LOS LIBERTARIOS AGARRANDO MONTE SIN RIENDA

Ricardo Valenzuela

Los extraviados anhelan coherencia, Por Juan Antonio Urzúa. - YouTube

Hace unos dias, con gran sorpresa atestiguaba cómo uno de los más grandes libertarios de EU y tal vez del mundo, Nick Gillespie, arremetía contra Trump, Vance, Musk, Rubio y Tucker Carson, por los mensajes que habían dirigido en el funeral del gran Charlie Kirk, acusándolos de haber aprovechado el evento para convertirlo en un evento político. Me extraña porque desde hace tiempo yo habia disfrutado de sus escritos y no imaginaba de su parte una reacción tan fuera de lugar con quienes expresaban su dolor la muerte de un amigo. El escrito me pareció más la acción de uno de esos odiadores compulsivos del presidente, siempre buscando la oportunidad de agredirlo. 

En primer lugar, todos ellos eran grandes amigos y admiradores de Charlie y, frente a su asesinato tan bárbaro y cobarde, pienso que ese dolor tan grande al perder un amigo lo expresaban, no de forma histérica ni llamando a un levantamiento popular, que fue lo que sucedió ante la muerte de George Floyd que, nunca fue la intención del policía quien, producto de las llamaradas estilo lideres de esa comunidad, lo enviaron a prisión y allí permanece. No defiendo al policía pues, por el motivo que fuera, no intencional, tal vez no actúo de la forma que debía. Sin embargo, causaría una ola de violencia y destrucción por todo el pais y, como siempre, con gran impunidad.

 A Charlie no lo mataron por accidente, no, lo ejecutaron como a un animal rabioso por el gran delito de expresar sus ideas. Y, lo más dramático, lo asesinó uno de los dementes que sus mismos líderes fabrican, lo asesinaron por odio, por ese odio al que invitan esos evangelistas predicadores de violencia y muerte, no de la libertad, de moralidad, de espiritualidad que predicaba Charlie. A Charlie lo ejecutaron porque es lo que pide gentuza como el supuesto reverendo Al Sharpton, esa bruja Maxime Waters, Cory Booker, o el eslabón perdido del congreso, Al Green, los caníbales Mao Mao miembros de Antifa o Black Lives Matter, y hasta el mismo Barak Obama o Eric Holder, que siempre predicaran e invitaran a la violencia de las armas.  

Y si lo que Gillespie esperaba era un Trump y su equipo ofreciendo la otra mejilla, está totalmente fuera de lugar. Ellos denunciaban, primero, el ambiente de violencia estilo el de esa mujer, Waters, en las calles de LA arengando a la gente para que atacaran republicanos donde los encontraran. Un Obama afirmando, “si ellos traen navajas, nosotros llevaremos fusiles.” Porque este ambiente de violencia también está provocando que, los supuestamente antes agraviados de siempre, se hayan transformado en los nuevos abusones agresores. No es posible que esos mamarrachos disfrazados de Trans agredan a quien no los llame Miss, que quieran utilizar baños de mujeres y competir con ellas en los diferentes deportes.  

 En segundo lugar, lo que ellos elevaban a un acto celestial, era la plegaria y la necesidad del castigo más severo y agresivo para estos imbéciles acomplejados y confundidos. No seguir la política del Peje en Mexico cuando, haciendo uso de sus alcances socráticos y aristotélicos, a los narcos mexicanos les ofreciera abrazos en lugar de balazos. Los narcos felices aceptaron la invitación y se adueñaron de todo el país. Porque ellos, además de estar sufriendo la pérdida de su admirado amigo, sienten la necesidad de castigar a los verdaderos responsables sentando un precedente de justicia no impunidad.

 Me parece que el Sr Gillespie ya tomó la vereda y el trote de tantos libertarios que condenan mucho, pero no hacen nada. Esos libertarios que, en lugar de evaluar resultados de los pocos que se atreven a enfrentar injusticias, están más pendientes de si en sus escritos les faltan puntos y comas libertarios. No libertarios como Milei que archivó pluma y micrófono usados en sus prédicas, y se fajó las carrilleras para salir al campo de batalla. Esos libertarios que, como los profesores en escuelas de negocios, dictan y aconsejan mucho de lo que ellos nunca han hecho. Como esos asesores profesionales que aconsejan lo que han leído, pero ellos tampoco han hecho ni han creado lo que aconsejan.   

 O tal vez esos empresarios casados con los gobiernos que sus productos valen en proporción a los subsidios de esos mismos gobiernos, de los arreglos “legales” para monopólicamente progresar vendiendo, no de acuerdo oferta y demanda que debería decidir los precios, el lenguaje de los mercados, sino a como les de su chingada gana explotando con su concesión otorgada por ese gobierno por un precio. Esta nueva generación de libertarios no ha asumido retos similares a los de Menger, quien dedicó varios años de su vida para convertir a Rodolfo, heredero de la corona de Austria, al liberalismo clásico y la economía austriaca.  Estos nomás denuncian y critican.

 O esos sacerdotes que dirigen, aconsejan y apuntan hacia la buena marcha de las sociedades, de los paises, de los matrimonios, la dirección de los hijos. Y los buscan para confesarles sus pecados pidiendo su absolución, siendo que ellos no han sido casados, ni han sido padres, ni políticos. Pero, se han hecho de un pulpito y reputación divina que hasta pecados pueden perdonar. No son los que siguieron el consejo de George Bernard Shaw: “Consigue lo que quieres o te veras obligado a querer lo que tienes. Donde no hay ventilación el aire puro es insalubre, donde no hay sabiduria, la ignorancia se convierte en cultura.”  

 Trump y sus acompañantes asistieron al funeral de Charlie, no para hacer política, sino porque lo amaban y sentían un profundo dolor por su asesinato. Llegaron con una gran carga de poderosos sentimientos humanos, de una gran pena al ver un país que grupos de bandoleros lo ha estado destruyendo con sus odios y soberbia. Llegaron a llorar por la pérdida de un hombre muy especial, un hombre joven con toda una vida por delante que se la arrebataron esos odios dejando una joven viuda y dos hijos pequeños en medio de la orfandad.

 Y nadie les debería criticar su forma de expresar todos esos sentimientos desde el fondo de un corazon que sufre. No fueron ofensivos más que para alguien como el Sr Gillespie quien, al parecer, siguiendo la nueva ola libertaria, aparecen para agredir a quienes no reciten al pie de la letra sus evangelios libertarios.  Por solo un día abandonen sus ridículas actitudes de ofendidos, échense el rifle al hombro, y salgan a combatir.

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