EL NUEVO ORDEN MUNDIAL DE TRUMP

Ricardo Valenzuela

 A.F. Branco for Apr 11, 2024, by A.F. Branco | Creators Syndicate

Desde el pasado 5 de noviembre, hemos visto el campamento de Trump en Florida, Mar e Lago convertido en el centro del mundo, no solo para la gente en EU, sino alrededor del mundo especialmente líderes políticos y de negocios, pues unos sienten que finalmente han recibido el producto que tanto habían anhelado, otros por temor. Y al centro de esta avalancha emerge un reclamo que solo se presentaba en murmullos.

Y cuando el murmullo sube de tono, se escucha una queja contra el escenario político del país en donde, durante mucho tiempo, ya no se distinguían los perfiles de republicanos y demócratas. Una aburrida escena en la que ambos partidos, no solo habían aceptado, sino exigido la intrusa participación e invasión del gobierno creciendo de forma nada saludable. Pues al parecer la idea del gobierno como mal necesario, había mutado para ahora considerarlo indispensable.

Se archivaron los pensamientos de Paine expuestos en su libro “Sentido Común” al afirmar: “La sociedad en cualquier estado es una bendición, pero el gobierno en su mejor versión es una amarga necesidad, y en su peor versión es un ser diabólico e intolerable.” “El sentido común nos dirá que el poder que ha intentado someternos es, entre todos los demás, el más inadecuado para defendernos”. La gente en EU habia aceptado la versión de su diabólica necesidad y el país sufría frustrado.

Y ante tal aceptación el pais caía en lo que definiera George Bernard Shaw; “consigue lo que quieres o te veras forzado a querer lo que tienes. Donde no hay ventilación el aire puro es insalubre. Donde no hay conocimiento la ignorancia se califica como ciencia.” Con esa actitud EU iniciaría un proceso, no solo productor de mediocridad, sino aceptada algunos por genuina convicción, pero, lo más grave, otros porque estaban convencidos no habia otra alternativa. Y, como en su momento afirmara Jimmy Carter, la gente debía aceptar esa mediocridad que bautizaba como Malaise.    

En la década de 1970, la economía estadounidense sufría de una grave inflación, alto desempleo, la crisis energética, un dólar en declive, gasto público con intereses del 21% y la emigración de trabajos a causa de la desindustrialización que se había ido acelerando desde la Segunda Guerra Mundial. La economía estaba dominada por las ideas John Maynard Keynes quien, en sociedad con Henry White, miembro del partido comunista americano, habían construido los acuerdos de Bretton Woods. Carter pedía aceptar esa mediocridad.

La gente se debía olvidar de sus sueños porque eran irrealizables y todos los ciudadanos debian aceptar la nueva realidad. Les gritaban fuerte ese era su destino sobre el cual la gente no tenía control. Y, como tanto lo repetía la iglesia, debian acepar ese valle de lágrimas pues la recompensa la tendrían en el cielo. Pero, ese conjunto de ideas de forma especial se habían gravado en las mentes de los políticos de bajo nivel. Es decir, no en los que ocupaban la parte superior de la pirámide política.

Así, esos profesionales de la política aceptaban esa mediocridad sin remedio y solo agregaban números a la quiebra potencial del gobierno. Pero, tendrían que establecer algo que satisficiera esa ambición escondida que detectara Buchanan en su Public Choice, porque no era diferente a la de quienes persiguen beneficio personal. Fue cuando descubrieron que la burocracia se podía convertir en un ejército feliz si encontraban demanda que satisfacer. Se dieron cuenta que mientras más áreas controlara el gobierno, su horizonte se ampliaba.

Pero, para conjugar “idealismo” y espíritu de servir con la terrenal ambición de vivir en las alturas, se dieron cuenta que regulaciones, mandatos, licencias, permisos, favores, impuestos, eran campos vírgenes que se podían explotar para satisfacer sus “legítimos” deseos de avanzar en ese nuevo horizonte. Y si a esas bandas de nuevos resolvedores de problemas se les inyectaba un poco de motivación ante obstáculos que ellos mismos creaban y luego resolvían, habían descubierto un gran tesoro y lo defenderían hasta la muerte.

Pero debían mantener la situación presente solo expuesta al aumento de las avalanchas de problemas burocráticos. Ellos serían los grandes impulsores del socialismo, intervencionismo. Ellos tienen pavor de que la demanda de sus “servicios’ caiga con mercados cada vez mas sofisticados y odian a los desreguladores pues para ellos son como la kriptonita para Superman. Así, el gobierno iniciaba una metamorfosis viajando de lo estipulado en la Constitución responsable solo de la protección de los derechos individuales. Y el gobierno se convertiría en una gran industria en quiebra con gerentes ricos y así lo querían mantener.

El gobierno se transformaba en una obra de teatro donde todo es artificial. Los dos partidos actuaban como enemigos y se les turnaba la presidencia. Un hermoso tour de 1963-2016 navegando en ese mar en calma y un salón de alumnos muy obedientes y, al que se portara mal, le quitaban el juguete como a Carter y Bush I y, si la falta era grave, te asesinarían como trataron con Trump.

Habían desaparecido los políticos que hacían recordar a Jefferson, a Jackson. Los dos partidos claramente tocaban en la misma melodía del estatismo, el intervencionismo, invadiendo todos los rincones del país tanto que, con cinismo a la gente se le informaba: “no tendrás nada, pero serás muy feliz.” Sin embargo, solo habían programado a la mitad, en la otra permanecían los guerreros con la sangre muy caliente. Ellos no querían lo mismo de tantos años.

Entonces aparecía Donald Trump, el gran solucionador de problemas, presumido, bocón, el héroe de muchas cosas. Aunque, calificar a Trump como héroe aterra a la mitad del país, como lo hacen los términos nacionalista y populista. Sin embargo, una forma para entender las conductas de Trump y su atracción en los estados rojos es el no fuera presidencial, el gran secreto para lograr cambios de posiciones ancestrales en política doméstica e internacional—seduciendo a la clase media “populista” siempre ignorada por el partido republicano. Es el primer presidente republicano de la historia que ha penetrado el monopolio de los demócratas de las clases medias.

El rudo billonario se conectó con los todos los votantes en una forma que los candidatos republicanos nunca habían podido—y no solo en términos de su ortodoxia en la atención de temas comercio, globalización, o inmigración ilegal. La persona de este hombre tiene la misma importancia. Y ganó otra vez, ahora llega a la Casa Blanca con todo el poder que no habia tenido. Por eso los líderes políticos y oligarcas están llegando en cascada a Mar e Lago.

 

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