El arte del libre comercio estilo Trump

 


Ricardo Valenzuela
 More Joe in 2024: Political Cartoons – Pasadena Star News
La gente podría sorprenderse si se enteran de que Donald Trump—que critica tratados de libre comercio, se queja de países foráneos “comiéndose nuestro almuerzo” y siempre pensó que el TLC había sido uno de los peores—él no se considera proteccionista y mucho menos mercantilista. Y cuando alguien lo acusa de serlo, verdaderamente se molesta y aún más cuando alguien lo describe como otro Herbert Hoover, a quien se acusa de haber causado la Gran Depresión de 1929 con sus políticas proteccionistas.
 
Durante un momento muy importante en el correr de su campaña, Trump pidió la ayuda de Laffer y Moore en una presentación que debía hacer del área económica frente al Club Económico de Detroit. Trump había ya logrado su nominación y todo mundo en la media y el partido Republicano querían saber cual sería la agenda de este fuereño no probado, que se tenia que enfrentar a Hillary por la presidencia. El evento había despertado gran interés y sabían que los votantes y la media lo observaría con especial detenimiento, tanto que, debido a una asistencia inesperada, el club tuvo que cambiar el lugar del auditorio normal a un masivo centro de convenciones.
 Volando de Nueva York a Detroit, Kudlow y Moore se unían a la revisión, línea por línea, de su mensaje para que tuviera el lenguaje económico preciso y apropiado. Se unían también Steve Mnuchin, Steve Miller, Jared Kushner y, por supuesto, Trump. Después de una larga discusión y pequeñas correcciones, con el mensaje ya listo para acomodarlo en el Telepromter Trump pregunta ¿Qué piensan del mensaje? Los participantes se miraban unos a otros y Kudlow habló por todos al responderle: “Nos gusta, Donald, pero nos preocupa que no incluyas nada de los beneficios del libre comercio internacional. Tienes que asegurar a la gente que entiendes el comercio es bueno, y no debes dar la impresión de que eres un proteccionista”. Todos pensaron que Trump los sacaría por una ventana.
 
El pensó por un par de segundos y luego en alta voz les respondía: “Es cierto. Debemos dejar claro que no soy proteccionista”. Luego agregaba: “soy un hombre de negocios. Por supuesto que entiendo el valor del comercio internacional”. Luego mirando a Steve Miller le dice: “Steve, necesitamos agregar un párrafo que diga que el libre comercio es bueno, pero necesita ser un comercio justo, y básicamente el comercio justo no es un comercio manipulado ni debe ser an equal opportunity exporter. Para mi comercio justo significa que haya una actitud universal de totalmente abrir las puertas al comercio de todos los países. Por supuesto que no quiero causar la impresión de ser proteccionista”. Luego el mismo recitó una frase acerca de los beneficios del comercio libre y justo, que se le agregó al mensaje. Esa sola línea de inmediato fue recogida por la media y la convirtieron en la presentación de Trump y un clavo en su zapato.
 
Días después Laffer tuvo una conversación telefónica con Trump acerca del mensaje. Después de hablar un poco sobre el plan de recorte de impuestos, trató de presionar a Trump con el tema del comercio. De forma política pero firme advirtió al candidato que proteccionismo en comercio era uno de los peores verdugos de la prosperidad, del brazo con impuestos, inflación y regulaciones excesivas. Le advirtió también, que, si elevaba las tarifas, eso podía deshacer algunos de los beneficios del recorte de impuestos. Siempre sus tres economistas lo repitieron una y mil veces. “Las tarifas son impuestos”. Trump no rechazó los consejos de Laffer como seguido lo hace con otros, y a partir de esos momentos se convirtió en un proyecto en proceso con relación a comercio internacional y lo ha asimilado.
 
Algo que Trump de forma muy confidencial compartió con sus asesores económicos, era que estaba usando amenazas de tarifas con China, Canadá, México, y la Unión Europea, como una forma para conseguir que ellos redujeran las suyas para los productos americanos. Su forma de ver esta situación era que los persistentes déficits comerciales con otras naciones eran evidencia de la ventaja que estaban tomando y que, con la amenaza de sanciones, se podía lograr que esos países abrieran las puertas a productos americanos como acero, soya, puerco, blue jeans etc. Después de que los economistas pasaran algún tiempo con Trump, entendieron bien su filosofía de comercio, sus tácticas para negociar y sus objetivos. Ahora sabemos que Trump es un presidente que firmemente apoya y reconoce las ventajas del comercio a través de las fronteras. Pero también cree que la forma de llegar a buenas relaciones entre todos es usando el mercado de consumidores de muchos trillones de dólares en EU, como la zanahoria para obligarlos a que abran sus mercados.
 
Para entender la estrategia de Trump en comercio internacional, primero hay que leer su libro; “El Arte de Negociar”. Afirma Laffer que algo que ha aprendido del presidente Trump, es que no importa si está negociando con el Congreso o con gobiernos foráneos, el objetivo final es lograr el mejor acuerdo posible. Y sin duda, Trump es el gran negociador. En aspectos de comercio internacional desde su campaña mostró una postura agresiva. Pero después fue muy obvio que lo que Trump pretendía era llamar la atención mundial, para comunicar había un nuevo sheriff en el pueblo para vigilar que las leyes comerciales se cumplieran y naciones como China, que se habían beneficiado de la apertura total de los mercados de EU, ahora debían hacer lo mismo con los suyos.
 
En algunas de sus posiciones respecto a comercio internacional Trump tiene razón y se debe comprender la agresividad de la forma que negocia. Es el caso de China que se ha especializado en el robo de patentes, secretos, tecnología, algo que las administraciones pasadas siempre ignoraron y permitieron, pero ya no es tolerable y se debe corregir. Para Trump, la situación ideal sería la de un mundo en el cual se hubieran eliminado todos los elementos negativos que, durante muchos años, han acudido a establecer un entorno de libre comercio que tiene de todo, menos libre comercio. Su visión dualística sería una en la cual se eliminaran 100% tarifas, subsidios, impuestos, tratos preferenciales, manipulación de monedas y, al mismo tiempo que erige un muro para controlar la entrada de inmigrantes ilegales al país, el quisiera derribar todos los muros al comercio mundial para lograr su objetivo de nacimiento, que sea verdaderamente libre.
 
Su estrategia es algo similar a la de un Mohamed Alí quien, a base de intimidación, tenía sus peleas ganadas antes de subir al ring. El mismo Alí, quien fue buen amigo de Trump, en cierta ocasión le comentaba que, al subir al ring para enfrentar a Liston, estaba muerto de miedo, pero, al sonar la campana y ver los ojos de su adversario, se dio cuenta que el miedo de Liston era aún más grande y la pelea estaba ya decidida ¿Es una estrategia buena? Solo el tiempo nos señalará si tuvo razón o no, pero las herramientas de Trump frente a China son muy superiores a las de Mohamed Alí, cuando en 1964 se enfrentara al temible ogro considerado invencible.

No comments:

Post a Comment

LA VERDADERA MUERTE DE DIOS

Ricardo Valenzuela   Habiendo sido un hombre siempre inquieto y gran curiosidad de los grandes secretos de la vida ante lo que considero...