Ricardo Valenzuela
Para tratar de entender lo que realmente ha impulsado a los verdugos modernos a establecer las condiciones que generen esas mentes de esclavos, debía acudir a fuentes especiales. Esos seres humanos que, aun después de la guerra civil de EU donde se lograba su liberación, estaban tan programados y se sentían tan incapaces para sobrevivir por sí mismos, y acudían a sus viejos amos para ofrecerse de nuevo como esclavos. O los guerreros del islam que explotan explosivos donde también ellos mueren.
Tuve que fabricar una capirotada con las ideas de los legendarios filósofos en diferentes ramas de su contrataque ante las agresiones de la mafia global. Ellos identifican una lucha a muerte entre quienes establecen los cimientos de esa esclavitud social. Y quienes siempre han combatido esas fuerzas con sus poderosas armas, la verdad, justicia y la razón. Un proceso tratando de identificar a un hombre nuevo que pueda también combatir.
En primera fila se establecía Nietzsche describiendo a quienes han estado asesinando sociedades predicando el sufrimiento es el requisito para, en un futuro, lograr el premio de una vida eterna superior. La devoción y sumisión de las masas ante el estado y la iglesia es el precio. Y son representados por dos tipos de combatientes. Por un lado, los religiosos convenciendo que, por naturaleza, somos pecadores que se deben rescatar. Se complementan con los filósofos estilo Schopenhauer describiendo la vida es solo sufrimiento.Pero surgen luego los rebeldes que afirman el sufrimiento no se debe simplemente aceptar, sino darnos cuenta de que el sufrimiento es provocado por no analizar sus causas para darles algún significado y la oportunidad de aprender y renacer.
Los rebeldes identifican una batalla espiritual de un guerrero contra la cobardía, la sumisión, la derrota y una entrega total. Ese guerrero que, en su transformación, adquirió las armas en una lucha inicial contra sus propias limitaciones. El que ha luchado primero por su transformación personal y ha encontrado ese poder interior que tanto temen los verdugos, su desconocida capacidad para mover montañas que estaba oculta.
Ese nuevo hombre es enfrentado por los falsos guerreros que, por ordenes de sus amos, predican la divinidad del estado, jamás por la superación individual. Son “filósofos mercantiles” cuyos mensajes se miden con los pagos que reciben. El guerrero original es el enemigo que tanto teme el Estado. Y enfrenta a esos monstruos que constituyen la mediocridad blandiendo la zanahoria del Bien Común, o bienestar social, que solo son el engrane de la maquina estatal. Un Estado suplantando la responsabilidad personal para lograr su entrega y sumisión.
El verdadero rebelde advierte del peligro de las masas y su representación pública. Una corrupción de lo que etiqueta como un mercado municipal donde sus participantes son moscas buscando ese plato ajeno para invadir. Esas moscas que hacen tanto ruido. El verdadero luchador nunca debería rebajarse invadiendo ese nivel de maldad. Es donde operan esos falsos lideres que, además del reconocimiento estatal, se convierten en payasos buscando los manipulados aplausos de los ignorantes.
El guerrero rebelde evita el bullicio de la multitud siempre manipulada que contagia. Nunca ha permitido lo devoren esas moscas del mercado de la inmundicia y busca la soledad para trascender. Esa soledad que tanto temen todas las multitudes dependientes.
Esos verdugos que han utilizado el sexo, en todas sus inventadas posibilidades, para apretar las cadenas. Le dieron la categoría de gran pecado. La castidad es algo especial y otro elemento para la recompensa futura. Transexualidad como la corrección de ese error cometido por alguien. Son predicadores que luchan contra demonios y, en la ruta, se han convertido en esos demonios. Para ello opera el, “es mejor pecar que arrepentirse.” Y con ese regalo divino, a través de una nueva casta especial, LGTB y lo que se acumule, han agredido la verdadera moralidad natural. Una nueva dimensión de castidad, virtud, vicio según ellos.
Con sus políticas de manada han tratado de destruir el camino del creador, la soledad que identifica al genio creador. Porque toda creación nace del dolor, pues para crear casi siempre hay que destruir lo que no sirve. En la criminalidad de la multitud el hombre se pierde. Pero en la soledad puede sufrir, porque es el puente colgante sobre un abismo, pues has dejado la seguridad del camino plano. Pero, solo en esa soledad el hombre encuentra lo que busca. Pero exige abandonar el terreno firme.
Ese nuevo guerrero ha modificado su psicología moral. Nietzsche lo describe como una víbora que lo ha mordido, el guerrero no lo impulsa matarla. Simplemente le dice todavía no es mi hora, me has señalado mi vida debe seguir porque tiene un propósito, ve en paz y gracias por tu servicio. No aplicaría la justicia ojo por ojo, la venganza, porque habia logrado niveles superiore de consciencia. Habia aprendido a transformar el resentimiento y no ofreció la otra mejilla. Ese resentimiento que hoy día controla a esas multitudes destructivas.
El nuevo guerrero habría identificado ese gran cáncer que representa el culto a la mediocridad. Culto de esa chusma diabólica como su mejor creación Antifa. Esa plaga que se multiplica como ratas en lo oscuro. El peso muerto de la historia, una victoria que ha estado crucificado a la humanidad. Es la verdadera representación de la inmoralidad, la arena movediza que succiona al mundo entero. Ese resentimiento es ya conducta universal, la conducta de ofendidos sin aceptar culpa alguna. De los cínicos como Maduro.
Un agujero de tarántulas en la oscuridad mostrando los ojos de la cobardía y la maldad. Odian por sus propias condiciones que hace su odio sea dirigido a quienes no las provocado. Esas que aman al débil irresponsable y odian al fuerte por su valentía y arrojo. Odian porque saben sus acciones son aborrecibles y no encuentran forma de expresarlas mas que destruyendo. Su justicia es el que todos sufran igual y quien no piense como ellos es un criminal que hay que destruir. No entienden las diferencias no son pecados, son resultados. Esta es la ideología con la que los oligarcas están destruyendo el mundo y sus resultados más dramáticos los vemos en Venezuela, Mexico, Cuba, Nicaragua y hacia ese infierno se ha estado dirigiendo EU.
Esa es la realidad que el mundo esta ignorando y, esa ignorancia, puede ser un precio muy alto que tendremos que pagar.
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