Ricardo Valenzuela
La economía que está recibiendo Trump en estos momentos, se podría comparar con aquel Berlin de 1945 totalmente destruido por la guerra que estaba terminando, y gente buscando comida en los basureros. Algo que en un par de meses no tendrá ninguna discusión, cuando Musk haga su primera presentación formal de lo que encontrado que, sin lugar a dudas, provocará la rabia de millones de ciudadanos. Tal vez entonces podamos entender mejor lo que Trump ha iniciado. Porque nos va a develar un gobierno de EU que, no solo ha sido inepto, sino de una corrupción que nadie se hubiera podido imaginar que lo ha llevado a su agonía.
Trump, como un exitoso emprendedor, se ha dado cuenta que la situación es peor de lo que imaginaba y no puede continuar así. Y yo pienso que, ante este vía crucis, el haber encontrado a Musk es una gran bendición. Y desde mucho antes de la llegada de Trump a su segunda presidencia, Musk había ya iniciado la fase de exploración de este bosque residencia de los más horripilantes monstruos devoradores. Un triste panorama semejante a un gran edificio en ruinas que, el pensar en rehabilitarlo con sus cimientos podridos, es mejor demolerlo y construir uno nuevo sobre cimientos sanos y poderosos.
Hace mas de 20 años, yo tuve una larga conversación con uno de los economistas que más admiro, Paul Craig Roberts quien, entre sus muchas medallas, cuenta con haber sido subsecretario de la Tesorería en la administración de Reagan. Pero, gran parte de mi admiración ha sido porque lo considero un rebelde totalmente fuera de la corriente que ha mareado a los otora economistas de libre mercado, entre los cuales me incluyo, pero, ya rehabilitado. Discutíamos una nota que publicara.Lo primero que me señalaba con asertividad, eran muy pocos los
economistas que identificaran el efecto destructivo que estaba provocando el trasladar
la inversión y los empleos de EU a China, Mexico y otros puntos del extranjero.
La deslocalización servía a los intereses de los ejecutivos y los accionistas
corporativos. Los costos laborales más bajos elevaban las ganancias y, por lo
tanto, las bonificaciones de los ejecutivos y los precios de las acciones, lo
que se traducía en jugosas ganancias de capital para los accionistas y su
dinero fluía para políticos que favorecieran ese crimen.
Pero, vendría el golpe más duro cuando me decía. Todos aquellos
beneficios se acumulaban en un pequeño porcentaje de la población que lo
formaban esos piratas. Para todos los demás, estos manipulados beneficios de esa
ciega propiedad privada tan especial imponían enormes costos externos, muchas
veces superiores que el aumento de las ganancias o de los supuestos beneficios
de productos baratos importados para gente que habían perdido sus empleos, sus
ingresos y no los podían comprar.
La fuerza laboral manufacturera de EU quedó devastada, al igual que la
base impositiva de las ciudades, los estados y el gobierno federal. La clase
media se redujo y las poblaciones de San Luis, Detroit, Cleveland, Pittsburgh, Flint
(Michigan) y otras ciudades disminuyeron hasta un 30%. Las esperanzas y
aspiraciones de millones de estadounidenses se vieron aplastadas. Las ciudades en
toda la geografía que antes eran prósperas se arruinaron. Las cadenas de
suministro y los valores inmobiliarios colapsaron.
Mientras que los ingresos para la mayor parte de la población
estadounidense caían en picada, los ingresos aumentaron de forma desorbitante para
el 1%, lo que ha dado como resultado que EU tenga hoy una de las distribuciones
de ingresos y riqueza más desiguales del mundo. Y fomentaba también que, entre
los grupos de negociantes especiales, se formara gran parte de los famosos raiders
armados con sus esquemas para las tomas hostiles de empresas vulnerables para descuartizarlas
y luego venderlas en partes.
Pero, se estaba asesinando aquella poderosa economía orgullo de sus
habitantes, pues ya no era una economía productiva o industrial, sino una
economía financiarizada (especuladora) en la que el capital disponible no se
utilizaba para nuevas empresas, sino para financiar adquisiciones de activos
existentes en busca de lo que los economistas clásicos llamaban ingresos no
ganados o “renta económica garantizada”. En resumen, se demostraba que la
economía de EU ya no era una economía productiva, sino una economía de búsqueda
de rentas que las encuentran en los gobiernos.
Señalaba luego que, a medida que la economía se estaba financiarizando
(especulativa) cada vez más, el saqueo oculto se estaba llevando a cabo con la
privatización de activos públicos. Y, mirándome fijo me decía; mira lo que ha
sucedido en Mexico con privatizaciones. En EU, silenciosamente se privatizaron
segmentos de las fuerzas armadas, las prisiones. En todas partes se estaban vendiendo
bienes públicos. En Florida, por ejemplo, la emisión de la matrícula anual de
vehículos es de carácter privado. Cuando ya no quede nada por privatizar ¿qué
financiarán los bancos?
Es decir, el capital se ha orientado a la compra de activos ya existentes
para luego proceder a su venta por unidades separadas, no el conjunto. El
capital se ha vuelto especulativo y ya no se invierte en la creación de nuevos
proyectos que realmente aporten al PIB. Ya en los años 80 el exitoso libro de
Alvin Toffler, Power Shift, prácticamente ofrecía la receta para llevar toda la
manufactura al extranjero, y EU estaría produciendo solo alta tecnología que le
daría la riqueza suficiente para importar todo lo que debía consumir. Pero, en
esta ecuación se ignoró algo muy importante. Los millones que estaban perdiendo
sus empleos y su modo de vida.
Los economistas liberales light de hoy, que Trump siempre ha despreciado,
no saben diferenciar entre renta económica y actividad productiva. En
consecuencia, el análisis del PIB no revela la transformación de una economía
productiva a una economía rentista. En esencia, son testaferros del sector
financiero y de las corporaciones piratas que les pagan para que confundan la
deslocalización de empleos e inversiones con el libre comercio o economía libre.
Así, todos olvidaron que en EU había otra tradición populista, la buena de los hermanos Graco y estaba dormida. Una tradición que fue herencia de los padres fundadores avalando al individuo libre y propietario. Ignoraron la frase de Jefferson: “Comercio con todos los países, alianzas con ninguno.” Es el panorama que ha visto Trump, y ahora se dirige hacia su rectificación.
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