Ricardo Valenzuela
El Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU, a través de su División para el Desarrollo Sustentable, dio luz al siniestro plan que bautizaron como Agenda 21. El esquema de este monstro se inició en una conferencia de la ONU en Brasil de 1992, y fue presentado como un idealista esfuerzo para lograr un Crecimiento Sustentable y la solución de un grave problema, la producción global de Energía Renovable. La presentación estuvo a cargo de, Maurice Strong, uno de los soldados del imperio petrolero de los Rockefeller. Era un plan similar al que John Rockefeller en su momento había elaborado para, hábilmente, empaquetar la industria petrolera con una nueva y bella vestimenta verde. Una trampa para vender el concepto a una nueva generacion de programados talibanes del Cambio Climático basado en mentiras.
Mientras los involucrados en esta Agenda 21 afirmaban estar trabajando en grandes posibilidades para a futuro tener una desconocida fuerza de energía libre, la posibilidad de que un eterno cabal-cartel, conocido por su criminalidad, trabajara gratis sin las enormes ganancias de sus trabajadores socialistas, analizando la historia criminal de ese Nuevo Orden Mundial, no era posible considerarlo y menos creerlo y aceptarlo.
