Ricardo Valenzuela
Ningún presidente de los EU había tenido las agallas para enfrentarse a China como lo está haciendo Trump. Es el único en los últimos 30 años que desafía las prácticas comerciales desleales de Beijing a través de acciones en lugar de las palabras que provocan gritos de reproche, más no la apertura de sus mercados.
El proteccionismo es verdaderamente peligroso. La idea de buscar la protección del Estado contra la competencia es tan vieja como la civilización. Es el lado oscuro de la humanidad. Es un impulso universal, lo observamos en los niños cuando buscan que sus padres los favorezcan ante sus hermanos, que los recompensen a expensas de los otros. Y es aquí donde los acuerdos comerciales toman direcciones equivocadas cuando la visible mano del Estado y las elites deciden a quien proteger y a quien no.