LA RIQUEZA NO ES PECADO, ES UNA BENDICION

Ricardo Valenzuela

JESÚS REVELÓ EL SECRETO DE LA PROSPERIDAD - YouTube 

Desde que tengo uso de razón siempre se me habían presentado inquietudes sobre ciertos temas que no podía resolver. Una era la confusión que me habían causado los mensajes de la iglesia etiquetando el dinero como herramienta del diablo y la riqueza como algo pecaminoso. El mensaje se complementaba declarando la pobreza era virtud que nos aseguraba el boleto hacia el paraíso. Algo que me parecía una contradicción cuando yo provenía de dos familias de empresarios y portaba admiración por sus protagonistas. ¡No todos! 

Además, mi educación profesional sería en el Tec de Monterrey fundado por el gran empresario, Eugenio Garza Sada, quien obviamente le daría una fisonomía especial porque, además, él era un hombre virtuoso y verdaderamente católico. Y el haber elegido mi carrera en las áreas de economía y negocios, complementaba el toque final de mi estructura mental y, sobre todo, la de mis valores que se originaran en mi hogar liderados por un padre que parecía emergido de un convento.

Ello había provocado un choque de tal magnitud que, al haber logrado un gran éxito profesional a muy temprana edad, cuando ese dinero “maldito” me arropaba, habia ocasiones que me sentía culpable pensando era demasiado. Nunca me di cuenta del ancla que cargaba y, sin sentirlo, una peligrosa sentencia. Era algo que siempre me acompañaba y, fortalecido por la estructura de la economía mexicana cuajada de bandidos, no encontraba solución por mas que la buscaba. Un laberinto que no entendía. 

Pero, cuando leí uno de los mensajes de Jesus; “el que tenga ojos que vea, el que tenga oídos que oiga,” mi búsqueda tomaría una ruta diferente y lograría acceso a los famosos evangelios znósdicos que permanecieran perdidos durante 1,600 años. En ellos conocí a un Jesus cuántico y diferente que, como afirmara Sócrates, deberíamos aprender a definir conceptos abstractos. Me di cuenta de que, cortesía de la iglesia, se habia llevado a cabo una venenosa programación de los seres humanos para considerar la riqueza pecado y la pobreza gran virtud. El perdón de venta. 

Porque la realidad era que Jesus nunca habia condenado la riqueza y sus mensajes del tema, se habían manipulado por quienes querían controlar a la humanidad. En esos evangelios encontré infinidad de sus afirmaciones condenando, no la riqueza, sino algunas conductas de quienes la adquirían. Y, además, en muchas ocasiones alababa a quienes, por los caminos de la verdadera virtud, la habían adquirido y hasta duplicado. El caso mas ilustrativo era el de Issac quien, con inversiones inteligentes, no trampas del Imperio, la habia duplicado y era bendito. 

Para Jesus la riqueza no era el problema, sino las formas pecaminosas como se conseguía y, sobre todo, un apego criminal a esa riqueza percudiendo el mercado. En una ocasión afirmaba; “hoy he venido a la salvación, no del esclavo del dinero, sino del virtuoso de ese dinero.” Cuando, lograba la multiplicación de los panes daba una lección de economía expandiendo la oferta. Y ante tal logro le ofrecieran ser Rey, no aceptaba, porque lo que buscaban era dependencia, lo que ahora conocemos como estado de bienestar. Antes del imperio la gente vivía en comunas muy prósperas para que a nadie le faltara, no repartían pobreza. 

En la historia de los denarios que el amo les daba a tres sirvientes la misma cantidad y los trabajaran. Dos de ellos los invertían sabiamente y los duplicaban, pero el otro los enterraba por miedo a perderlos y regresaba con lo mismo. Jesus alabaría a los primeros y criticaría al tercero por no haber arriesgado con inteligencia. Los primeros abonaban a una economía de prosperidad, pero el último dibujaba la economía del estancamiento. Los primeros serían el ejemplo que temía el imperio, el ultimo ejemplo de quienes son gobernados por su inseguridad listos para entregarse. 

Siglos antes, el imperio romano había establecído las clases sociales y necesitaban pobres para sirvientes. Y para producirlos había que convencerlos la pobreza era virtud. La gente en la prosperidad era imposible controlarlos ¿Cómo los lograrían? Declarando la riqueza era obra del demonio y la pobreza, sumisión, dependencia, ignorancia, serían las grandes virtudes. Virtudes nacidas por el temor, inseguridad, la castración emocional y espiritual de las sociedades. 

Jesus afirmaba al Dios de la prosperidad y quienes la buscaban por los caminos verdaderos con integridad, lo encontrarían. El siempre alababa esas conductas y también sus logros. Porque ellos habían encontrado la bendición interior para crear esa riqueza. Jesus con esos mensajes se refería a lo que describía Mises cómo el mercado libre siempre expulsaba a los hombres de corazon corrupto. Los caminos de la virtud que dios bendecía y señalaba Jesus, debían estar presentes en los mercados de hombres justos. 

Jesus dictaba reglas afirmado que primero había que sembrar para cosechar y después gozar del resultado. Y el que siembra en escases, cosechará igual, escases, el que siembra en abundancia, cosechará abundancia. Había que sembrar en tierra fértil, pues el que siembra en tierra mala, la cosecha será también mala. Si los resultados eran buenos, aconsejaba incrementar la siembra para cosechar más (creación de riqueza general). 

El insistía siempre se cosecha lo que siembras. Si siembras dinero cosecharas dinero, si siembras amor cosecharás amor, si siembras vientos cosecharás tempestades, si siembras odios, la cosecha será destruida por las plagas. Así como Eliseo, hombre rico que abandonara todo con el llamado de dios, Dios después le permitiera recuperar su fortuna e incrementarla. Jesus nos mostraría que el gran enemigo de la pobreza no era el diablo, sino la mentalidad de pobreza que le inculcaran a la gente porque, lo que tu piensas, esa será tu realidad. El que piensa en la miseria, será miserable. 

Él nos mostraría que la riqueza no debe ser camino, sino consecuencia al final de ese camino cuajado de valores. Porque, ese camino se debe de iniciar con un espíritu consagrado de pureza, de integridad, que nunca se debe percudir teniendo en mente solo las cosas materiales. Aconsejaba, “busca el reino divino en tu interior y, entonces, todas las riquezas te llegaran.” “Todo esto lo podrás lograr si tienes esa fe sobre bases sólidas. Primero hay que encontrar las sabiduria que ya mora en tu interior, la abundancia será el resultado. Antes de tu prosperidad externa, debes alinear tu prosperidad interna.” 

Dios nunca nos condenó a la pobreza, nos condenaron otros.       

1 comentario:

  1. Muy bueno .Derrumbando manipulaciones pero si comienza a derogar sobretodo los dogmas,muy probablemente se fragmentaría de inmediato. Muchos de esos dogmas fueron impuestos por Inocencio tercero . Recomiendo leer el agotado libro EL SUEÑO DE INOCENCIO .

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