Ricardo Valenzuela
Hace unos
dias Elon Musk, el hombre más rico del mundo, publicaba una de sus reflexiones
que llamó poderosamente mi atención: “Tú no estás enojado con aquellos que
durante tantos años te han mentido y engañado. Pero estás furioso conmigo por
haberte mostrado la forma cómo ellos te han mentido y manipulado”. Con esa
frase describía una situación que ya casi priva en todo el mundo. Un mundo
sufriendo los ataques de esa fuerza mortal que, con pasos firmes, avanza hacia
su objetivo de llegar a controlar este mundo que ellos ya han estado
modificando a su medida.
Porque, al inicio de este año, el mundo está a punto de convertirse en la presa de la soberbia más grande en la historia de la humanidad. Una soberbia que, para lograr su cometido, solamente deberían de expropiar algo verdaderamente valioso, la mente humana. El proceso para neutralizar lo que hubiera impulsado al hombre hacia su libertad, su sana ambición para detectar oportunidades, para prosperar sin intervenciones de los gobiernos más que proteger sus derechos naturales. No para escoger ganadores y perdedores.