Ricardo
Valenzuela
Con los
acontecimientos que estamos enfrentando a nivel global, etiquetados como “nunca
vistos”, hay un elemento importante que acude al remolino de reacciones,
actitudes, histerias. Aun cuando yo estoy de acuerdo totalmente con las
acciones que Trump está llevando a cabo, puesto que, después de años de estar analizando
la decadencia de EU, no solo las entiendo sino las admiro y, sobre todo, admiro
la cruzada de un hombre que, arriesgando todo lo que tiene, e inclusive hasta su
vida, sigue adelante, aunque tantos pretenden lincharlo. Pero, para entender
esas multitudes equivocadas y si, repito equivocadas, he tenido que acudir a tres
de mis filósofos favoritos; Schopenhauer, Spinoza, Nietzsche.
Y acudiría a ellos para ir a la profundidad de lo que yo considero la tragedia mas grande de la humanidad. El asesinato de lo más preciado que el ser humano podría tener como un regalo celestial, un espíritu fuerte y poderoso cortesía de una voluntad libre para pensar, expresar y actuar siempre en esa hermosa libertad. Algo que nos han expropiado para enviarnos a esa manada sin voluntad y conformista con vale más malo conocido que bueno por conocer. Algo que se mantiene a base de controles estilo Mao, Stalin.