Ricardo Valenzuela
Iniciando la segunda década del siglo, el mundo transita presentando un panorama que pareciera ser producto de la comunión de mentes inspiradas con peyote y en esteroides de Federico Fellini, Picasso, dirigidos por las ideas del filósofo Schopenhauer y la descripción del infierno de Dante en la Divina Comedia. Nada tiene explicación razonable, lógica, y no hemos podido entender o aceptar ni siquiera atendiendo a lo que tan nos enseñaron en catecismo, la fe ciega, es dogma, con el que siempre han tratado de que aceptemos lo inaceptable, sufrir lo que es insufrible en este valle de lágrimas como precio de la belleza de nuestro destino final siempre de su mano.