Ricardo Valenzuela
No hay duda de que en los altos niveles políticos internacionales ha surgido la confusión que provoca la tardanza de Trump para darle punto final al problema Venezuela, procediendo a invadir. Pero Venezuela no es el Panamá de Bush I, ni la Grenada de Reagan, tampoco la dominicana de los 60s y Johnson. Esas intervenciones fueron juegos de niños comparados con las posibles consecuencias que podría generar Venezuela en donde, además de lo obvio, se ubica el comando de algo mucho más peligroso que las playas de Normandía en aquel 1945.
Este pais es el comando del narcotráfico mundial con todo lo que significa. Una actividad que genera ganancias superiores a las economías de muchos paises. Una región que abarca desde Mexico incluyendo Centroamérica, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Venezuela, que representa la union monopólica de la siembra, cosecha, transformación de la hoja de coca en cocaína, la droga más demandada del mundo, para luego proceder a su transporte y venta alrededor del mundo mediante una bien organizada corporación global.
Pero, no cualquier cocaína, sino un nuevo producto que ha evolucionado para producir una cocaína especial con capacidades para activar el famoso DTM, una sustancia que el cuerpo humano tiene el potencial de generar, pero, son muy pocos los que la han llegado a ese sitial divino al fabricarla de forma natural. Es la magia que ha producido todos los grandes genios como Leonardo De Vince, Miguel Angel, Nietzsche etcétera. Y, los nuevos empresarios del mal han logrado producir una droga con una desconocida potencia para elevar sus niveles del DTM al infinito. Se especula que era lo que los nazis descubrieran para fabricar sus soldados invencibles siempre avanzando. Un nuevo capítulo de la saga.
En 1990 en un viaje que hice a Bolivia con mi amigo boliviano, Carlos Mogro, fuimos a visitar al presidente, Jaime Paz Zamora, padre del recién electo, Rodrigo Paz Pereira, pues siendo Mogro amigo del primero, ambos originarios del pueblo Tarija, habían sido compañeros desde la escuela primaria y conservaban esa gran amistad. Paz Zamora es un hombre muy interesante con un largo currículo que incluía haber sido guerrillero de gran calado, tanto que sufriera un atentado al derribar su avión, lo que lo dejaba con un rostro desfigurado por las llamas. Fue una reunión diferente y verdaderamente ilustrativa. Esa noche cenábamos con él y se ampliaba mi panorama.
En la cena hice una conexión especial con él al enterarme había acudido a la Universidad de Bruselas, la misma a la que acudiera mi padre.
Esa noche creo haber recibido una gran lección, no solo de ese bello pais, sino de toda la región de parte de un verdadero internacionalista. A cierto punto del evento, como clásico economista yo le preguntaba ¿Cuál es el principal obstáculo que no ha permitido el desarrollo de Bolivia? Sin titubear me respondía, “una sola cosa, la planta de coca.” Proseguía, “esa planta siempre había sido sagrada para los indígenas, pero, ahora se ha convertido en el sacrilegio perpetrado por quienes durante siglos han tratado de conquistar el mundo, pues cumple varias funciones.
La primera es utilizarla como potente arma para neutralizar los poderes de las sociedades del mundo. Es decir, sabemos que hay una fuerza global que, desde tiempos inmemoriales, han estado avanzando hacia lo que el gran Nietzsche bautizara como la fabricación de la mentalidad del rebaño.
Yo pensaba, quien chingados será ese tal Nietzsche. Continuaba. Primero les aniquila su ideal nacionalista al mismo tiempo que establecen una estructura política financiera internacional ofreciendo ese gran cielo. Y, ante cualquier tipo de resistencia, enfrentan las calamidades del arsenal de esos demonios. La droga es usada para destruir la mente de cualquier oposición que surja. Segunda es el dinero. Pues no hay imperio actual que pueda sobrevivir sin ese dinero criminal. De esa forma implementan un modelo dependiente de ese dinero sucio. Porque es imposible cambiar ese modelo si ya está atrapado en dependencia.” Y me dice, “recuerda bien esto; “agencias de inteligencia y crimen organizado son gemelos.”
Aunque al principio me pareciera el presidente exageraba, me despertó el interés de conocer más a fondo este problema y así iniciaría una larga investigación de algo que había sorprendido. Así me enteraría que la trasformación de Inglaterra en el cartel de drogas más grande del mundo, se habia iniciado en el siglo 18 con su masiva producción de opio en la India para, a través de su East India Company, venderlo en China igual, de forma masiva. Y la operación financiera de su imperio global de drogas se entregaba a los bancos británicos como el Hong Kong & Shanghai Bank. Además, todos los traficantes millonarios serían nombrados caballeros por la reina Victoria.
Se me develaba un increíble universo paralelo del negocio de drogas. Una organización altamente eficiente, una maquinaria política global con acceso a un soporte logístico de trillones de dolares anuales requerido por un cartel internacional de esa magnitud, y la protección de todas las entidades políticas que Inglaterra y EU habían creado con las inmensas ganancias invisibles. Protección que incluía no solo distribución. También soporte político, de inteligencia e ideológico.
Me di cuenta, que esta actividad alcanza casi $3 trillones anuales que beneficia los mercados financieros en una economía cada día más artificial. Parte importante de su menú, es fabricar ganancias artificiales usando ese dinero para debutar en las calificaciones incrementando los factores al presentarse. Los políticos están involucrados y su habilidad para intervenir depende del dinero que reciben para permanecer en ese poder. Es decir, las drogas es ese gran negocio que ha corrido controlado y protegido por gente muy poderosa en una impía sociedad con bancos en todo el mundo, miembros de gobiernos y de grandes corporaciones cuyas acciones se cotizan en los grandes mercados financieros del mundo.
Y frente a este amenazante infierno donde los políticos de ambos partidos ya forman parte importante, yo meditaba y preguntaba. Si a un solitario y rebelde pensador como yo le cierran todas las puertas. ¿Cuál puede ser la solución? porque veo mundo de instituciones podridas que han ignorado la gravedad de Cuba, Venezuela ahora Mexico. Un mundo donde ya todo es relativo, hasta el sexo de la gente es ordenado a la carta. ¿The Global Drug Trafficking Corporation nos ha ganado la partida y debemos abandonar la lucha?
Todavia no, mientras tengamos a un luchador incomprendido, odiado y atacado sin piedad como Donald Trump con la espada en la mano. Lo que falta es que todos desenfundemos nuestra espada.
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