Ricardo Valenzuela
En estos
momentos todo mundo se rasca la cabeza sin entender cómo fue posible la
victoria de Trump, pero una victoria por paliza recuperando estados que habían
desertado a los republicanos. El estrecho margen con el que perdiera en los
estados bastiones de los demócratas. Yo fui testigo de su victoria en Arizona confirmando
que finalmente un candidato republicano habia ganado en los siete Estados
bisagra que iban a definir la elección. Y ante esta avalancha los eternos
odiadores de Trump no saben cómo agredirlo, insultarlo, y es cuando tienen que
acudir a expresiones de hechos alterados por su frustración para colgarle los
pecados que, en su deshonestidad, ellos mismos deforman, aunque, como en un
rompecabezas, las piezas no coincidan.
Pero hay un periodista que nos muestra claramente las raíces de esa confusión. Y exhibiendo una ignorancia descarriada, describe la hazaña de Trump como “el triunfo de un político demagogo y populista, pero carismático, y esto garantiza la explosión de un terremoto para Estados Unidos y para el mundo abriendo una etapa de incertidumbre”. Pero, no es ceguera, es una ignorancia total de los temas que irresponsablemente se atreven a tocar. Una cobardía similar a la del supuesto escritor, Jaime Bayly, quien, con tal de encontrar la fórmula para insultarlo, tiene que estirar sus narraciones de una forma que se eleva hasta lo ridículo proyectando una imagen similar a la de una novia engañada.