Ricardo Valenzuela
La educación a través de los tiempos ha sido un arma de dos filos. Por un lado, ha sido un factor neurálgico en el establecimiento y desarrollo de grandes civilizaciones; del avance de la humanidad a niveles nunca imaginados. Pero, por el otro, ha sido también una herramienta para someter los pueblos bajo la tiranía de hombres siempre hambrientos de poder. Afirmaba el Prof. George Masse en su libro; “Nazi Culture”, qué si una ideología puede ser instalada en la estructura de educación, es una gran batalla ya ganada. La estructura del sistema educativo de EU fue creada y dirigida durante muchos años por los progenitores de los globalistas para crear el comunismo y el socialismo en sus diferentes versiones. Y ahora ejercen en EU.
El primer billonario de la historia, John Rockefeller, en 1903 le daba vida al Buró General de Educación (GEB) con una ruta bien marcada para repartir su dineros invertidos en la educación. Para 1960, sus programas fueron tomados por la Fundación Rockefeller con el objetivo de ejercer un control total de esa educación. En 1917, el GEB llevó a cabo una donación de $8 millones de dólares a la Universidad de Columbia para crear el proyecto de la Lincoln School, una escuela privada experimental de coeducación en la ciudad de Nueva York. El concepto original fue experimentar y llegar a formar nuevos métodos de educación bajo la sombra del Colegio de Maestros de ese prestigiado centro de estudios.
En esta escuela se dio vida a la Cadena Nacional de Educadores Progresistas y Científicos Sociales, cuyo objetivo para influenciar a la juventud eran paralelos a los del partido comunista, otro de los recipientes del dinero Rockefeller. Sus programas revolucionarios fueron establecidos a nivel nacional, desde primarias hasta las preparatorias. Así, se iniciaba un profundo cambio de la educación y de los valores americanos que, en estos momentos, están ya dictando la conciencia nacional del país y, sobre todo, la emergencia de grupos violentos que como perros rabiosos se han dado a la destrucción de lo que sus “enemigos” construyen, como una forma de distribución de riqueza basados en los conceptos que aprendieron en la escuela.La agenda de Rockefeller en la formación de su GEB, la podemos conocer en las declaraciones de su primer Presidente Frederick Gates: “Con recursos ilimitados construiremos nuestro sueño para ubicar a la gente hasta que estén listas para dócilmente para nuestras manos moldeadoras. La condición presente de la educación desaparecerá de las mentes y, sin que se den cuenta, facilitará nuestra misión por todo el país, pero, especialmente en las zonas rurales. No vamos a tratar de hacer de esta gente ni de sus hijos filósofos, hombres de letras ni de las artes. No tenemos ni siquiera queremos que de ahí surjan autores, editores, poetas, hombres de letras. Tampoco queremos formar el embrión de grandes artistas, pintores, abogados, estadistas, doctores, porque esos oficios deben ser para otros”.
“La tarea que no hemos fijado es muy sencilla, entrenar a esta gente para una vida ideal y feliz en donde ellos están. Entonces, llevar a cabo de modo perfecto las tareas que sus padres están haciendo ahora de forma imperfecta en sus casas, en sus campos, en sus talleres”. De esa forma el dinero de Rockefeller le dio vida a una intriga internacional y a un gran fraude. Además, sabemos que su dinero se ha usado en muchas formas para avanzar el control y dependencia social y global, a través del control económico, fundaciones, la ONU, universidades, la banca, la industria, medicina y, acompañando a la educación, la psicología y psiquiatría. Rockefeller tomaba control con sus millones de la Universidad de Chicago, en donde su hijo, David, obtuvo un PhD en economía, y ahora finalmente entiendo “el libre mercado” de los Chicago Boys y la adoración de uno de ellos por Biden.
Pero, faltaba el jugador estrella en este equipo. La comunidad de inteligencia durante mucho tiempo ha estado penetrando la academia para propagar las ideas y filosofía dictadas por sus amos. Y mientras sus expertos no se cansan del cliché de universidades dominadas por facultativos de izquierda hostiles hacia los valores originales que le dieran vida al país, la verdadera amenazante realidad es otra. La CIA se ha convertido en una fuerza creciente en los campus. Ahí encuentra sus expertos en la academia, y las universidades siempre están sedientas de dinero en efectivo. En 2002 el ex director de la CIA, Robert Gates, se convirtió en presidente de Texas A & M, mientras que el director del brazo del Capital Venture de la agencia Q-Tel Inc., Michael Crow, se convirtió en Presidente de la Arizona State University.
La CIA ha creado un programa especial de becas para estudiantes graduados que sean atraídos por el glamur de James Bond. El principal propósito del programa es promover y avanzar diciplinas tan necesarias para que sean usadas por sus agentes. Y, en estos momentos, por todo el país y en el extranjero, muchos académicos llevan a cabo investigaciones secretas en infinidad de diciplinas. Y, si esto se combina con la NSA, que también les da entrenamiento, se ha estado formando otra factoría de pequeños monstruitos que luego son enviados por el país y el extranjero, con su Carte Blanche con sus credenciales de asesinos financieros. Es decir, la CIA ha tomado una participación muy activa en el área educativa de EU.
Muy poca gente se ha dado cuenta del distanciamiento de gobierno y sociedad que se ha desarrollado gradualmente. Uno de las victimas de los nazis describía la situación de la siguiente manera: “Primero vinieron por los comunistas, pero yo no era comunista y no protesté. Luego vinieron por los socialistas y sus sindicatos, pero yo no era miembro y no protesté. Vinieron por los judíos, pero yo no era judío y no protesté. Y, cuando vinieron por mí, ya no había nadie que protestara. Gran parte de esta vacilación no era por miedo, sino el pensamiento que alguien más estaría viendo lo que sucedía. Los que protestaban eran acusados de alarmistas. Pero, hoy día, en EU son etiquetados de fabricantes de conspiraciones
Nosotros nos sentimos apartados de esa realidad y eso debilita nuestra confianza para luego convertirse cobardía. Y, esperamos y esperamos que llegue alguien como Trump, otros esperan a la divina providencia antes que pensaren el regreso de Trump. Pero, llegará el momento en que la realidad desplace el programa servil que nos instalaron las escuelas. Es cuando de seguro despertaremos de una pesadilla para ver que la pesadilla era real, y es muy probable que sea demasiado tarde.
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