Ricardo Valenzuela
Cada día al levantarme y recibir las primeras noticias, como un rayo llega a mi mente la canción de Pedro Infante, el Desinfle, con su letra: “Llegó el desinfle que me esperaba. Ya no te quiero verdad de Dios. Ya me hacen circo tus monerías. Y me endemonia escuchar tu voz.” Uno de los grandes problemas de la humanidad, es la humanidad misma que durante siglos se le ha programado. Le han creado las herramientas para producir individuos mediocres, dependientes y resignados a su suerte pensando la merecen. Que la pobreza es la vía celestial y hay que aceptarla. Que el sufrimiento es crecimiento para el espíritu. Que los destinos ya han sido predeterminados.
Y ante tal ecuación, buscamos un sustituto mayor del vientre materno y, después, otro para la ubre que nos alimentara. Consolidando ese concepto de manada con su caponera controlada y servil.
