Ricardo Valenzuela
La Segunda Avenida de Donald Trump a la presidencia sabíamos tendría un significado especial todavía más importante que la frustrada primera. Un hombre que no era político por lo que, de inmediato, explotaban las alarmas para quienes han estado empujando una agenda totalmente ajena a la de los dos partidos clásicos, republicanos y demócratas. Un hombre odiado por muchos, pero no lo suficiente para evitar ser favorecido con más de 80 millones de votos y ser electo por segunda vez.
Y para tener los elementos y apreciar esa diferencia, debemos acudir a una referencia llamada, George Soros, el principal actor de algo que sucedería hace solo unos meses. El entonces presidente Biden, ante la sorpresa del mundo, haría de Soros receptor de la medalla congresional al mérito, una distinción muy especial para quienes llenaran una serie de requisitos de casi una santidad ejerciendo algún ministerio celestial en EU. Y para exponer la magnitud del evento, debemos conocer los grandes merecimientos del recipiente.
Soros, como lo describía alguien después del evento, es un hombre que odia todo lo que es bueno, lo que es bello, lo que es harmonioso, todo lo que represente integridad. Es un hombre diabólico con un deseo compulsivo de la destrucción de EU. Un judío húngaro de 95 años que ha sido expulsado de infinidad de paises, incluyendo Rusia y su país de origen, por todas las agresiones que han sufrido de su parte. Y, no es precisamente un pirata harapiento en busca de naves para asaltar. Es un criminal con una fortuna de $30 billones y, si en un momento, necesita algún tipo de apoyo, acude a sus patrones, los Rothschild.
Y, como es sabido, los Rothschild han tratado de subyugar los EU desde que fueran las 13 colonias de Inglaterra. Y, con ese propósito, en el siglo 19 se formaba una sociedad entre Rothschild, la Monarquía Británica, el Vaticano, y el hombre más rico del mundo en aquella era, Cecil Rhodes, dueño de Rhodesia y del monopolio de diamantes a nivel mundial. Una sociedad que representaba el seguimiento de lo acordado en el Congreso de Verona en 1822, en donde se decidiera la urgente destrucción de EU, el regreso del rey de España, la destrucción de la república y su constitución libertaria de Cádiz.
Un papel importante de la sociedad lo jugaría el Vaticano que, desde la fundación de su iglesia en el siglo IV, iniciaría la acumulación de poder y una riqueza inimaginable que se ha llegado a considerar como la organización más rica del mundo. Pero, durante el siglo 18, cuando la iglesia enfrentara graves problemas financieros, recurriría a los Rothschild para su solución. Desde entonces los Rothschild han sido considerados los banqueros del Vaticano. Así, esa insana sociedad establecía como su objetivo supremo, la subyugación de EU con su república dirigista y ya no fuera ejemplo para otros paises.
Los Rothschild, después de fracasar en sus dos primeros intentos para establecer su banco central en EU—lo que provocara el asesinato de Lincoln y ya en el siglo 20 el de Kennedy—a finales de la guerra de independencia y un Washington con sus arcas vacías sin poder concluir la guerra liberadora—aparecían los Rothschild para operar un préstamo con dos condiciones. Control total del sistema financiero y bancario, y la aparición de su sello en el dólar. Regresarían por más a finales de la guerra civil ante los EU a punto de su bancarrota, para ejecutar la compra del Distrito de Columbia, sede de todos los poderes federales, en una sociedad entre The London Corporation, Rothschild Bank, y Vaticano Corporation.
En el siglo 20 aparecía Soros, ya con la guadaña de los grupos subversivos de izquierda. Pero, siempre disfrazado de un gran filantrópico donando millones para construir un mundo mejor. Un hombre de paz y de libertad. Pero la realidad aparecía con su grupo de fundaciones que, en realidad era un frente para la comunidad de inteligencia Angloamericana, por un lado, y en el otro, el Proyecto secreto Democracia del gobierno de EU. Y Soros no era un debutante en la actividad criminal del mundo.
Soros iniciaba su carrera criminal con dinero de Edmond de Rothschild a través de uno de sus empleados, George Karlweiss, quien también avanzara la carrera del narcotraficante, Robert Vesco. Desde entonces Soros, ya indispensable para Rothschild, cometía horribles agresiones con su guerra financiera especulativa destruyendo infinidad de monedas en todo el mundo, campañas mundiales para la legalización de drogas en AL. Su principal experiencia la había adquirido como aprendiz de los nazis en la guerra mundial, vendiendo todo lo expropiado a los prisioneros judíos, incluyendo los 500,000 judíos húngaros, con lo que Soros haría su primera fortuna.
Sus promociones del narcoterrorismo son muy conocidas. Ha sido empleado del Imperio ejecutando la política de saqueo románticamente conocida como globalización. A través de Human Rights Watch, Soros Fundation y Open Society Institute, utiliza las drogas e invasión de ilegales para destruir naciones. Afirma que su sociedad abierta destruye los intereses nacionales, mientras que una estructura política-financiera internacional asume las responsabilidades para el bien común. Y cualquier nación que rechace la globalización, “es sujeta a los ataques de los agentes de su gobierno global en las sombras.”
Soros es la cara de una vasta red de intereses financieros privados. Una red controlada por las familias aristócratas más importantes de Europa ubicadas en la Casa Británica de Windsor. Es conocida como Club de las Islas que fue construido con los escombros del Imperio Británico después de la segunda guerra mundial. Un grupo que controla activos de unos $15 trillones. Y domina gigantes como Royal Dutch Shell, Lloyds of London, Rio Tinto Zinc, DeBeers. Controla la oferta mundial de petróleo, oro, diamantes y muchos otros recursos naturales.
Y en lugar de usar el poder del estado para objetivos geopolíticos, fue desarrollado el holding de una cruza de intereses privados ligada a la oligarquia aristócrata de Europa. Un gran parecido con la British and Dutch East India Companies. Y el corazón del Club es el centro financiero del viejo Imperio Británico, The City of London. Soros es lo que en la era medieval fuera conocido como Hofjuden, sirviente judío de la realeza. Es decir, el mozo para ejecutar sus crímenes y reciba las culpas.
Por primera vez alguien en EU los está enfrentando. Contra ese enemigo va Trump con Musk.
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