Hoy en la
mañana, el Cardenal Schneider envió un valiente e inteligente mensaje que, sorpresivamente,
abandonando la prohibición del alto clero siempre suprimiendo las voces de
quienes se atreven a exponer diferencias con la iglesia a pena de excomunión.
El cardenal expone la gran necesidad que tiene la iglesia de corregir tantos
errores. Y, para que no haya dudas, presenta una larga lista de las agresiones
que ha sufrido la iglesia de Cristo. La súplica de este cardenal fue similar a
la que el Arzobispo Carlo Maria Viganó elevaría al cielo y le valiera la excomunión
de parte de Francisco I.
La gran diferencia entre los dos mensajes no es tanto el contenido. La verdadera diferencia es que Viganó la iniciaría años antes en un programa que, en Octubre del 2020, sintiendo los oligarcas globales estaban por expulsar fraudulentamente a Trump de la presidencia, casi como plegaria le dirigió una sentida carta al todavía presidente Trump en términos muy claros de algo que, entre los cientos de miles clérigos de la iglesia, ante la nueva mafia de los jesuitas y masones, nadie se hubiera atrevido y decía: