Ricardo Valenzuela
Si alguien realmente quisiera dedicar su vida al servicio publico recibiendo las herramientas para dominar ese difícil arte, en lugar de asistir a la Kennedy School of Government en Harvard, debería estudiar con profundidad la historia de los enfrentamientos que tendrían Thomas Jefferson y Alexander Hamilton, quienes, en sus apasionados debates, en mi opinión, proporcionarían la novedosa estructura política final para el recién nacido país que bautizaran como Estados Unidos de America. Dos hombres brillantes, apasionados, valientes. Ambos sobrios abogados, firmantes de la Constitución, pero con ideas que nunca pudieron conciliar y los enfrentaría durante años.
Las ideas de Hamilton sentarían la primera oposición a las que compartían todos los padres fundadores, esas ideas que permanecen empolvadas y a los hombres que las profesan hoy día, se han llegado a conocer, primero como liberales y después como libertarios. Ideas que serían el material para escribir todos los documentos del nacimiento del país: La Declaración de Independencia, la Constitución, y La ley de los Derechos.