es Trump.
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