La muerte del papa Francisco ha provocado, además de la tristeza de los católicos, los primeros movimientos de lo que pudiera ser un gran terremoto. Pero, en este movimiento están ya participando una serie de elementos que, en diferentes formas, están ya aportando a la potencial magnitud de este fenómeno que puede alcanzar niveles explosivos con sus cambios de proporciones bíblicas. Cambios al estilo de Spinoza y Nietzsche porque, con la muerte del líder de la iglesia, surge ese corto espacio de un vacío para darle potencia a ciertas fuerzas sedientas de ese poder vacante.
Entre los aspirantes, creo podemos afirmar todos temen a que surja un verdadero cambio. Por eso, es importante identificar que clase de cambios son los que ya están provocando la histeria de quienes solo buscan posiciones especiales, lo que alguno de esos cambios podrían sabotear. Yo pienso que el temor más grande de la burocracia del Vaticano no es algo nuevo y desconocido que teman enfrentar. Temen a las ideas que, hace más de tres siglos, cimbraran sus cimientos con fuerza superior a la que había desatado Martin Lutero para darle vida a su reforma. Spinoza y Nietzsche.