Ricardo Valenzuela
Al inicio de
su primera administración Trump cometía un grave pecado cuando, ante la crema y
nata de los destructores agrupados en la fatal ONU, les mostraba su gran preocupación
por los avances del socialismo por todo el mundo. Pero, lo que provocaba la
histeria de tan selecta concurrencia, fue cuando les comunicara que él iniciaría
una lucha especial y sin límites cuyo plazo sería dictado solo por la victoria,
para que ese socialismo, ya presente en EU, fuera derrotado y recuperar los
valores que estaba destruyendo.
Pero a esa multitud la denuncia de Trump no era algo que los sorprendiera. No, porque ellos eran los soldados que ya participaban en esa invasión. La sorpresa sería para la mayoría de la gente en EU porque, por infinidad de circunstancias, no tenían idea de que EU hace mucho tiempo ya califica como socialista. Y uno de los motivos es porque, desgraciadamente, es la único que han conocido, y no tiene la fisonomía con lo que ellos identifican esa filosofía de guerra, expropiaciones ilegales etc. Además, sus políticos siempre han estado gritando su lucha por la libertad, democracia y hasta se atreven a incluir mercados libres, pero desde hace mucho tiempo ellos mismos han estado instalando ese socialismo disfrazado y avanzan.