Ricardo Valenzuela
El día de
ayer surgieron una serie de eventos relacionados con el asesinato de Charlie
Kirk, que presagian un gran cambio del peligroso juego político que ya cubre al
mundo, porque es claro fue una conspiración. Sabemos que el asesinato de
Kennedy en 1963 fue un evento que modificaría la historia mundial de una forma
que muy pocos entienden. Pero, la desaparición de ese hombre fue lo que finalmente
abriría las puertas a los criminales que, durante tanto tiempo, habían estado
tratando la destrucción del concepto republicano libertario que establecieran
sus fundadores. Y el evento también develaría el debut de esos criminales.
El asesinato de Kennedy en muchas formas sería similar al asesinato de Obregón en Mexico (1928), puesto que con él también moría la posibilidad de frenar a Elias Calles con sus claras intenciones de construir el futuro del Mexico de la mediocridad. Calles ya había asegurado alianza con los Rothschild que lo llevarían a establecer el Banco de Mexico. En EU, Kennedy acababa de firmar una orden ejecutiva para desmantelar el FED, la propiedad mas redituable de esos Rothschild. Al parecer, el asesinato desde tiempos inmemoriales ha sido una efectiva herramienta para conseguir, mantener, acrecentar el poder político y, sobre todo, para sabotear a quienes pretendan establecer reglas éticas y morales en sus escenarios.