DONALD JACKSON TRUMP

 Ricardo Valenzuela

Donald Trump, Andrew Jackson and American Populism | TIME 

El estilo de gobernar con el que Trump ha enfrentado al EP es tal que, a demócratas y republicanos (Never Trump), solo al anunciar sus intenciones de contender temblando le declararon la guerra. Los demócratas histéricos, sabiendo no era miembro de los equipos que pueden controlar. A la mafia Obama/Clinton intentando destruirlo, es un estilo muy especial pero no inventado por él. A quien se le debe esa patente es al presidente Andrew Jackson, el héroe político de Trump con el que su personalidad y estilo guarda gran similitud. Ambos, al ganar su elección provocaban el horror de la gente etiquetándolos de agresivos, bocones, beligerantes y peligrosos.   

 En 1828 en EU se enfrentaban dos hombres por la presidencia. Uno representaba la aristocracia, John Quincy Adams, abogado, hijo del segundo presidente de EU, educado en Harvard y en Europa, ex embajador. El otro era Andrew Jackson, un rudo militar famoso por sus pleitos de cantina y sus duelos que lo dejaran con una bala en los pulmones y, sobre todo, famoso por sus triunfos militares en diferentes guerras. El triunfador fue Jackson abriendo una nueva página en la historia de EU.

 Jackson dejaría un credo político muy especial en el torrente sanguíneo estadounidense. Era populista, pero de un populismo de principios muy prácticos que se llegara a conocer como el “populismo bueno”. El populismo que fuera la rebelión de los propietarios agrarios contra gobiernos, altos impuestos, regulaciones, el globalismo, las guerras, la monarquía, porque ellos preferían la libertad frente a la igualdad y fueron los que realmente construyeron el mundo occidental. EU se había construido con ese populismo de pequeños propietarios. El otro era el populismo de la plebe pidiendo, exigiendo, saqueando y destruyendo tan despreciado en Roma y Esparta. 

 Si bien Jackson no era teórico de la política ni poseía habilidad para crear pa-labras seductoras como lo fuera Jefferson, ofreció una cosmovisión diferente pero coherente al pueblo estadounidense y luchó ferozmente por ella. Él es-quema básico del credo de Jackson era simple, pero tuvo un impacto duradero en el curso de la nación que todavía se respira en las áreas rurales.

 El primer elemento de su filosofía fue combatir los intereses arraigados en los lugares de poder político peligrosos para las libertades. El aseguraba que los funcionarios públicos consideraban sus oficinas como propiedad privada, sin esfuerzo habían escalado posiciones y se habían vuelto perezosos, incompetentes y corruptos. Desde el primer día anunciaba la intención de drenar el pantano. Jackson explicaba su filosofía: “En un país donde las oficinas de gobierno se deben crear para servicio y beneficio de la gente, nadie debería permanecer eternamente en un puesto oficial. Las oficinas no se establecieron para brindar apoyo a ciertos grupos en particular a expensas del público, se establecieron para servir a todos”.

 El segundo eslabón de su credo político fue oposición al capitalismo de compadres, esa relación entre el gobierno y las grandes empresas que provoca el gobierno luego interfiera el libre mercado para elegir ganado-res y perdedores. Él era un creyente del mercado libre sin la mano del gobierno. Los olvidados eran los ciudadanos promedio sin influencia en los pasillos del poder, aquellos que trabajaban duro respetando las reglas. La solución de Jackson no eran subsidios, ayudas, ni llevar a cabo interferencias para controlar los negocios, sino darse a cortar los lazos corruptos entre los negocios y el gobierno.

 Jackson denunció el capitalismo de compadres cuando vetó el intento del Banco de los EU (banco central del EP). Él sabía era un poder que terminaría en manos de extranjeros para controlar el país y su economía. Muchos políticos ya estaban en la nómina del banco y expresaba: “Es lamentable que los poderosos manipulen los actos de gobierno para su beneficio. Cuando las leyes se comprometen ante las ventajas naturales del mercado para agregarles ventajas artificiales, los miembros humildes de la sociedad sin los medios para obtener favores similares tienen derecho a luchar contra la injusticia”.

 El tercer elemento de su agenda fue una política internacional y militar agresiva frente al mundo, muy diferente a las advertencias de Obama de no cruzar la línea y el mundo se burlaba de los EU. Nunca permitió se abusara del país ni de sus ciudadanos. Jackson confiaba más en el concepto de "paz a través de la fuerza", la frase favorita de Ronald Reagan.

 Invirtió agresivamente para establecer la Marina como la fuerza principal para prevenir agresiones de ciudadanos estadounidenses en todo el mundo, y en su discurso de despedida parafraseó un antiguo dicho latino que expresaba su sentimiento: “Vamos a preservar la paz, pero, que se entienda bien que estamos preparados para la guerra ". Su máxima de política exterior era:" No hagas ni pidas nada más que lo correcto, no permitas nada que no sea lo correcto ".

 Él estaba siempre listo para desatar la fuerza militar y obtener concesiones diplomáticas de países que consideraba trataban a los EU de forma abusiva. Cuando Francia se rehusó a pagar lo acordado por daños de la "Cuasi Guerra" a fines del siglo, la temeraria actitud de Jackson con-venció a los franceses de que deberían de pagar. Aun tan poderosa Francia comparada con los Estados Unidos de aquella época, las amenazas y la negativa para disculparse, tuvieron un resultado muy efectivo. Los días en que las potencias extranjeras podían amenazarlos y sacar provecho sin consecuencias, habían pasado ".

 La personalidad agresiva de Jackson permitió a EU establecer su peso en política exterior y establecer sus reclamos con asertividad y firmeza, que producían los buenos resultados. La militancia jacksoniana al exigir res-peto por los derechos de los ciudadanos estadounidenses y afirmar los intereses nacionales de EU en el extranjero, fue muy eficaz para advertir a las potencias extranjeras de no intentar tomar ventaja y respondieran favorablemente a las demandas en comercio y otros acuerdos.

 A pesar de su beligerancia, EU no se vio envuelto en ninguna guerra durante su presidencia, y el país aseguró más acuerdos comerciales que todas las administraciones anteriores. El hombre que el establecimiento político había llamado incompetente e imprudente había hecho muy bien las cosas y, por única vez en la historia, fue el presidente distinguido por haber pagado toda la deuda, entregar un país boyante en medio de un boom económico y gozando de una gran popularidad que lo llevó a ser considerado uno de los mejores presidentes.

 Jackson era nacionalista, pero también federalista: pensaba que la mayoría de las políticas deberían dejarse en manos de los estados, la unión era necesaria, no indispensable y debía ser controlada. Para que EU se fortaleciera, el gobierno federal debía circunscribirse a funciones importantes pero limitadas, como la política exterior y los proyectos de alcance verdaderamente nacional y protección. En pocas palabras, como Trump, era un bully de gran precisión, atrevido, temerario y gran realizador. 

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