La
tecnología ya nos ha creado un mundo completamente diferente al que nos vio
nacer y en cual hemos vivido por tanto tiempo. Un mundo en el que la violencia
se ha convertido en factor que cada día surte más poder. Un mundo en el que han
surgido los nuevos “competidores de la interferencia.” Esos elementos que ganan
y controlan recursos combatiendo por ellos y también eliminando competencia. Y
aunque quisiéramos que todo mundo respetara las reglas y el estado de derecho,
sabemos que muchos juegan de acuerdo con las reglas solo cuando les favorecen.
Y debería horrorizarnos la expansión del crimen cuando los resultados económicos y políticos, ya en gran parte, son todos moldeados por conflictos que incluyen todo tipo de violencia. Incluso bajo la ley y el vigilante gobierno, el individuo racional y ambicioso encontrará un equilibrio entre los medios legales e ilegales de adquirir recursos: Entre la producción y el intercambio, por un lado, y el fraude y la extorsión por el otro. Una evaluación totalmente inmoral.
Los autores de un interesante libro; “La economía política de Conflicto y Apropiación” afirman: “Individuos o grupos pueden operar en dos formas muy diferentes, produciendo y creando riqueza, o simplemente adueñándose de la riqueza de otros”. Al caer la Union Soviética surgían las mafias cuya actividad favorita sería extorsionar a todos los inversionistas que llegaban, mismos que nunca regresarían. Pero, Rusia también sufriría el saqueo de parte de EU en lo que se conocería como la Violación de Rusia, cortesía de Bill Clinton en sociedad con George Bush I.
La misma tecnología ha provocado que los grandes poderes militares sean menos decisivos, y la tecnología ha reducido radicalmente la capacidad de la nación-estado para imponer su autoridad en un mundo cada día más incontrolable. Voltaire en su era afirmaba: “Dios siempre ha estado con los grandes batallones”, hoy día es claro hay menos soporte para los dividendos que generan esas grandes acciones impregnadas de gran violencia. Fue lo que iniciara la tendencia de los grandes conglomerados para maquilar violencia concentrada.
Otra manifestación sería el explosivo crecimiento del gansterismo y el crimen organizado a nivel mundial, provocando el cronísmo político y gran corrupción de los gobiernos. El reflejo de la ausencia de un esquema con moralidad en donde el estado coerce y ha dejado de proteger. Y con el monopolio de la violencia deshilachado, infinidad de nuevos competidores aparecían en la escena, algunos asumiendo acciones de los gobiernos estableciendo sus aduanas y sus propios impuestos. Otros simplemente se apropiaban de gobiernos.
Venezuela es el mejor ejemplo para aprender todo lo que se ha hecho mal y malintencionado. Al iniciar la descomposición de la vieja nación-estado, surgirían bárbaros para tomar ese poder apropiándose de los gobiernos en donde compiten con narcotraficantes y también con agencias del gobierno renegadas. Ellos son micro parásitos que se alimentan de sus presas moribundas. Y cuando se apoderan de una presa como Venezuela, con sus reservas petroleras mas grandes del mundo, es como entregar las llaves de un carro de lujo a un borracho, drogadicto, portador de bestiales instintos. Con ese tesoro a su disposición no habrá discurso o amenaza que lo haga abandonarlo.
Es cuando se debe acudir a la novedad mas interesante de este siglo 21, los ejércitos privados que garantizan cumplirán con las tareas para las que fueron contratados. Venezuela es una tragedia que solo se puede comparar con las grandes regiones que controla el narco en Mexico. Regiones donde la única ley es la del jefe narco que controla a su ejército. Allí, en sociedad con gobiernos estatales, asesinan, extorsionan, secuestran gente para su negocio de tráfico humano, cuyos beneficios ya rivalizan con sus toneladas de fentanilo y cocaína que envían por todo el mundo.
Desde el día 28 de Julio, día de la elección que los criminales pretenden robarse, ese gobierno que tienen secuestrado ha recibido $250 millones de dolares por las ventas de petróleo, los que es seguro estén ya en las cuentas de Maduro. Han sacado del país por lo menos de 8 toneladas de oro del Banco Central, han exportado unas 10 toneladas de cocaína y fentanilo. Han encarcelado miles de gentes, han torturado a otras tantas, han asesinado y desaparecido a cientos y yo solo quiero preguntar, Señores líderes internacionales, regionales y locales ¿Qué esperan? ¿Quieren asistir a un velorio?
Los trogloditas en Venezuela han disfrutado del monopolio de la violencia cuando nadie se ha atrevido a confrontarlos, por eso ellos se han inflado con el dinero robado del pueblo. El crimen organizado en otros lugares ha sido competencia para los gobiernos utilizando la violencia para cometer sus crímenes. Pero en Venezuela no han tenido ese problema pues su propio gobierno, es el que ha cometido todo tipo de crímenes, ha protegido a sus consentidos criminales foráneos dándoles la etiqueta de legalidad, es el mejor ejemplo de lo que es el crimen organizado navegando siempre con viento de cola.
Señores diplomáticos, ya no pierdan tiempo y, sobre todo, ya no permitan que se pierdan más vidas en Venezuela porque ustedes quieren convencer a esos salvajes para dialogar. Eso me parece un insulto a la gente que tanto está sufriendo y que ha estado sufriendo durante tanto tiempo en ese agraviado pais. Esos seres irracionales carecen de eso, la razón, elemento neurálgico para pensar con lógica. Son un grupo de psicópatas sin escala de valores que no les importa destruir el país.
Admiro profundamente a Maria Corina, pero, su análisis de costos para medir la posibilidad de que los criminales suelten a su presa comparando esos números. Con ellos no funciona pues son seres sin principios, sin valores, amorales, que no hablan el mismo lenguaje, ella los ha visto, los ha escuchado y ha debido soportar sus insultos que los develan como lo que realmente son: una partida de mulas salvajes desbocadas porque tienen miedo, y cuando los descerebrados son invadidos por ese miedo, son más peligrosos que los soldados de esas fuerzas especiales donde se formara Erik Prince.
Ya denle el visto bueno a Erik Prince.
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