La
tecnología ya nos ha creado un mundo completamente diferente al que nos vio
nacer y en cual hemos vivido por tanto tiempo. Un mundo en el que la violencia
se ha convertido en factor que cada día surte más poder. Un mundo en el que han
surgido los nuevos “competidores de la interferencia.” Esos elementos que ganan
y controlan recursos combatiendo por ellos y también eliminando competencia. Y
aunque quisiéramos que todo mundo respetara las reglas y el estado de derecho,
sabemos que muchos juegan de acuerdo con las reglas solo cuando les favorecen.
Y debería horrorizarnos la expansión del crimen cuando los resultados económicos y políticos, ya en gran parte, son todos moldeados por conflictos que incluyen todo tipo de violencia. Incluso bajo la ley y el vigilante gobierno, el individuo racional y ambicioso encontrará un equilibrio entre los medios legales e ilegales de adquirir recursos: Entre la producción y el intercambio, por un lado, y el fraude y la extorsión por el otro. Una evaluación totalmente inmoral.