Ricardo Valenzuela
A inicio de
la década de los años 80 del siglo pasado, residiendo en Guadalajara como director
general de Banpacifico, un banco que sería el corolario de una aventura casi increíble
fusionando cuatro instituciones. Cada día, al abandonar la cama, procedía a
prepararme un potente café de talega estilo vaquero de Sonora. Y salía ya armado al jardín de mi casa para
sumergirme en mi diaria meditación, que siempre iniciaba con un inventario de
mis bendiciones.
De inmediato listaba. Tengo solo 31 años y soy director general del banco, gano mucho dinero, tengo eso que tantos buscan, poder, tengo la mejor educación disponible tanto en Mexico como en EU, soy miembro de dos familias exitosas y muy prestigiadas, estoy seguro de que soy poseedor de una inteligencia especial, tengo buena salud y dicen gran personalidad. Soy alto y de buen porte, soy líder constructor Y, casi temeroso, alzaba mi vista al cielo y preguntaba. Dios mío ¿por qué me estas dando tanto?