Ricardo Valenzuela
Si hombres
como Washington, Adams, Jefferson sentaran las bases sólidas de un gobierno
novedoso totalmente diferente a la monarquía de su madre patria, durante el
siglo 19 emergerían otros con esas ideas de libertad más refinadas para
consolidar ese bendito credo de libertad que los elevaría a las alturas.
Desgraciadamente el ultimo sería Grover Cleveland. Sin embargo, ese esquema liberal-libertario
que habia transformado al mundo provocando su revolucion industrial, desde su
inicio brotaban sus enemigos. De inmediato surgia una sociedad entre la
monarquía británica, los Rothschild, los oligarcas como Cecil Rhodes, las
familias Churchill y Russell quienes apostaban el éxito de su proyecto con la
figura de Alexander Hamilton. Su compromiso jurado fue una agresiva
determinación de subvertir y conquistar los EU, por los medios que fueran
necesarios, para destruir su republicanismo dirigista con sus mercados libres.
Ellos sabían bien que el mejor camino para lograr el verdadero control de los gobiernos eran las guerras. Así provocarían la guerra civil de EU para darle valor a la afirmación de Jefferson: “Siempre que termina una guerra, veremos el insensato crecimiento de los gobiernos mientras las libertades de la gente se encogen.” Con el norte triunfante y el sur destruido. Así se autorizaba el acto de Proclamación Amnistía y Reconstrucción en 1863. Con ese acto fallecía el sur libertario y nacia el norte con aroma socialista cuando esa reconstrucción le diera avenida libre al crecimiento del gobierno. La nueva receta para los gobiernos gigantescos.