El día de
ayer, el presidente Trump tomó lo que yo considero la decisión más importante
en su cabalgar por la política nacional e internacional. Firmó la orden
ejecutiva para derribar la residencia del rastro infernal donde se ha estado
destruyendo la verdadera fuerza vital del país, su juventud. Algo que la famosa
afirmación del gran Mark Twain la describe sabiamente: “Yo siempre recibí una
gran educación, hasta que entré a la escuela.” Con esa orden ejecutiva iniciaba
la destrucción del Departamento de Educación, tal vez uno de los principales causantes
del apocalipsis a la vista.
El haber llevado la educación al punto que, en lugar de la formación de seres humanos como los que describía John Adams, el segundo presidente de EU, individuos libres, independientes, y capaces de decidir su futuro. Seres éticos, morales, responsables, constructores, autosuficientes, orgullosos del pais en donde habían nacido. En estos momentos no podemos entender que puede haber sucedido, para ver en los EU el surgimiento de tantas figuras caricaturescas que, aun al haber dejado el vientre materno, dirigen sus esfuerzos hacia la construcción, mantenimiento, y búsqueda de úteros artificiales, diversos tipos de dispositivos o carcasas protectoras sustitutivas.
Muchos de ellos que,
al no encontrarlo, han edificado un enfermizo odio por su país, por sus padres
fundadores, porque no han encontrado alguien que elimine los riesgos de la
vida, los lleve a su cama cada noche, les de ese beso de buenas noches, y les
diga que al despertar todo estará bien. Y, al no encontrar todo resuelto en la
mañana, salgan a destruir todo lo que han llegado a odiar. Y, todavía peor,
otros que en su vida adulta habían encontrado ese cobijo artificial en el
gobierno, al notificarles que ya es hora de que enfrenten la vida como debe
ser, les retiren el vientre artificial estilo USAID. Formen entonces sus
pandillas destructoras como Antifa, BLM, LGTB ofendidos porque les quitaron el
pecho de donde mamaban.
El buscar las
causas que han llevado a EU a este Holocausto de tanta confusión, de tanta corrupción,
de tanta ignorancia, de tanta ausencia de lógica y razón, puede ser una tarea
casi imposible provocada por lo inentendible. Y frente a ese Holocausto se estaciona
un hombre que, en todos mis años, nunca hubiera atestiguado alguien que, con ese
indomable valor, se atreviera a enfrentar esa tarea y la guerra que ahora
enfrenta. Y aun ante esta complejidad, trataré de encontrar las causas. Pero,
una es la venenosa educación del país.
Un problema
que se detectara con la publicación del libro “American Secret Establishment”,
aunque ignorado por distribuidores, si lograba algo verdaderamente interesante.
Provocaba la emergencia a la superficie de este océano de contradicciones, el
concepto de la filosofía hegeliana con la cual ya se atacaban las raíces de los
EU. Esa filosofía que ha logrado algo vital, el apendejamiento del país. Una
corriente desastrosa y destructiva que fuera la base del nazismo y del marxismo,
que ya ha infectado y corrompido la república constitucional de EU. Y sabemos ello
fuera iniciado por ese elitista grupo instalado en Yale conocido como Skull
& Bones.
El hegelianismo
que glorifica al estado se convertía en la herramienta para la diseminación de
las ideas y políticas estatistas y materialistas, básicamente a través de la educación.
Una filosofía en total contradicción al liberalismo clásico del siglo 19 en
donde, el Estado debería subordinarse al individuo, pero, esta corriente avanzaría
ubicando al Estado como supremo, y el individuo solo debería existir para
servir a ese Estado hambriento de poder. Así la educación se convertiría en indoctrinación.
Se decidió que la seguridad nacional fuera algo más que preparación militar. Se
debía apoyar en la nueva educación global como elemento de dimensiones
esenciales.
Una jornada
que luego se reforzaría con la participación de la Comision Trilateral de los
Rockefeller, que definirían en un escrito de Robert Leestma de la Oficina de Educación
de EU:
“La globalización
de la condición humana deberá siempre estar conectada a los nuevos destinos de
las naciones y de las sociedades, acelerando su ritmo y la eficiencia en todos
los aspectos de la vida. Así la Educación global deberá incluir perspectivas multidisciplinarias
acerca de la extensión adecuada de la familia, de las condiciones existentes de
la humanidad, del planeta, y las consecuencias
previsibles de las tendencias actuales y diferentes las alternativas.”
Él había sido el autor
del libro, “Educación en la Era Global.” Un programa que era parte del principal
objetivo, la reeducación especial para niños en edad escolar. Pero, sobre todo,
un agresivo ataque contra los padres protestando por no estar de acuerdo, y ya se
habían etiquetado como un gran obstáculo esa transformación global de las
sociedades. Algo que también se había identificado como lo esencial para sus
logros. La indoctrinación de la juventud.
Este programa sería
complementario con el que ya estaban operando con la instalación de su filosofía
humanista. Algo similar a una religión secular, no teísta, con la creencia de
que el ser humano podía lograr su autorrealización, su conducta ética y su salvación,
sin intervención sobrenatural. Una religión civil de fe donde cualquier
ciudadano, después de renunciar a su libertad de consentimiento, permanecería
obediente bajo el esquema instalado. El individuo podría sentirse libre, aun
cuando fuera sometido y, aunque no quisiera ser forzado, ciegamente debería seguir
la voluntad popular.
El estudiante sería
preparado para mantener diferentes lealdades, nacionales e internacionales, sin
contradicciones y estar más cerca de ser, a través del concepto de perspectivas
globales, un ciudadano, ya no de su país, sino del mundo. La sociedad debía ser
planeada y clasificada, de manera abierta o encubierta, en razas. Las
diferencias culturales e intelectuales del individuo se subordinarán a un
conjunto predeterminado de características establecidas por los grupos
elitistas, que prepararían a todos para la interdependencia global. Era el
inicio de lo que ahora conocemos como globalización instalada ya en la Union Europea,
y el último paso debería ser EU.
El día de ayer, Trump se convirtió en el ejecutor de otra frase de Mark Twain: Yo nunca permití que la escuela interfiriera con mi educación.” Y con un chubasco les arruinara la fiesta.
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