Ricardo Valenzuela
Hace un par
de dias este convulsionado mundo recibió un muy buena noticia. El derrumbe de
la tiranía Siria que los Assad habían perpetuado por una eternidad. Y es tan
buena, porque el mundo está sufriendo otra todavía más sangrienta y criminal,
la de Venezuela. El derrumbe de Assad debe ser una potente llamada de atención
para el troglodita opresor de Venezuela, Maduro, que, ante la inactividad de
Rusia e Iran en Siria, se le acabaron sus amigos.
Y esto es algo especial que debemos señalar. Coincide con la elección de Trump para de nuevo ocupar la presidencia de EU y, sobre todo, con lo que ya Trump ya ha estado haciendo. Y hay que leer las señales, pues, independientemente de lo que está provocando antes de su juramento, a diferencia de Biden seducido por el petróleo de Maduro, Trump hará de ese dictador una poderosa lección para todos los aspirantes a tiranos y se les quiten las ganas. Y hay algo todavía más importante.