En medio de
todas las explosiones que ha provocado el regreso de Trump y, sobre todo, las
acciones temerarias de sus primeros tres meses, estamos aprendiendo infinidad
de cosas. Una de ellas ha sido provocada por los feroces ataques que le hacen,
no solo los marxistas desvelados, sino los que han surtido los ejércitos de los
diferentes contingentes que se autodescriben amantes de la libertad. Un
concepto de libertad usurpando la marcha de quienes han combatido siempre por
ese derecho. Ese sagrado derecho a la libertad que, en mancuerna con el derecho a
la vida, forman la más alta aspiración de los seres humanos. Aspiración que siempre
ha sido combatida por toda clase de tiranos hasta el presente que vivimos.
Pero, al analizar esas fuerzas nos daremos cuenta de que, además de los clásicos, hay otros con ponzoñas especiales muy potentes y, al medir sus capacidades para hacer daño a la marcha de este ideal, veremos que muy cercano a los clásicos se ubican una serie de corrientes que, provocando grandes confusiones, se declaran apóstoles de la libertad cometiendo el pecado de la usurpación adjudicándose algo que no les pertenece. Y, lo verdaderamente patético, es que el daño que le infringen a la causa es similar al que sus enemigos declarados le han provocado durante siglos.
Hay varias denominaciones con sus propias iglesias, sus propios mandamientos y castigos. Uno de ellos ubica residencia especial en Argentina, encabezado por su propio Papa en el cual el objeto de su adoración es Ayn Rand. La autora del libro, The Fountainhead, una novela acerca de la arquitectura e integridad. Una obra individualista que, después que no encajara con el espíritu de la época pues, aunque su filosofía política fuera libertaria, no todos compartirían sus visiones en metafísica, ética y moral, muchos la ignorarían. Otros se alarmarían por la crudeza de su presentación por lo que lo consideraron un culto.Pero en Argentina
encontraba campo fértil y, encabezado por el Torquemada de su nueva iglesia, tomarían
los evangelios de su adoración para clavarlos en la esfera de la locura y, ya
invadidos de soberbia, rechazaran agresivamente todo lo que no coincidiera 100%
con esa nueva religión modificada a la medida de su demencia. Algo que, de
forma especial, después de tener un breve encuentro con su agresivo Papa, me llevaría
a compararlo con el famoso fiscal en la Alemania Nazi que, en medio de su
locura desenfrenada, condenara a muerte a quienes atentaran contra la vida de
Hitler.
Estos elementos
gozan de los mismos tintes de personalidad muy peligrosos. Una soberbia elevada
al infinito que los ciega y, combinada con su ignorancia de la verdadera filosofía
liberal, sazonada con el gran protagonismo de sus apóstoles, forman un venenoso
coctel con el que actúan. Ellos piensan tener la única verdad y, quienes no la
comparten, se convierten en sus enemigos puesto que ellos jamás aceptan algún tipo
de compromiso. Y no hay nada más peligroso que los iluminados que, si no es su
verdad, prefieren la destrucción de cualquier otra posibilidad. Y, como me afirmara
mi abuelo; “Un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando quiere ayudarle
a levantarse.”
Hay otra iglesia que han formado los universitarios que han sido educados
en las universidades elite de EU. Así, después de haber logrado sus PhD en economía,
ciencias políticas etcétera, emergen con las armas que han aplicado por todo el
mundo durante los últimos casi 40 años con resultados fatales. Tal vez porque, después
de la debacle Salinista, el sabio Churi, mayordomo de los ranchos de mi abuelo
afirmara: “Esos lepes van pal otro lado nomás pa aprender a robar al estilo de
los gringos”. Ello me haría reflexionar para darme cuenta de que, no renegaban
de las instituciones globales explotadoras, las usaban de forma especial para propósitos
diferentes.
Fue cuando me di cuenta de que nunca ellos habían considerado los
gobiernos como el gran problema de la humanidad y, lejos de izar la bandera de
gobiernos limitados, esos gobiernos que con tanta belleza se describían en la Declaración
de Independencia y la Constitución de EU. Ese organismo que Madison describía como
gobierno delegado, enumerado y, sobre todo, limitado. Ellos habían sido
programados para seguir las directrices del globalismo que, con una gran
claridad lo promoviera Zedillo, porque era el esquema con el que todos
regresaban.
Ellos utilizarían toda la inmerecida fuerza del gobierno, para, ante la gran oportunidad de los pecados históricos que habían provocado los gobiernos propietarios, en Mexico representado más de 2,000 empresas estatales, se dieran a la transferencia de esa serie de cuasimodos saqueados, para, con lo que elevarían a una orden celestial, la sagrada privatización, que nos salvaría, procedieran a entregarlas a las pecaminosos manos de sus amigos. Y, si la suerte nos llegara a favorecer, terminaran en manos del globalismo como fue el patético caso de todo el sistema bancario. Ellos nunca tuvieron la visión que impulsaría a Trump hacia su lucha y rescatar al hombre olvidado.
Y después de haber cumplido con esa tarea, abrirle las puertas al gran
verdugo, Soros, para continuar con la consolidacion de la entrega que habían llevado
a cabo. Un proceso que, como afirmara Roosevelt después del fatal ataque a
Pearl Harbor, sería una fecha que permanecería en la infamia con la condena
total de Mexico. Y, lo más dramático, ello serviría para culpar al gran enemigo
de los globalistas, la libertad económica del verdadero liberalismo. Y al final
de su gesta, la mayoría pasarían a las filas globalistas como Agustin Carstens
montado en el lomo del Bank for International Settlements, el banco central de
los bancos centrales del mundo.
Me confieso de haber cometido el gran pecado de creer en la fatal trampa que los globalistas prepararon en su ruta hacia su cárcel. El New World Order, utilizando cómplices algunos también pecando de la misma inocencia con la que permití me engañaran. Pero, la mayoría cómplices totalmente informados. Y es cuando me recrimino pues no me di cuenta de que, donde hay soberbia, requiere de la ignorancia; pero yo estoy seguro de que, donde hay humildad habrá sabiduría. Sigo siendo un orgulloso libertario, pero siempre fiel a sus verdaderos principios que, tarde o temprano, habrán de prevalecer, como se están avanzando en EU, acompañados de lo práctico, de la lógica y la razón que requiere una gesta histórica.
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