Ricardo Valenzuela
Al haber identificado el surgimiento de los filósofos y teólogos rebeldes como el gran peligro para los planes colectivistas de los nuevos amos, el toque final para la programación de los seres humanos—ya muy adelantada—se llevaría a cabo tomando control total del sistema educativo para, de una vez por todas, declarar terminado el proceso que dio vida la virtud del rebaño y, con su aplicación, darle su dimensión correspondiente a la moral del esclavo. El primer blanco de sus ataques sería ese hombre superior, capitán de su propia nave, su propio mapa, su propia brújula y destino diferente.
Así los gobiernos desertaban el único papel tan bien definido en los documentos que le dieran vida a EU, protector de los derechos individuales, para iniciar su marcha que los llevaría a convertirse en el monopolista de todo y, especialmente, el único repartidor de todo lo que incluiría su monopolio. Con tristeza nos hemos dado cuenta se había ignorado aquel consejo que Jefferson expresara con su frase: “El precio de la libertad es la eterna vigilancia.”
Se iniciaba el derrumbe del hombre superior construyéndole una nueva etiqueta de esa ambición fatídica, de inmoralidad, de un egoísmo diabólico, de fortunas pecaminosas, las que durante mucho tiempo fueran virtudes admiradas ahora las declaraban pecados. Era el inicio de la nueva clasificación de lo bueno y lo malo que lograban los propietarios Globales y su definición siempre a su favor. La iglesia pasaba al asiento del copiloto para mantener esa fuerza acusatoria dando mantenimiento a la nueva milenaria Moral de Esclavos.
La nobleza, la grandeza, la competencia, la sana ambición de riqueza y conquista, la fuerza superior, pasaban a ser pecados en una lista que diariamente crecía. Con la algarabía de todos aquellos perdedores se destruia la Moral de los Señores. Ahora el dolor, el sacrificio, la pobreza, entrega total, debilidad, envueltas en el gran paquete del resentimiento, lograban que los seres humanos se conformaran con su valle de lágrimas terrenal esperando dócilmente el premio de un paraíso futuro. Era la perpetuación de la mediocridad que debían asegurar tomando control de los sistemas educativos, la gran factoría de perdedores.
En 1903, el magnate petrolero, John D. Rockefeller, creaba el General Education Board (GEB) con millonarias aportaciones. Para apoyar su crecimiento en 1917 todos sus programas se transferían a la Rockefeller Foundation. En 1917 el GEB haría una donación de $10 millones de dolares a la Universidad de Columbia para la creación del nido de educadores marxistas en su New Lincoln School, para ofrecer sus programas a estudiantes desde kínder hasta el grado 12 en un evento experimental de nuevos métodos de educación ahora ya a cargo del Colegio de Maestros de la Universidad de Columbia. El nuevo nido de educadores y científicos sociales progresistas” con un programa idéntico al del Partido Comunista, otro de los receptores del dinero de Rockefeller.
La agenda de Rockefeller la definía el presidente del GEB Frederick Gates instalado por el patriarca: “Tenemos un gran sueño, con nuestros ilimitados recursos y gente entregada con una perfecta docilidad a nuestras manos moldeadoras. Logramos que las ideas educativas actuales desaparecen de sus mentes y, sin el obstáculo de la tradición, trabajamos con toda nuestra buena voluntad sobre una gente rural agradecida y receptiva. No tratamos hacer de sus hijos gente especial, nuevos filósofos ni hombres de ciencia.”
“No queremos promover entre ellos el nacimiento de autores, editores, poetas u hombres de letras. No buscamos embriones de grandes artistas, pintores, abogados, médicos, estadistas de los que tenemos un amplio inventario. Nuestra tarea es muy simple y hermosa, entrenamos gente que hemos identificado para que tengan una vida ideal y perfecta, pero, allí donde se encuentran. Así organizamos a sus hijos y les enseñamos como hacer, perfectamente, lo que sus padres están haciendo de forma imperfecta en sus casas, sus tienditas y sus granjas donde ellos deben permanecer.”
Era el dinero de Rockefeller y los Rothschild, quienes lo habían impulsado desde su inicio, para tomar control de esa materia prima, la gente como tierra ya barbechada para tener vía libre y poder avanzar el control social y global de educación. Así luego sumarla a sus herramientas de control económico, fundaciones, la ONU, universidades, medicina y, de forma especial, psicología y psiquiatría. Con la materia prima bajo control, operar sin obstáculos sus campañas de relaciones públicas, publicaciones profesionales, sociedades especiales, aplastando a la competencia y continuar vendiendo sus ideas hasta que fueran aceptadas e instaladas en la fábrica de la sociedad.
Para cubrir ese importante campo de la clase alta surgiría la sociedad con Yale y la secreta orden Skull &Bones, abanderados de la filosofía hegeliana que glorifica el Estado Superior, el vehículo para la diseminación de ideas y políticas estatistas en educación que se le reconoce como la herramienta mas potente en el apendejamiento de la otora sociedad libre de EU. Una desastrosa filosofía que sería la fuente de ambos, Nazismo y Marxismo, que ya ha penetrado lo más profundo de este país y ha corrompido su republica constitucional.
Una filosofía totalmente opuesta al liberalismo clásico que dicta, el Estado siempre debe estar subordinado al individuo. Pero, para los hegelianos el Estado es supremo y el individuo existe solo para servir al Estado. Considerando al individuo como toda esa masa programada ignorante e indefensa, y el Estado como la propiedad de esos nuevos amos globales. Con esa filosofía un grupo pequeño, miembros de ambos partidos, ha estado adueñándose del gobierno de EU aparentemente con la misión de destruirlo desde su interior.
Y a esas mentes inermes denunciada por Spinoza, Nietzsche, Descartes, ante la ignorancia de sus zombis les han clavado su veneno y permanecen totalmente ajenos a ese peligro. Y la pregunta sería ¿Qué nos espera en un futuro tan nebuloso? Dificil responder en un mundo tan lejano a lo que definía Sócrates afirmando, “yo solo se que no se nada”. Porque yo veo una humanidad soberbia donde todo mundo cree saber todo. Los marxistas logran hazañas como las de Venezuela y Mexico. Atarantados libertarios se aprenden dos frases de Mises y las repiten como pericos buscando salir en algún periódico. Porristas como Alejandra Ocasio y Cia.
La Mayéutica parece haber muerto con Sócrates cuando el mundo continua bajo la Moral del esclavo, y se nos termina el tiempo.
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